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Un Marco Fabián renovado, busca ir a su tercer mundial

En una charla con Héctor Huerta, Marco Fabián analiza los errores y aciertos durante su trayectoria y busca un último escaparate en Ciudad Juárez

MÉXICO -- En plena madurez personal y futbolística, aquel Marco Jhonfai Fabián de la Mora que andaba de fiesta y que aparecía con frecuencia en revistas de espectáculos, ha quedado atrás.

De unos años a la fecha ha concentrado toda su energía al cuidado de su cuerpo (“es mi templo”, dice) porque sabe que la vida de un jugador de futbol tiene fecha de caducidad.

Después de jugar tres años en Alemania y de vivir experiencias en la MLS de Estados Unidos con Filadelfia y en la primera división de Catar con el Al-Saad, Marco Fabián (21 de julio de 1989) no se arrepiente de su pasado, porque sus errores fueron capitalizados como experiencias para entender las reglas del juego de un futbolista de alto rendimiento.

Y aunque su vida futbolística ha tenido notorios picos altos y bajos, hoy sigue persiguiendo sueños y entre los más claros está participar en su tercera Copa del Mundo en Catar 2022.

Marco ha tocado la gloria con la Selección Mexicana, ganando una medalla de oro en Juegos Olímpicos de Londres 2012; con Chivas ganó un torneo de Copa y disputó la final de Copa Libertadores de América; con el Eintracht Frankfurt ganó una Pokal (Copa de Alemania) venciendo en la final al Bayern Munich y anotando él uno de los goles del triunfo; con Filadelfia clasificó al equipo por primera vez a una semifinal de la MLS; ha jugado Copas Libertadores y Sudamericanas; ganó el torneo de Clubes Campeones y subcampeones de la Concacaf y participó con Cruz Azul en el Mundial de Clubes de 2014 celebrado en Marruecos, donde perdieron en semifinales ante el Real Madrid; ganó la Copa de Oro 2011; y ha participado prácticamente en todos los torneos que se juegan en el mundo (Sudamericana, Libertadores, Copa de Oro, Copa América, mundiales, juegos olímpicos, Copa Confederaciones), destacándose los JO de Londres 2012 donde se colgó la medalla de oro y los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018.

Pero también conoce el abismo: fue separado del plantel de Chivas por indisciplina; fue dado de baja, junto con otros siete compañeros, de la selección mexicana que iba a participar en la Copa América 2011, además de recibir una sanción de seis meses en futuras convocatorias; en octubre de 2011 fue multado por Guadalajara por festejar un gol con su compañero Alberto Medina, simulando una ejecución con arma de fuego, en un país aquejado por la violencia; fue enviado a Colombia por Jorge Vergara a la clínica del doctor Claudio Naranjo para recibir terapias Gestalt para mejorar su rendimiento y superar una pérdida cercana que le impedía crecer mental y futbolísticamente.

La vida y los golpes enseñan. Marco Fabián vivió una experiencia que le hizo replantearse muchas cosas. Fue operado de la espalda en agosto de 2017, en una cirugía de alto riesgo que lo tuvo al borde del retiro y, si algo fallaba, no sólo terminaba su carrera, sino que estaría condenado a una silla de ruedas.

“Fue horrible. Después de la operación, todos los días han sido una bendición. Estoy agradecido con Dios por esta segunda oportunidad. Tuve temor, miedo, la sufrí mucho esa etapa. No sabían qué pasaba con mi espalda. Si algo salía mal en la cirugía podía haberme quedado sin caminar. Pero la fe en Dios me dio fuerza para regresar a la cancha. Mi recuperación fue muy buena y esa experiencia de hace tres años y medio ya es sólo recuerdo porque no he vuelto a tener ningún problema”.

