Murió don Ignacio Trelles, a los 103 años de edad. Santón del futbol mexicano, el entrenador tapatío es quizá el máximo referente histórico del balompié en nuestro país. Ganó siete campeonatos de Primera División, uno de Segunda, cuatro de Campeón de Campeones, dos de Copa, dos de la Concacaf y uno panamericano. Nada menos que 17 títulos en total. A ver quién mejora esa marca… en los próximos siglos.
La figura inconfundible de don Nacho se volvió un clásico de la cultura popular: piernas cóncavas, como las de un charro que acaba de bajarse del caballo (quizá el peso de las ideas dentro de la sesera algún día le arqueó las extremidades), inseparable cachucha, mirada pícara, bigote bien cortado, cejas pobladas, nariz chata rematada por dos grandes boquetes, un universo donde nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.
Zorro sabio, la mente astuta, terror de los árbitros, interruptor de partidos, enfriador de los equipos contrarios, hielero de contiendas candentes, brujo de las malas artes y a la vez prohombre ético, disciplinado, íntegro y profesional.
El andar lento, las respuestas irónicas, el colmillo largo, las expresiones que parecen no decir nada y lo dicen todo. Agudo observador del futbol y de la vida, con una absoluta paz interior.
Tuve la gran fortuna de convivir mucho con él y de visitarlo con su pastel de chocolate favorito en cada uno de sus últimos 12 cumpleaños. Lo recordaré con cariño, respeto y admiración.