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Me alegra que Tuca no esté hoy

El hecho de no castigar de manera ejemplar al Tuca parece un hecho absurdo, pero se debe celebrar que no esté presente hoy en el banquillo ante Atlas

Ricardo Ferretti no estará hoy en el Jalisco por un castigo que se buscó, se merecía y, extrañamente, le dieron; lo que me alegra enormemente por el futbol mexicano dado el paupérrimo interés con el que la Liga Mx cuida su imagen ante las constantes faltas de respeto de sus agremiados, encabezados históricamente por el Tuca.

Un señor de 66 años de edad y trayectoria de 30 como entrenador debería ser el estándar para los demás, pero en los espacios públicos, donde los valores importan aún más que en la cancha, Ferretti ha sido todo lo contrario desde que regresó a Tigres en el 2010, supongo que por saberse intocable.

Comienzo con un recuerdo de septiembre de ese año. Al final de un entrenamiento en la Facultad de Medicina, un grupo de personas se acercó a la cancha para provocarlo por haber dejado a Pumas “por vendido”, según le gritaban, a lo que Ferretti reaccionó con inolvidable “a los cabrones que vienen así en contra de nosotros, pártanles su puta madre”, dirigido a los aficionados de Tigres que estaban ahí, incluyendo niños.

Aunque el incidente se hizo público, la Liga no lo sancionó de manera ejemplar y, lo que me parece más absurdo, mucho menos su club, ese que lleva el nombre de la UANL ¡por amor de Dios! A sí sea porque el equipo en realidad es de Cemex, pero igual, representan a una universidad y ni así tuvieron el valor de disciplinarlo.

Ese día, en el primer año del Tuca como faro de la nación tigre, se sembró una semilla y quién dice que entre los que recibieron la instrucción no estuvo después alguno en la batalla campal del 2017 en Veracruz, o en la del BBVA en la que un aficionado de Rayados terminó en el hospital, o en la del 2018 en el Universitario en la que uno felino fue apuñalado. No exagero, las acciones tienen consecuencias y al menos sabemos que el mensaje del técnico no ayudó a evitar aquellos problemas.

Esa es solo una faceta, la más extrema que él mismo rubricó en el Pirata Fuente alimentando los ánimos desde la cancha hacia la tribuna, pero ante la prensa la historia no cambia mucho y el respeto a las cámaras es el respeto a los aficionados.

No tiene caso enumerarlas, el punto es que el Tuca insulta periodistas constantemente sin que las sanciones por hacerlo, en caso de que existan, sean públicas siquiera en su forma, para que exista un precedente y los colegas sepan que pueden hacer su trabajo con libertad. Es más, por sus pistolas ha detenido conferencias porque no le gusta estar en vivo ante la ausencia de una autoridad que le explique que esa no es su decisión.

Por su puesto que no es culpa del entrenador, sino de la Liga y de Tigres por permitirlo, al margen de que vaya en contra de su producto. Pero no me crean mí, créanle a las mejores ligas del mundo que tienen altos estándares de comportamiento para sus trabajadores, porque sí, cuidar el mercado es una carrera permanente y la violencia y la censura no llevan más familias a los estadios. O piensen que no importa y que lo que haga el señor no influye en los aficionados.

Por todo esto, me da gusto que el Tuca no esté hoy en el Jalisco. Como sociedad aún no aprendemos la importancia de usar mascarillas en reuniones y respetar la cuarentena, ahí está el Cabecita Rodríguez, pero al menos ya aprendimos que no está bien fumar en donde sea que se nos antoje y eso hasta la Liga Mx lo entiende.