Experiencia para dar consejos

Radicado en Ciudad Juárez, después de jugar casi cinco años no sólo en tres países distintos, Alemania, Estados Unidos y Catar, sino en tres continentes (Europa, Asia y América), Fabián tomó el reto de ayudar a Bravos de Juárez en este torneo. Llegó tarde y desde la fecha 6 que debutó no perdía la titularidad hasta que el Covid-19 detuvo su marcha. Dice el jugador que la enfermedad “es seria” y que a él le hizo pasar noches complicadas. Quiere reaparecer contra el América en la fecha 17 y de ser posible alcanzar con su equipo el repechaje.

Quienes lo ven entrenar diario en Juárez afirman que entrena como novato y que en los partidos corre más kilómetros que los más jóvenes. Físicamente está de vuelta, pero le falta -por ahora- lo que antes encontraba con facilidad: el gol. “Anda muy bien en lo físico, pero le falta el toque fino de ponerse delante del gol y de meter la pelota en el arco contrario”, dice su entrenador Gabriel Caballero.

“De todo se aprende”, acepta Marco Fabián, sin negar los pasajes oscuros de su carrera. “Los errores que tuve los tomo como aprendizajes que me ayudaron a valorar muchas situaciones. Hoy en día cuido al 100 por ciento mi vida personal. Mi cuerpo debe estar bien. Es primordial para mantenerme a buen nivel con la edad que tengo”, detalla.

Regresar al futbol mexicano no lo considera un retroceso “sino una nueva ilusión” porque le gustó el proyecto de Juárez. “Creo mucho en mí y tengo todavía muchos sueños: hacer historia con Juárez, compartir experiencias con los jóvenes y ¿por qué no?, pensar en jugar otro mundial”.

-¿Qué consejo le darías a un chavo para que no cometa los errores que tú tuviste que vivir?

“Que el futbol es una carrera que se va en un abrir y cerrar de ojos. Se va muy rápido. A veces no nos damos ni cuenta de que el sueño de debutar y después de consolidarte se va muy pronto. Me pueden decir que entrene bien, que le dé dos vueltas más a la cancha, que me cuide, pero uno dice: mejor mañana, al fin que estoy chavo. A mí me pasó. Me lo decían, pero estaba bloqueado porque pensaba que con mi talento bastaba”.

Hoy sabe que si hubiera sido más profesional, tal vez su carrera pudo tomar una mejor ruta. “No me arrepiento porque también de los errores se aprende. Si mi ejemplo les sirve, les diría a los jóvenes que disfruten cada momento, porque esa es la vida, pero hay que prepararse todos los días para el mañana. Hoy el futbol es muy físico. Si no cuidas tu cuerpo, tu alimentación, tu descanso, estás en desventaja. Hay que saber que nuestro cuerpo es nuestro templo. El futbolista con puro talento ya no compite si no participa en el esfuerzo físico colectivo del equipo”.

La carrera de futbolista, dice Fabián, “es de 10 ó 15 años y entre mejor preparado estés y más disciplinado seas, puedes competir a mejor nivel”.

Sabe que su carrera está llena de episodios en claro y oscuro. Y aunque reconoce sus equivocaciones, también cuenta la parte deportiva en la que ha logrado prácticamente todas sus metas.

“A mí nadie me ha regalado nada. Nadie ha estado en la cancha por mí. Yo me he sacrificado en muchas cosas y he entrenado fuerte para alcanzar mis sueños. Estoy muy satisfecho con mi carrera. He representado a México en todos los torneos, he ganado muchas cosas, igual que con los clubes que he jugado. En Alemania fui campeón de la Pokal, jugué Europa League, con Chivas gané la Copa, con Cruz Azul gané la Concacaf, con Filadelfia llegué a una semifinal. Nadie me ha regalado nada. Por eso sigo. Hasta el día que cuelgue los botines dejaré de soñar. Todavía tengo mucho por dar”.

Hoy con Juárez es un futbolista que predica con el ejemplo, corriendo varios kilómetros por partido. “Yo me analizo siempre. Sé al equipo que llego, sé la forma en que jugamos, aquí todos corremos. No nos comparamos con otros equipos que tienen más recursos, pero nosotros sabemos que si todos corremos vamos a pelear los resultados. Aprendí en Alemania a defender, a correr, a participar en el juego colectivo; allá valoraban cuántos kilómetros corrías por partido, más que un buen pase de gol. Antes de irme de México podía simplemente con mi talento con el balón. Allá aprendí que eso no es suficiente. Hay que agregar el plus físico”.

