En los últimos días la noticia que más ruido ha generado alrededor del futbol mexicano es la mudanza de Monarcas Morelia a Mazatlán.
Sin reparar en el apego, cariño y fidelidad de los miles de aficionados a los purépechas, sus propietarios decidieron cambiar de sede, generar una nueva identidad y arrancarle su equipo a esos seguidores que tantos años le dedicaron a su equipo.
De inmediato la mayoría de voces de rechazo se expresaron. Algunos en redes, otros en radio o televisión y algunos más apasionados inclusive se dieron el tiempo de visitar las instalaciones del estadio Morelos para mostrar su molestia por la decisión.
¿Y entonces? ¿Los aficionados no cuentan? ¿Y la historia? ¿Y los colores? Tristemente la respuesta es que no. Los empresarios no se tocan el corazón para reflexionar en esos muchos seguidores que de forma incondicional se vinculan con los equipos profesionales. Los dueños de una empresa buscan utilidades y a partir de ahí toman decisiones.
Es triste, es crudo, es hasta cierto punto injusto pero también es cierto y es importante saberlo y entenderlo para decidir si uno gasta, se involucra o crea un vínculo con estos equipos.
"Es que no pasa en Europa" es cierto pero no es, para mi, razón suficiente para que las cosas no sucedan en México.
No es la primera vez que pasa en la Liga MX y les garantizo que no será la última. Ahora mismo se habla de que Querétaro pronto puede ser Atlante y los aficionados a Gallos sufrirán la misma suerte que hoy los de Monarcas.
Cuentas claras, amistades largas dicen... Si como aficionados a la Liga MX entendemos cómo y por qué pasan las cosas en nuestro futbol podemos disfrutar más y sufrir menos que al menos en mi cabeza es de lo que se trata.
Éxito para los aficionados al nuevo Mazatlán FC y espero que pronto los aficionados de Monarcas puedan volver a vibrar con su equipo en el máximo circuito de nuestro futbol.