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Los peores traspasos de 'último minuto' en la historia de la Premier League

Uno de los días más importantes del calendario futbolístico es el Transfer Deadline Day en Inglaterra, la cual cerró este jueves, con fichajes de últimos minutos, incluido el traspaso de último minuto de David Luiz al Arsenal, al igual que Alexander Iwobi

ESPN decidió repasar algunos de los peores traspasos 'de pánico' hechos durante la era moderna de la Premier League. La mayoría de los equipos tienen suficiente astucia para concretar sus negociaciones con tiempo, aunque aquellos que confrontan dificultades para conseguir refuerzos durante las horas finales, terminan frecuentemente haciendo negocios terribles, como los que mencionaremos a continuación.

Fernando Torres (del Liverpool al Chelsea, £50 millones, invierno de 2011)

Ese pase sigue siendo el estándar dorado de los malos tratos. El Chelsea ansiaba hacerse con los servicios del dinámico atacante español por su genio goleador mostrado en Anfield y después de varios meses durante los cuales se hizo evidente que “El Niño” Torres ansiaba mudarse, a los Reds no les quedaba mayor alternativa, dejándole partir en el día final de la ventana de traspasos de enero.

En 2018, Jamie Carragher mencionó el “estupor generalizado” que causó la mala transacción de los Blues, aunque quizás les asombró mucho más lo mal que jugó el ibérico con su nuevo club. Después de haber sumado 81 goles en 142 apariciones en cuatro temporadas con el Liverpool, Torres apenas logró 20 tantos en 110 frustrantes apariciones con la camiseta del Chelsea.

Radamel Falcao García (AS Mónaco al Manchester United, préstamo, verano de 2014)

El afable delantero colombiano fue uno de los goleadores más dominantes y consistentes del balompié a principios de la década de 2010, convirtiendo al menos 30 tantos en cuatro temporadas consecutivas y su presencia en la Premier League debió haber sido del deleite de todos.

A pesar de ello, su traspaso al Manchester United después de un mal año en Francia fue un desastre absoluto, con apenas cuatro goles en 29 apariciones. (Aunque la situación posterior del cafetero fue digna de compasión: después de su fallido préstamo al Chelsea en la campaña siguiente, con apenas un gol en 12 partidos, se perdió el resto de la campaña debido a una lesión que puso en duda su permanencia en las canchas).

Andy Carroll (Newcastle United al Liverpool, £35 millones, invierno de 2011)

Tengamos un poco de compasión por un minuto. Pónganse en los zapatos del Liverpool. Tu centro delantero estrella, el ya mencionado Torres, ha exigido su salida, pocos días antes de cerrar la ventana de traspasos de enero.

Necesitas conseguir un sustituto rápidamente. Es acaso absurdo terminar fichando a Andy C… no, lo siento, no lo puedo hacer. No puedo hacerme de la idea que esto fue otra cosa distinta a una calamidad. ¡Treinta y cinco millones de libras esterlinas! Ocho años después, sigue siendo asombroso.

(El Liverpool también fichó a Luis Suárez el mismo día por apenas £22.8 millones, colocando los problemas de Carroll en una perspectiva aún peor)

Robinho (Real Madrid al Manchester City, £32.5 millones, verano de 2008)

Las cifras de cláusula de transferencia sirven menos para medir la calidad de un jugador y más para entender el nivel de desesperación del equipo comprador. En agosto de 2008, el City estaba desesperado por hacer mucho ruido después de su adquisición por parte del Jeque Mansour, mientras que, en Madrid, Robinho estaba desesperado de salir de la jaula de oro del equipo blanco. Ambas necesidades coincidieron, 32.5 millones de libras esterlinas cambiaron de manos, un confundido Robinho afirmó lo contento que estaba por firmar con el Chelsea y desde allí, todo se fue al precipicio.