-¿De qué te arrepientes y de qué te sientes orgulloso en este primer balance de tu carrera?

“Arrepentirme, de nada. Obviamente me van a decir: ¿cómo no te vas a arrepentir de nada cuando has hecho miles de cosas y errores? Digo esto porque si esos errores no los hubiera cometido, no sería la persona que soy ahora. Si hubiera tenido la oportunidad, sí hubiera cambiado muchas cosas que hice, por las que no pensaba en ese momento, no me daba cuenta. Y de sentirme orgullo, hay muchas cosas. Yo soy una persona que tiene una fortaleza interna. Mi mentalidad de salir adelante y ganadora me hace fuerte. Cuando he tenido baches, errores, caídas, o lesiones, siempre he salido adelante. No me estanco. Si me caigo, me levanto. Si algo sale mal, le doy vuelta a la página y mi libro y mi historia siguen. Si algo bonito tiene el futbol es que te da la oportunidad de la revancha. Si pudiera regresar el tiempo, me doy cuenta que después de un gran error he tenido la oportunidad de una revancha”.

Refiere que la operación de la columna vertebral de hace tres años y medio, se prometió a sí mismo darle un título al Eintracht y alcanzar una convocatoria con la selección nacional para asistir al Mundial de Rusia 2018. Esa mentalidad le permitió cumplir las dos metas: ganó la Pokal y jugó su segundo mundial.

Su fortaleza mental le permite darse cuenta que ya no le daña lo que digan de él. “No me dejo llevar por lo que dicen de mí. Si en la calle alguien me dice algo negativo, o si en la televisión alguien habla mal de mí, me da orgullo. Malo que no hablaran de mí. Me entra por un odio y me sale por el otro porque yo nunca dejo de creer en mí. Si me lo dijeran mi papá o mi mamá ahí sí pondría el stop para preguntarles porqué me lo dicen porque son personas que me conocen al 100 por ciento y que saben cómo soy. Cuando me lo dice alguien que no tiene idea de quién soy, que sólo ve el cascarón de Marco en la televisión, ahí no me preocupa porque yo sé quién soy y lo que trabajo día a día”.

Se confiesa un hombre feliz y recomienda a todos disfrutar de la vida, más en los momentos actuales que vive el mundo por la pandemia. “Hay que disfrutar y agradecer que tenemos vida”.

Ejemplo de su fortaleza mental es puesto en la charla: en 2011, tras un escándalo en un hotel de Quito, Ecuador, Marco fue dado de baja de la selección por una indisciplina junto con otros siete jugadores. Fue castigado y multado. Varios meses después gana con México el preolímpico, siendo campeón goleador; luego son campeones del torneo Esperanzas de Toulon, con Marco de goleador y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se colgó la medalla de oro, anotando también un gol en la justa y dando el pase para el gol del triunfo de Oribe Peralta en la gran final contra Brasil.

-¿Ese es un ejemplo de tu fortaleza mental?

“Ese es uno que lo dices bien. Y te puedo dar otro: después de mi castigo por esa indisciplina, mi regreso se da en un partido amistoso contra el Barcelona, donde Chivas gana (4-1) y yo anoto dos goles. Y hay muchos más, quizás no tan importantes para los demás pero muy valiosos para mí”.

-¿Eso no significa que dejes de reconocer que has cometido errores graves en tu carrera?

“Yo no rehuyo a esa realidad. No hay que tapar la verdad. Soy un ejemplo para niños o jóvenes que quieran salir adelante, y puedo decirles que no tienen que cometer los mismos errores que yo para cumplir sus sueños”.

La selección y otro mundial

Marco Fabián cree que como jugador en activo no puede perder el sueño de estar en su selección.

Su última convocatoria fue aquella de 2019 cuando se perdió contra Argentina 0-4 en Estados Unidos, ya con el “Tata”, Gerardo Martino como entrenador nacional. Lleva casi 10 años de seleccionado con todos los entrenadores que ha tenido México.

