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Aguirre, el más rayado de todos

Javier Aguirre cambió su decisión de unos meses para acá al aceptar dirigir en México después de señalar en varias entrevistas, en especial una en Futbol Picante, donde mencionó que no lo haría

Javier Aguirre volverá a dirigir en México 19 años después. Lo hará en Monterrey aunque su currículum le hubiera permitido hacerlo en cualquier equipo de la Liga MX. Pero tener al Vasco de regreso en el futbol mexicano en el rol en el que vuelve, no tendría que ser, más que para la directiva de Rayados, motivo de tantas alegrías.

Hace unos meses, cuando Aguirre se jugaba todavía la permanencia en la liga española con el Leganés, platicamos con él en el espacio de Futbol Picante de la tarde. Ahí dijo lo que repitió muchas veces en distintas entrevistas. Que no se veía dirigiendo en México y que, en caso de volver, se imaginaba más en algún puesto directivo.

Javier no hace nada malo aceptando una oferta de trabajo que seguro cumple con los retos deportivos que pueda buscar y que rebasa las metas económicas que podía imaginar. Tampoco Rayados comete un error en apostar por él por más que sus antecedentes en cancha no garanticen lo que muchos supondríamos que debería buscar el equipo regio. Su nuevo entrenador nunca ha tenido con sus equipos un futbol espectacular ni propositivo. Aguirre ha sido más de verbo que de ideas. No es el técnico más táctico y su juego se ha recargado más en apretar los dientes y las piernas que en otra cosa.

Para nada es una crítica negativa. Se trata más de entender su juego y de pensar si el estilo que casi siempre le hemos visto al dirigir, es el que le convenía a su nuevo equipo que lo que sí consigue, y de sobra, es un golpe mediático casi insuperable.

Al final serán los resultados los que decidan. Y es justamente eso lo que no logro entender. ¿Por qué Javier decide que la valoración a su trabajo en su regreso a México quede en manos de los resultados? Porque nos guste o no; o parezca demasiado simple en el análisis, ganar o perder es lo que marca la diferencia entre el trabajo bueno o malo que pueda hacer un entrenador.

Podemos debatir en si a estas alturas de su vida, Javier Aguirre, cuyas credenciales lo ponen creo que sin discusiones como el mejor entrenador en la historia de México, debería ser juzgado por el siempre resultado, pero así lo ha decidido él.

El Vasco ha sido siempre un técnico que ha priorizado el resultado. No es un entrenador de ideas ni de corrientes, es mucho más pragmático. Por eso será esa misma vara la que lo mida ahora al frente del Monterrey.

El equipo viene de un fracaso mayúsculo que sólo se acentúa si se recuerda cómo estaba todo en el torneo cancelado por la pandemia. La inversión en el plantel y el talento con el que cuenta no da tiempo para mucho más. Rayados es un equipo armado para ganar y con Javier, la exigencia no será distinta.

Ya existen con él dos capítulos distintos en los que atendió el llamado del futbol mexicano. Los dos fueron para rescatar a la Selección Mexicana y en los dos el resultado le dio la espalda y lo colocó probablemente en las dos peores situaciones que ha atravesado su carrera.

Distinto hubiera sido ver a Javier como una figura directiva capaz de compartir su bagaje y toda la experiencia y contactos que debe haber acumulado en este tiempo en Europa en pro de todo el futbol mexicano. Ahí sí habría razones de sobra para festejar su regreso. Pero por ahora todo eso estará sólo a las órdenes del Monterrey, que se raya con su contratación pero que hace que, mientras los resultados no digan otra cosa y con el contrato firmado por delante, el más rayado de todos sea por ahora el propio Javier Aguirre.