Fútbol Americano
Fernando Tirado 4y

No engañemos: El futbol es de quien paga

Déjense de discursos románticos nostálgicos y tribuneros. El deporte profesional no es de los jugadores, no es de los aficionados, no le pertenece a las ciudades. Eso nunca ha sido así.

La mercadotecnia, la maquinaria que promueve el consumo del deporte profesional construye esos mensajes y nosotros los consumimos. Tu equipo, tu pasión, el jugador #12, 'jugamos juntos', 'como no te voy a querer', 'de la cuna al cajón', etc.

A menos de que alguien sea miembro de la cooperativa de Cruz Azul, accionista de un club, o uno de los miles de dueños de los Packers, lamento decirle que el equipo al que apoya jamás le ha pertenecido. El deporte profesional es de quien lo paga, de quien monta el espectáculo.

Así es, ha sido y será siempre. El futbol profesional no es otra cosa que un programa de televisión. Los productores, en este caso los dueños, buscan reunir a los mejores actores y vender su contenido a la plataforma que mejor les convenga.

Si un día una plataforma resulta más rentable que otra y mudan su contenido, ¿eso los convierte en villanos? Encuentro algunos comentarios, incluso de colegas, criticando a los despiadados propietarios que incurren en actos desalmados como dejar a Morelia sin un equipo de Primera División.

Solo hay que echar un vistazo alrededor para darnos cuenta que esas “atrocidades” han ocurrido toda la vida, y más aún, en ligas muy superiores al futbol mexicano.

Los Raiders nacieron en Oakland en 1960, se mudaron a los Angeles en 1982, y regresaron a Oakland en el 1995. A partir de la próxima temporada jugarán en Las Vegas.

Después de 41 años en Seattle, los Sonics se convirtieron en el Oklahoma City Thunder. Eran la franquicia mas antigua de la ciudad.

Con dos títulos profesionales en 31 años los Colts se fueron de Baltimore a Indianapolis.

Los Rams nacieron en 1936 en Cleveland, 10 años después se mudaron a Los Angeles donde estuvieron por casi medio siglo antes de reubicarse en St. Louis para luego regresar a California.

Casos como estos son innumerables, no nos sintamos los únicos. Cualquier circo se mueve donde la gente paga por el espectáculo y si un día el circo encuentra una ciudad donde el negocio es más rentable, irá ahí. Ahora, si el dinero que pagará por el circo proviene de sus impuestos y los míos, la historia es muy distinta. Pero de no ser así, el deporte profesional no es de nadie sino de quien pone el dinero para que las cosas ocurran.

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