“Yo conozco ya al ‘Tata’ y él me conoce a mí. Por eso al regresar a México sigo con la ilusión de ser llamado de nuevo a la selección. Todo depende de lo que uno haga en la cancha. Ahí se ganan las convocatorias. Yo sigo con la misma ilusión. Disfruto mucho jugar al futbol. Para mí es una forma de vida. Más allá del entorno, de que es tu trabajo y de que forma parte de tu futuro, el futbol es una forma de vida. Yo me tele transporto a mi infancia, recuerdo lo que me producía alegría de niño, que era jugar con una pelota. Era jugar y pensar futbol. Por eso la selección la tengo en mi mente, y así será hasta que diga adiós al futbol”.

Para Marco Fabián, los futbolistas de su generación sí han experimentado un cambio de mentalidad, la cual está siendo imitada por las nuevas generaciones. “Los jóvenes que están llegando a la selección están aprendiendo de la generación de los que, digamos, ya vamos de salida. Hoy vemos a Edson Álvarez, a Diego Láinez, jugadores ya más pícaros, que se cuidan más, que trabajan en ellos mismos, igual que otros jóvenes que lo están haciendo muy bien acá en México. Son procesos. Pero los jugadores que vienen surgiendo están de acá (señala su cabeza) están viendo las cosas diferente para que cuando llegue el momento de saber de qué estamos hechos (los mundiales o los torneos importantes) demuestren que hay un cambio. Gerardo Martino y todo su cuerpo técnico lo están viendo y saben que hay mucho talento para elegir, tanto en esta nueva generación, como en los experimentados”.

-¿Qué le aconsejarías a talentoso emergentes mexicanos como Sebastián Córdoba, Carlos Rodríguez o José Juan Macías, que vayan pronto a Europa, que pidan a sus directivas facilitarles el camino para irse?

“Totalmente. Con algunos de ellos he hablado, que una vez concluido su proceso de formación en México, cuando tengan suficientes minutos y fogueo, si los quieren en Europa, hablen con sus directivos para que los dejen salir. Si en México vas creciendo caminando, en el extranjero vas corriendo. Tener a muchos jugadores compitiendo en ligas elite en el extranjero también ayuda mucho a la selección nacional”.

Porque lo sabe, Marco Fabián habla de muchos jugadores con talento en equipos grandes de México que viven una problemática distintas por la presión que representa el público y las exigencias históricas. “En equipos como Chivas o América tienes que ser el doble de precavido, de tener bien tu mente para no dejarte llevar por lo que se vive en esos equipos. Un partido malo te ganas muchas críticas. O algo que hagas bueno te puede desubicar. Dejar buscar el equilibrio, para mantener la humildad y llegar al éxito. No dejarse contagiar ni por lo bueno ni por lo malo. De un día que te elogian y te ponen en Europa, pasan a un día malo que te quieren mandar a la banca. No hay que escuchar ni lo bueno ni lo malo, sino tratar de ser uno mismo. Trabajar en tus sueños”.

-El caso de JJ Macías, que vive un momento difícil. En León le fue muy bien pero en Chivas le está costando. Tú lo sabes bien, ¿Chivas no es un equipo fácil?

“Naaada fácil. En Chivas, todos los días, tienes que saber llevar tu carrera sin contagiarte del entorno. Es un equipo que siempre tiene la exigencia de ganar todos los partidos. Ahí no se permite empatar ni perder. Y al lugar que vayas vas a tener miles de seguidores esperándote, pero también exigiéndote que demuestres en cada partido. Los días que falles, vendrán con todo sobre ti, como si te cayera una montaña encima; y si metes un gol, o tienes una buena actuación, también te llenan de elogios y ahí es donde tienes que poner muy bien los pies en el piso. Son equipos donde tienes que tener mucha fortaleza mental parta soportar lo bueno y lo malo que se diga de ti”.

Mañana: “A la selección nunca le diría que no”.