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Razones para ilusionarse... nuevamente

Jesús Humberto López ESPN

Luego de 2 jornadas, le veo pasta a Pumas para mirar a lo más alto este semestre. Me queda claro que la idea futbolística de Lillini ha cuajado en la mente de los jugadores.

El pasado domingo, en el marco de la jornada 2, los Pumas de la UNAM debutaron como locales en el naciente Guardianes 2021 de la Liga MX. El estadio Olímpico Universitario le entregó al equipo del Pedregal su primer triunfo del torneo al golear 3-0 a Mazatlán FC que había llegado a este compromiso luego de ganarle al Necaxa en la fecha inaugural en su nuevo y hermoso estadio. El partido no fue espectacular ni el mejor del fin de semana, sin embargo, sí fue una muestra de lo que Pumas puede lograr en este campeonato.

Antes del silbatazo inicial del encuentro dirigido por Luis Enrique Santander, aun flotaba en el aire la tristeza por la derrota en la final de diciembre pasado ante el León.El sueño por el octavo título había sido liquidado por el mejor equipo de la campaña anterior y aunque su clasificación a los partidos por el título fue un suceso tan inesperado como sorpresivo, haber acariciado la copa y no haberse quedado con ella provocó la natural frustración causada por la derrota entre directivos, cuerpo técnico y jugadores.

Es importante detenernos aquí por un momento y decir que el subcampeonato de Pumas no fue obra de la casualidad por más que sus detractores señalen que en Cruz Azul hubo actitudes extrañas en algunos de sus jugadores y que se dejaron perder en semifinales (lo cual me parece aberrante). Conquistar el segundo lugar de la tabla general sólo por debajo del León; consolidarse como la segunda mejor ofensiva del torneo, distinguirse como una de las mejores defensas de la campaña, contar entre sus filas con el tercer máximo goleador del certamen y, sobre todo, reponerse a la sorprendente renuncia de Miguel González “Michel” a tres días de iniciar la competencia, son elementos más que suficientes para echar por la borda cualquier insinuación de que los universitarios lograron escalar tan alto en el Guardianes 2020 gracias a la conjunción de los astros y a la sonrisa de la Diosa Fortuna. Nada más falso que ello.

Dejado de lado y descartado rotundamente el tema de la casualidad, hay que revisar ahora las causalidades que ponen al equipo representativo de la Máxima Casa de Estudios del país como una de las escuadras a las que hay que observar detenidamente jornada tras jornada. Por principio de cuentas, la directiva felina decidió darle continuidad al proyecto de Andrés Luciano Lillini, lo cual me pareció lo más acertado y lógico tras lo obtenido en el semestre anterior. Nadie o muy pocos esperaban que el nacido en Santa Fe, República Argentina, lograra sentarse bien y seguro en la, para muchos, incómoda y difícil banca de Pumas. La conocida precariedad económica de la institución auriazul obligó al estratega argentino, como ha obligado a todos, a ajustarse a lo que había, sin excusas ni pretextos. Rápidamente convenció a sus jugadores de lo importante que es en Universidad Nacional sudar a tope la camiseta y hacerlo con profundo amor y devoción. Les recordó la importancia de hacer valer los colores azul y oro dentro de la cancha, propia o ajena, ante cualquier rival que tengan enfrente pero, sobre todo, les puso de manifiesto la importancia de jugar al fútbol de acuerdo al ADN que históricamente ha identificado a la institución desde su fundación el 2 de agosto de 1954: la garra, la pasión y la búsqueda permanente de la victoria.

Cuán valioso le resultó a Lillini haber trabajado durante tantos años con jóvenes desde que se retiró prematuramente de las canchas en 1999. Su experiencia en fuerzas básicas en el extinto Monarcas Morelia, en el Boca Juniors de Argentina y en el CSKA de Moscú, así como su labor de asistente técnico en un par de equipos en su país natal, le ha permitido al entrenador de 46 años de edad, iniciar la cimentación dentro de la institución unamita, de un proyecto serio (y quizá a largo plazo) basado en la búsqueda del éxito a partir de una realidad que te obliga a forjar, por esencia institucional, a jóvenes futbolistas mexicanos junto a algunos otros foráneos más o menos consolidados con el fin de que, poco a poco, comiencen a llegar los resultados que desea permanentemente la afición auriazul, tal y como sucedió hace pocas semanas en el corazón del Bajío mexicano.

Regresando al inicio del actual Guardianes Clausura 2021, importante es mencionar que la UNAM sufrió las sensibles bajas del paraguayo Carlos González (hoy Tigres), Alejandro Mayorga (Chivas) y Andrés Iniestra (Juárez FC), jugadores que fueron base del actual subcampeonato. En contraparte, y hasta antes del primer partido de la campaña contra los Xolos de Tijuana , mismo que terminó empatado sin goles, no se había anunciado algún refuerzo. Sólo unos pocos elementos de Pumas Tabasco y de la Sub-20 fueron promovidos al primer equipo, como es el caso del canterano de 19 años Emmanuel Montejano quien, ante Mazatlán en el Olímpico Universitario, tuvo un debut de ensueño en primera división al anotar el tercer gol de los universitarios con tan sólo 50 minutos en la cancha. Su ingreso se debió a una lesión muscular de Juan Ignacio Dinenno, misma que marginará al argentino por lo menos un mes de toda competencia, lo cual probablemente obligue a la directiva viajar al extranjero por otro delantero para apuntalar el ataque en el que se mantienen Juan Iturbe y Facundo Waller.

Luego de 2 jornadas, le veo pasta a Pumas para mirar a lo más alto este semestre. Me queda claro que la idea futbolística de Lillini ha sido debidamente interpretada y ha cuajado en la mente de los jugadores. A pesar del corto y muy joven plantel que tienen los universitarios, existen elementos para señalar a los capitalinos como uno de los principales candidatos al título. Si mantienen el orden y la disciplina dentro y fuera de la cancha y, sobre todo, acrecientan el hambre de triunfo que los identificó el torneo pasado, estoy seguro de que con base a su característico ADN, el campeonato estará más cerca que nunca.