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Partidos de exfutbolistas o cómo la gente pide a jugadores que sí son ídolos

Para los exjugadores significa permanecer en el recuerdo de los aficionados, pero también ingresos de hasta 10,000 pesos por encuentro. Imago7

MÉXICO -- Desempolvar los zapatos, las espinilleras, la playera y las calcetas. Recordar el ritual de los partidos, sin la disciplina de aquellos años, cuando eran los responsables de provocar gritos de gol, abucheos, lamentos, mentadas. Los juegos de exjugadores, ahora llamados leyendas, se llevan a cabo en la Ciudad de México, en La Paz, Querétaro, en algunos pueblos recónditos del país y hasta en Estados Unidos.

Exfutbolistas de Cruz Azul y Atlante despertaron los espíritus del estadio Azul, con un encuentro donde se esperaban 20,000 aficionados, pero cifras de los organizadores indican que asistieron la mitad.

Aún así, los partidos de futbolistas retirados no sólo sirven para tirar ‘polilla’, como ellos indican, también se destila mucho talento, se ganan algunos pesos y sirve para evocar la memoria de los aficionados, que añoran las jugadas de los jugadores que alguna vez observaron en la cancha.

“Si organizo partidos es porque la gente lo pide, pide a esos jugadores que sí son ídolos. A la gente le gusta ver a Cuauhtémoc Blanco, Germán Villa, Isaac Terrazas, Camilo Romero, y al ‘Bofo’ Bautista; gente que marcó algo en su equipo, que es emblemática”.

“Son otro tipo de partidos, otra dinámica, pero la gente se sorprende de verlos todavía con ese toque que tenían y que los hizo famosos”, indica a ESPN Digital Carlos Carrilo, organizador del duelo del denominado duelo de leyendas de Cruz Azul y Atlante.

Hoy se han puesto de moda y tienen mucho éxito este tipo de encuentros. En el estadio Azul, abandonado desde el año pasado, recibió a aficionados celestes y azulgranas, y con la cifra que expusieron los organizadores, triplica el promedio de asistencia de los juegos de Atlante en Cancún, y representa la mitad de lo que La Máquina ha presentando como media de aforo en sus cuatro partidos como local del Apertura 2019.

Quizá sea el costo del boletaje, pero la gente disfruta ver otra vez sobre una cancha a algunas exfiguras del balompié nacional y el mismo jugador exhibe su mejor futbol, sin la presión que dan los juegos oficiales, donde la necesidad de puntos los obliga a buscarlos a como dé lugar.

“Regresar al Estadio Azul es volver a recordar el festejo de las máscaras y de cómo los aficionados me apoyaban, cómo me querían. Todo eso es lindo y uno se carga de satisfacción y alegría porque en esa cancha uno vivió cosas bonitas, y la gente te idolatra, te pide autógrafos y fotos, además que te encuentras con excompañeros y recuerdas buenos momentos donde uno la pasó muy bien”., indicó Gabriel Pereyra, quien participó en el empate a un gol entre Cruz Azul y Atlante.

Carlos Carrillo explica que aunque algunos partidos no llenan inmuebles de aforos grandes, sí han tenido buenas entradas, como pasó en el partido de leyendas de Cruz Azul y América, que se llevó a cabo en septiembre de 2018, y al que acudieron 28,000 personas en el estadio Azul.

Otros partidos como Chivas vs América reunió a cerca de 19,000 gentes y “esta fecha es muy buena porque es Fecha FIFA; se presupuestaron unos 20 mil aficionados en el Azul”, añade el empresario.

Para este duelo fueron convocados futbolistas de la talla de Sebastián González ‘Chamagol’, Ángel ‘Matute’ Morales, Luis Gabriel Rey y Christian Giménez.

Algunos de ellos requirieron ser traídos desde su país natal, lo que además de los gastos de hotel, también implicaban gastos de avión, sin contar el pago que se lleva el futbolista.

“No es tanto lo que ellos ganan, sino la logística de armarlo y hacerlo en un estadio tan grande, que conlleva también la renta de la seguridad, la venta de esquilmos, etcétera. Es un mundo de gente el que se mueve. Aquí lo importante también es recalcar que esto lo hacemos por una buena causa”, indica Carlos Carrillo.

La escala de pago de los jugadores

Para el último cotejo en la otrora casa del Cruz Azul, cada jugador recibió un promedio de 10 mil pesos por participación. En alguna ocasión se invitó a un partido de estos Oswaldo Sánchez, que tenía poco tiempo de haberse retirado y el exarquero cobró un dineral en dólares. Lo que los demás exjugadores ganaron por su participación, fue decreciendo de acuerdo a su jerarquía.

En el caso de los cotejos de este tipo que se han realizado en Estados Unidos, suelen pagarse a cada jugador desde los mil dólares, hasta los 10 o 20 mil.

Los que cobran estas dos últimas tarifas, son exfutbolistas que permanecen vigentes como comentaristas de televisión.Por otro lado, hay patrocinadores que ponen algo de dinero para pagarle a los exfutbolistas y en algunos casos, también ponen para los vuelos, ya sean nacionales o internacionales, aunque el que contrata, paga.

El excruzazulino Agustín Morales, quien dirige un centro de formación que lleva su nombre y que es avalado por el Club Pachuca, respondió a la pregunta de ESPN Digital en el sentido de qué le deja participar en esta clase de enfrentamientos: “Lo más importante es seguir disfrutando de la pasión del futbol y juntarte con compañeros y amigos. Volver a verlos es un gusto, es un partido amistoso, pero siempre con la intención de ganar, pues somos gente competitiva toda la vida”, señaló.

El exjugador dice que forma parte de un grupo “como de 30” exjugadores profesionales, “a los cuales nos van turnando, aunque en este caso, a diferencia de cuando juegas como profesional, no tenemos un contrato”.No sólo eso, los partidos es una película viva sobre la habilidades de los exjugadores, incluso para enseñárselas a sus hijos, nietos que no tuvieron oportunidad de verlos en su época profesional.

“El pago para uno depende mucho de la localidad; en este caso es en México, en un estadio, y se cobra un poco mejor, pero hemos ido a jugar a ranchitos, a Huejutla de Reyes (Estado de Hidalgo), donde se paga un poco menos, pero siempre con el afán de divertirnos y pasar un rato agradable. Si, aparte, nos dan un apoyo económico, no nos viene nada mal a estas alturas”, expresa Agustín Morales.