MÉXICO -- En 2015 Luis Quiñones acaparó las primeras planas de los periódicos en Colombia más por sus constantes indisciplinas que por sus goles. En su país era un tema por comentar gracias a sus salidas nocturnas y no a sus actuaciones. En 41 partidos en todas las competiciones con Independiente de Santa Fe, apenas anotó cinco goles y luego salió por la puerta de atrás del club. Actualmente, se convirtió en el primer colombiano en jugar con Pumas. Es un nuevo comienzo.
En noviembre, Quiñones fue separado del Independiente de Santa Fe por incurrir en indisciplinas. La última, que ya no fue tolerada por el club, ocurrió luego de que se fuera a la ciudad de Cali donde estuvo de fiesta, en lugar de quedarse con la plantilla que disputaba la Copa Sudamericana. La paciencia se agotó con un futbolista que en abril de ese mismo año ya había sido advertido sobre lo que ocurriría si repetía sus acciones.
Semanas después se especulaba sobre su futuro y su primera opción parecía estar en el futbol peruano. Pumas, sin embargo, llegó, preguntó por él y lo trajo a México. En Santa Fe celebraron la salida del atacante de 24 años que si bien era importante en el plano deportivo, no cumplía con los códigos de comportamiento de un profesional.
"Trabajo con lo mío, respondo dentro de la cancha y las cosas personales las resolveré yo", comenta un Quiñones que dio su primera conferencia de prensa tras su debut en la Liga Bancomer MX el fin de semana pasado.
Quiñones luce tímido ante las cámaras. Es de respuestas cortas. Se limita a responder a los cuestionamientos con frases sencillas, sin decir más y tampoco menos. Va con lo justo. Es su primera experiencia fuera de su país y su ilusión pasa por dar de qué hablar en la cancha y no fuera de ella. Es una oportunidad que no quiere desaprovechar, más allá de que su contrato sea solamente a préstamo.
"Todo ha sido especial, hemos llegado a una gran institución que se prepara para afrontar un gran reto como los dos torneos que tenemos y pienso que todo el equipo entrena de la mejor manera para estar disponibles; me he sentido bien, el trabajo que se ha hecho ha sido maravilloso y hay que trabajar bien para darle opciones al entrenador", explicó.
El atacante de 24 años rehúye cuando se le pregunta de su pasado. Es una labor que tiene personalmente y no quiere hablar mucho sobre ello. Por ahora disfruta su presente y de experiencias como pertenecer a un club con una identidad tan arraigada como la de la Universidad Nacional.
"Se siente una alegría inmensa, es un compromiso que adquieres día a día y fue algo importante jugar en un estadio como el Olímpico Universitario", explicó sobre lo que implicó presenciar un ambiente como el que se vive en CU.
Su adaptación, según cuenta, ha sido positiva tanto por la integración con el grupo como por la altura de la Ciudad de México con la que habitualmente sufren los extranjeros, pero no en su caso, pues recuerda que en Colombia jugaba con situaciones similares a las que ahora tiene ante sí.
"Encontramos grandes personas, grandes seres humanos y es importante compartir vestidor con jugadores como ‘Hachita’ Ludueña o Gerardo Alcoba, quienes te brindan confianza y te llenan de tranquilidad para lo que viene", destacó.
SU ILUSIÓN PASA POR LIBERTADORES
En Pumas buscaron refuerzos sobre todo con el compromiso de la Copa Libertadores. Quiñones asume el reto y sabe lo que significa un torneo como el que está por comenzar en febrero. Para eso llegó y de ahí parte su deseo de destacar y ayudar a los suyos a trascender.
"Siempre es algo importante. Para los sudamericanos jugar la Libertadores es especial y deseamos salir campeones; es importante que llevo tres años consecutivos jugando torneos internacionales y sé que tengo que trabajar bien acá para poner todo mi futbol en disposición de la institución", expuso.
Luis Quiñones busca su revancha en el campo. Atrás quiere dejar todo lo que generó en su país y su objetivo pasa por ayudar a Pumas a llegar a terrenos desconocidos a nivel continental.