<
>

Santiago Naveda busca consolidar el sueño americanista de Sergio, su padre

play
Hasta las 4am, así recibieron a Naveda en su casa cuando debutó (2:26)

La madre del canterano del América relato cómo vivió la familia el debut del juvenil. (2:26)

El padre de Santiago Naveda estuvo por dos meses en las fuerzas básicas del América; hoy le toca a él darle continuidad a ese sueño y para eso interviene toda la familia

En la familia Naveda hay desde coaching táctico hasta community manager. Padres y hermanos aportan sus conocimientos en pro de la naciente carrera de Santiago Naveda, tercer hijo del matrimonio de Kathia Lara y Sergio Naveda, que tiene cuatro vástagos: Sergio, el mayor, junto a Kathia, la menor, son los encargados de las redes sociales del mediocampista del América, mientras que Diego es el que analiza los partidos junto al canterano de las Águilas, actividades que se han convertido en una forma de vida.

El deporte ha sido un ingrediente importante de la familia Naveda, pues Sergio, el padre de familia, es apasionado del futbol desde su infancia y seguidor del América; incluso, a los 18 años de edad entrenó con fuerzas básicas de los azulcremas por dos meses en las canchas de Coapa, pero una fractura de tibia y peroné alejó de las canchas a aquel habilidoso jugador que le gustaba driblar pegado a la banda y que ahora tiene a uno de sus hijos en las filas de las Águilas.

“Todos mis hijos siempre han sido muy deportistas, desde mi esposo que es futbolista, les gustó siempre el futbol, a los dos hermanos mayores de Santiago, les gusta mucho y Santiago ha crecido en una familia muy unida, tanto la familia del papá como mi familia, es una familia grande y siempre dentro del deporte”, externa la madre del futbolista para ESPN Digital.

Santiago, quien desde su infancia soñaba con ser futbolista, es el Naveda más callado, más serio, pero también el más disciplinado: “Siempre ha sido como el más tranquilo, el que se maneja solo. Entraba a su cuarto y ya era un niño que estaba cambiado, arreglado, listo para irse a la escuela. Desde muy chiquito ha sido muy organizado, muy callado y muy, muy, muy disciplinado”.

Su papá, además de sus hermanos Sergio de 26 años de edad y Diego, que está por cumplir 24, fueron los primeros maestros del jugador de las Águilas de 19 años, pues a pesar de ser mayores, siempre pateó el balón con ellos, situación que lo forjó para cuando comenzó su carrera, misma que escribe desde los tres años de edad con el apoyo de sus papás, quienes en un inicio se partían para los compromisos que tenía en La Herradura, su primera escuela de futbol, sin perder de pista el aspecto académico, tema que se complicó cuando entró al América a los 13 años.

“Hacíamos como una hora y cuarto, una hora y media. Estudiaba en las mañanas, pasábamos al colegio, comía en el trayecto, descansaba, de ahí entrenaba en el América y otra vez el trayecto a la casa. Llegaba ocho o nueve de la noche a hacer tareas y volvía a empezar el siguiente día”, recuerda Kathia Lara.

Por otro lado, Sergio, su padre, es el que le dio sus primeros consejos futbolísticos, sobre aspectos que tenía que mejorar cada partido, además de que comparte la disciplina de Santiago. Un día tuvieron que correr de Calzada del Hueso a Coapa para evitar que su hijo tuviera un retardo en su práctica por el tráfico.

“Santiago se da cuenta que faltaban como 10 minutos para el entrenamiento. Se bajó del coche y se fue corriendo desde cerca del Estadio Azteca al América, porque no podía llegar tarde. Llegó sudadísimo, pero llegó puntual y obviamente el papá no podía dejar que su hijo corriera solo y se fue atrás el papá con traje, atrás de su hijo”.

En casa, el futbolista del América tiene varios apodos: ‘Pollo’, ‘Polloyon’, ‘Yon’, ‘Tatito’ y ‘Santi’, pero en América lo llaman como su apellido: "Naveda”, mismo que tiene origen africano: “Es de los moros y después hubo una emigración de los moros a España y obviamente después, con el tema de la conquista y eso entiendo que vinieron muchos españoles ya con ese apellido, entiendo que viene por ahí”, explicó el señor Sergio.

La mamá de Santiago ha lavado el uniforme de Santiago en el baño de un aeropuerto cuando en su escuela de futbol de La Herradura hicieron una gira de un mes por Europa, también tuvo la tarea de abogar por su hijo ante los maestros, cuando el futbol no le permitía asistir. Recuerda que en el ámbito escolar hubo profesores que por envidia no lo apoyaron, sobre todo en su último año de preparatoria, momento en el que estaba muy cerca al profesionalismo.

“Había maestros que le decían: ‘Yo también quería ser jugador de futbol, pero no pude, entonces tuve que estudiar, así que tú también tienes que estudiar’, lo reprobaban. El de educación física le ponía ocho porque no sabía correr, así la pongo. La materia de educación física, siendo futbolista, no sabía correr, entonces le ponía ocho”.

Kathia y Sergio tienen 28 años de casados, siempre han apoyado los sueños de sus hijos y ahora integran un equipo que juega a favor de la carrera de Santiago, quien empieza a dar pasos en la Primera División, mientras estudia en línea la carrera de innovación de negocios.

“Es una forma de vida y más que sacrificio, para mí, es agradecimiento a mis otros hijos que nos han apoyado todos como una familia para trabajar esto del futbol. Todos somos un equipo, el papá está al pendiente de Santi, de su situación, mi hijo Sergio en Instagram, mi hija Kathia también en las redes sociales, Diego con el análisis táctico y la mamá, que esté toda la comida”, cierra la señora Kathia.

El apoyo que Santiago tiene en casa es algo que destaca Marco ‘Winnie’ Peralta, su entrenador en La Herradura y quien llegó a debutar en la Primera División con Necaxa, por lo que no se preocupa porque Naveda pueda llegar a perder el piso, pues considera que la familia del futbolista, además de su educación, lo mantiene centrado y lo llevará a jugar en Europa.

“Sus papás han estado ahí y siguen estando presentes como si la señora Kathia estuviera lavando el uniforme en el aeropuerto. Me da mucho gusto verlo jugar, me da mucho gusto verlo en el jugador que se ha convertido. Estoy seguro que no va a ser un jugador de hola y adiós en Primera División, tiene muy buenas bases, familiares sobre todo”.