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Volveremos a jugar en otra cancha diferente, Diego

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Hugo Sánchez recuerda el mayor momento de gloria de Diego Armando Maradona (2:33)

El 'pentpichichi' recordó cómo se vivió la presencia de Maradona en suelo mexicano en 1986. (2:33)

Con su personalidad, carácter y liderazgo, Diego pudo llegar a todos los rincones del mundo con esa magia que tenía como futbolista

Se nos ha ido uno de los más grandes en la historia del futbol. Por supuesto que quedará en el recuerdo de todos los que amamos y queremos este maravilloso deporte el profundo legado que ha dejado Diego Armando Maradona, en la memoria estarán para siempre todas las maravillosas cosas que ha hecho en la cancha.

Con su personalidad, carácter y liderazgo, Diego pudo llegar a todos los rincones del mundo con esa magia que tenía como futbolista. El adiós del Diez me hizo recordar aquellos momentos que pasamos juntos, no han sido muchos, pero todos ellos fueron emblemáticos y de gran significado para mí.

Recuerdo aquellos duelos que disputamos cuando él estaba en las filas del Barcelona, por la década de los ochenta, y yo me encontraba en el Atlético de Madrid; partidos que viví con mucha pasión. Siempre tuve una buena relación con Diego Maradona y, con el paso de los años, nos fuimos mostrando admiración mutua. Estando en Europa, él buscaba un lugar donde estuviese más a gusto y así llegó al Nápoles con una contratación bomba.

Otra pequeña coincidencia entre los dos, cuando estaba por salir del Barcelona, los culés me buscaron para ocupar su lugar, mientras que Napoli me tenía como opción en caso de que no fructificase lo de Diego. Al final, Maradona terminó en Italia y yo en el Real Madrid, agradecemos a Dios que nos diera ese camino a equipos en donde pudimos hacer historia.

Casualmente, nos enfrentamos también en un Nápoles vs. Real Madrid en la temporada 1987-88 de la Liga de Campeones. El partido de vuelta lo disputamos en el estadio de los italianos, en mi vida había escuchado tanto ruido como en aquel recinto, y a la vez, esas gradas enmudecieron con el silencio más sepulcral cuando Butragueño, a pase mío, marcó el gol que significó la eliminatoria de los napolitanos.

El único partido que jugué con Diego fue en la despedida de nuestro compañero Platini, otra gran figura del futbol. Fue un encuentro impresionante, porque parecía que habíamos jugado juntos toda la vida, nos entendimos a la perfección dentro de la cancha. Después de ello, pude coincidir con él en eventos de la FIFA y en Copas del Mundo.

Recuerdo también esa última entrevista que realicé junto a David Faitelson a Maradona cuando él decidió dirigir a los Dorados de Sinaloa. Le agradezco a Diego el legado que deja al mundo futbolístico y sobre todo en los mexicanos, por darse su tiempo de venir a dirigir un equipo a este país y convivir con el cariño de la gente.

Diego, te nos adelantaste una vez más a la jugada, pero ya nos encontraremos de nuevo en un partido y una cancha completamente diferente a la que estamos acostumbrados.

Descansa en paz, querido amigo.

Abrazo y fuerza a la familia de Diego.