Tantas argucias de los entenados de Emilio Azcárraga Jean desde septiembre de 2024, para terminar así: desnudos, expuestos, ridiculizados, vencidos, fracasados.
LOS ÁNGELES -- Tantas promesas… y tantas decepciones. América y sus juramentos de conseguir un botín completo: la Concachampions, el #Tetra y el Mundial de Clubes. ¿El desenlace para El Nido de Coapa? ¡PatéTRIco!
Del gigantismo utópico al enanismo distópico en menos de seis meses. Sí, cierto, están ahí las medallas del subcampeonato, que al final, son molestos e indeseables espíritus chocarreros en la jaula de oro donde habitan los gallardos trofeos del Tricampeonato. Pero, ese recinto sagrado no es un sitio apto para parias, y la medalla del segundo lugar, es una paria cincelada en el leprosario. La mendicidad del conformismo.
América no supo, no pudo y a veces no quiso. 2-1 el epitafio cincelado por el LAFC en el majestuoso BMO Stadium, ataviado con la deliciosa esquizofrenia de los fanatismos oro y negro, y el azulcrema. Ni en su casa, en la cual cayeron como paracaidistas, desalojando (vía pacto político) a Cruz Azul y Atlante, ni ahí, se ve tan exuberante y oneroso apapacho, como el que las Águilas encontraron en su siempre leal nido californiano.
Lo más grave es que con tan poco, con un solo hombre diferente (Denis Bouanga), y un hijo ilustre de la Bundesliga, como el técnico Steve Cherundolo, con eso, al LAFC le bastó para arruinar el sueño americanista y esculpir el propio, dentro del Mundial de Clubes. Tantas argucias de los entenados de Emilio Azcárraga Jean desde septiembre de 2024, para terminar así: desnudos, expuestos, ridiculizados, vencidos, fracasados.
Tras los bochornosos sopapos ante Cruz Azul (Concachampions) y Toluca (Liga Mx), había advertencias: América estaba extenuado, reventado, desgastado, física, emocional, futbolística y competitivamente.
Y con su mejor alineación posible, el cacareado #ÓdiameMás presentó su peor versión posible ante el LAFC, el cual, insisto –y lo más grave--, sin ser ostensiblemente poderoso, terminó apagando la última veladora del retablo de Coapa y del Salón Oval de Televisa, y encendiendo el primer cirio de sus propias pompas fúnebres. Y, además, se esfumaron 9.5 millones de dólares, por el remate de Bouanga a pase de Giroud al ‘115. Antes, al ‘89, Igor Jesús había marcado el 1-1 y enviado a tiempos extras.
¿Cómo se dice “cruzazulear” en el dialecto de Coapa?
¿Cuánto se equivocó Jardine al hacer esos cambios desesperados al minuto 88, cuando se venía un tiro de esquina y su equipo flaquea en las jugadas a balón parado, además del desconcierto propio, sin un líder que mande en el área?
¿Hasta dónde Jardine es responsable por no detectar –y solucionar--, el avejentamiento emocional, futbolístico y físico de su equipo, hasta caer –entonces-- en la decrepitud futbolística ante Toluca y LAFC?
Jardine tendrá tiempo para recapacitar, reordenar y aprender. La revancha le espera a partir de la segunda semana de julio. Mientras, los vestigios del campeón pasan del responsorio al merecido reposo.
A propósito, su verdugo, Denis Bouanga tiene contrato de tres millones de dólares por año, menos que algunos de sus figurines de oropel y porcelana. Y el técnico estadounidense Cherundolo, tras el Mundial de Clubes, regresa a la Bundesliga, en donde tiene ofertas.
Pero, insisto en la pregunta: ¿Cómo se dice “cruzazulear” en el dialecto de Coapa?