COLUMNA ‘EL PULSO’
CIUDAD DE MÉXICO -- Alguna vez César Luis Menotti dijo que Ramón Ramírez era un ‘pichón’ de Maradona.
El elogio no era poca cosa, pues el histórico entrenador argentino le veía gran potencial al entonces (1993) futbolista de la Selección Mexicana, al grado de comparar algunas de sus virtudes con un prodigio del futbol mundial.
La palabra ‘pichón’ refiere a un “polluelo o cría de paloma”, y en términos futbolísticos se aplica a un jugador joven que tiene grandes virtudes y por ende un potencial infinito para convertirse en crack.
Es el caso de Diego Lainez, que en el América suele jugar como emergente cuando el equipo está en condiciones adversas, o por la ausencia de algún compañero, situación que se presentó frente al Pachuca debido a la baja de Renato Ibarra.
Miguel Herrera ha dicho hasta el cansancio que Lainez es muy joven, que se debe respetar su proceso y que lo llevará poco a poco; sin embargo, es evidente que no se trata de un futbolista común y corriente, pues más allá de su juventud, Diego tiene personalidad, es pensante dentro y fuera de la cancha, al tiempo que denota una madurez inusual en un chico de 18 años.
En las selecciones menores que ha conformado ya dejó constancia de que no rehúye a la responsabilidad de ser el jugador que marque la diferencia, pues su talento así lo demanda.
Y en las oportunidades a cuentagotas que ha tenido en el América, suele responder, más allá de que, tras 26 partidos, apenas marcó sus primeros goles en la Liga.
No son pocos los antecedentes de jóvenes que aparecen en Primera División y dan visos de su talento, lo que se convierte en motivo suficiente para pensar que serán las nuevas figuras del futbol mexicano, y tiempo después la realidad indica otra cosa.
En el caso de Lainez sus virtudes, el contexto familiar y la capacidad que exista en el América para guiarlo de buena manera, determinarán hacia dónde se dirige. La realidad hoy indica que el novato que debutó Ricardo La Volpe por una urgencia a los 16 años, es un ‘pichón’ de crack.
Por cierto, algunos comentaristas ya empezaron a llamarlo “Dieguito”; y no, se llama Diego y se pronuncia ‘joya del balompié azteca’.
CUADRO DE HONOR
Cruz Azul Lúcido
“Éste es el bueno”, clamaron por tercer partido consecutivo los aficionados de Cruz Azul, que no pueden evitar ilusionarse con el arranque de torneo de su equipo. Más allá de las tres victorias consecutivas, el accionar de La Máquina en términos generales debe tener tranquilo a Pedro Caixinha, pues ha ganado gracias a sus méritos. Nulificó a un poderoso Tigres y lo atacó con variantes, hasta que en un gran servicio de Elías Hernández –quien llegó a dar resultados inmediatos– a Roberto Alvarado, éste marcó el tanto que significó el triunfo. La defensa está sólida con Pablo Aguilar como líder, y al frente hay pegada y recursos para atacar con Méndez, Cauteruccio, Elías y compañía. Es temprano, pero ciertamente el conjunto celeste promete y mucho.
REPROBADO
Pachuca Nublado
Peor, imposible. El inicio de torneo para el Pachuca ha sido sumamente desafortunado con tres derrotas en fila frente a Monterrey, Querétaro y América. De alguna manera el equipo se renovó con la salida de personajes importantes, empezando por el técnico Diego Alonso, y de entrada Paco Ayestarán, quien en el futbol mexicano ha mostrado poco y nada en las oportunidades que ha tenido, no ha atinado a comandar al equipo a buen puerto. En esta ocasión los Tuzos no parecen estructurados para pelear por el campeonato, lucen alejados del protagonismo que solían tener y se asoma una temporada difícil de acuerdo con lo visto en un arranque sumamente negativo. Dicho sea de paso, el portero Alfonso Blanco ha tenido marcados yerros que le han costado goles a los hidalguenses.