<
>

"Los partidos del León ya no los veo, los escucho": Tota Carbajal

Antonio Carbajal fue el primer jugador en la historia el futbol en estar en cinco copas mundiales de la FIFA. Getty

MÉXICO -- Antonio la Tota Carbajal crea su imaginación las jugadas del León a partir de los relatos que escucha en la televisión. El mítico Cinco Copas perdió la vista del ojo izquierdo cuando era auxiliar a la Selección Mexicana y con el derecho ya no alcanza a distinguir a los jugadores esmeraldas, por eso ahora opta sólo por oír y crear en su cabeza las jugadas del conjunto que dirige Ignacio Ambriz.

“La oigo (la televisión); verla me cuesta trabajo y eso que tengo una muy grande, veo unos monitos nada más, al mal tiempo buena cara”, dice Antonio la Tota Carbajal, a ESPN Digital. “Los juegos del León ya no los veo, los escucho, mejor dicho”, complementa.

La Tota Carbajal cumplirá 91 años el próximo siete de junio y es reconocido en el mundo por ser el primero en la historia en jugar cinco Copas del Mundo. Su problema de la vista inició en su época como auxiliar de Raúl Cárdenas, a finales de los sesenta e inicios de los setenta, debido a un accidente.

“Venía de la Selección Mexicana, pasando la caseta de Querétaro; un caballo desbocado me pegó en la trompa de mi carro. No había mucho tráfico como ahora. Caí en el otro lado, perdí el ojo izquierdo y parte de la vista en el derecho”, recuerda el futbolista que inició su andar internacional en los Olímpicos de Londres de 1948 y se despidió en ese mismo país, en la Copa del Mundo de 1966.

“En la televisión nada más veo los monos, no alcanzó a distinguirlos ya. Le doy gracias a Dios que sigo con vida”, explica.

El mítico arquero aún tiene las plateas que le regaló el gobernador en el estadio de los esmeraldas, pero “ahora sólo van mis nietos o hijos, yo prefiero a quedarme en la casa”.

Ahora, Antonio Carbajal prende la televisión de su sala, “una grandota”, para escuchar que Rodolfo Cota despeja, conduce Fernando Navarro, la juega con Luis Montes y se la pasa a Ángel Mena; anota el ecuatoriano, festejan sus esmeraldas, la grada corea al delantero y la jugada tiene dos versiones: una que se imagina y otra que sale en el monitor, en ambas gana el León.