Afonso Alves (Heerenveen al Middlesbrough, £12.5 millones, invierno de 2008)

Fichar a jugadores provenientes de la Eredivisie holandesa es todo un ejercicio de medición de riesgos y dividendos. Podrías terminar contratando a un Robin van Persie, un Ruud van Nistelrooy o a Jaap Stam; pero también hay todas las posibilidades del mundo de quedarse con un Heurelho Gomes, Hossam Ghaly o Mateja Kezman. Al fondo del precipicio está el pobre Afonso Alves, el ejemplo definitivo sobre cómo los logros alcanzados en una liga quizás no terminen replicándose en otra.

Después de una asombrosa campaña para Alves con el Heerenveen, con un promedio de al menos un tanto por partido y un total de 48 goles convertidos, el Middlesbrough no podía esperar para pagar aproximadamente 13 millones de libras esterlinas para ficharle durante la ventana de enero. Las señales de advertencia fueron evidentes desde el principio: necesitó de aproximadamente dos meses para anotar su primer gol con el club, pero fueron su producción de cuatro tantos en 31 encuentros de liga al año siguiente los elementos que sellaron su boleto de salida.

Konstantinos Mitroglou (Olympiakos al Fulham, £12 millones, invierno de 2014)

Es uno de los mejores futbolistas griegos de todos los tiempos, conocido por sus hazañas y producción goleadora (su apodo, literalmente, es “Mitrogol”); sin embargo, la única fase de su carrera en la cual lo hizo todo menos romper el arco contrario fue en la Premier League. Firmado por lo que fue en su momento una cifra récord para el club con un contrato por cuatro años y medio, apenas hizo tres apariciones con cero goles con los Cottagers debido a varias lesiones. Aún peor: el Fulham aspiraba que el griego los ayudara a mantenerse en primera división y cayeron descendidos esa misma temporada.

Michael Owen (Real Madrid al Manchester United, £16.5 millones, verano de 2005)

Aun hace ruido el hecho que, hasta la adquisición el año pasado del paraguayo Miguel Almirón, el récord para el Newcastle en un traspaso fue la operación de Michael Owen, que les costó 16.5 millones de libras esterlinas el año pasado. Pero si existe una historia con moraleja en el mercado de traspasos, es la maldición de Owen en St. James’s Park, caracterizada por lesiones, largos periodos con nivel bajo y la sensación de que, en los cuatro años que jugó allí, Owen hubiese preferido estar en cualquier otro sitio menos allí.

Andre Santos, (Fenerbahce al Arsenal, £6 millones, verano de 2011)

El 30 de agosto de 2011, el Arsenal fichó a Park Chu-young, quien terminó jugando apenas ocho minutos de fútbol con ellos. A pesar de ello, éste no fue el peor jugador que ficharon esa semana. Andre Santos es la representación del punto más bajo de los años de parsimonia del Arsenal, un tanque de lateral izquierdo que terminó jugando moviéndose como un tanque sobre el césped.

Si sus actuaciones no fueron suficientes, Santos no ganó puntos con la hinchada del Arsenal cuando intentó intercambiar camisetas con el ex Gunner Robin van Persie en el descanso de un partido contra el Manchester United.

Islam Slimani (Sporting CP al Leicester City, £28 millones, verano de 2016)

Después de su sorprendente título de Premier League, el Leicester necesitaba hacer una declaración de intenciones serias de prepararse para lo que bien podría ser su única incursión en la Champions. Y vaya declaración que dieron, aunque no necesariamente fue la mejor: pulverizaron su récord de traspasos para contratar a Islam Slimani, que les costó 28 millones de libras esterlinas y pasó las dos temporadas siguientes como un tronco que se movía sin convencer, ralentizando su ataque.

Oumar Niasse (Lokomotiv de Moscú al Everton, £13.5 millones, invierno de 2016)

Este caso, de hecho, terminó siendo peor para el jugador en comparación con su club. Niasse fue relegado súbitamente, sin poder reservar un número para su camiseta y hasta se le negó un espacio en el vestuario durante la temporada posterior a su contratación. Después, se le empujó hasta la salida, siendo objeto de préstamo en dos ocasiones. Sigue siendo jugador del Everton. En teoría.

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