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Cuando se juega con el corazón

ESPN

Granada, club del sur de España, ha llamado la atención por su entrega en el terreno de juego y su compromiso.

Historias de equipos de bajo perfil que han ganado en algún momento su liga hay varias.

Anécdotas de equipos de bajo perfil, de equipos considerados como chicos, sin gran historia, que han clasificado a torneos europeos, hay varias.

Por mencionar alguna, recuerdo al Astana de Kasajistán, que calificó a la UEFA Champions League por primera ocasión hace seis años. En la fase previa echó al Helsinki y al Apoel. Ya en la etapa de grupos, no pudo ganar un solo encuentro frente al Benfica portugués, el Atlético de Madrid y el Galatasaray turco.

Sin embargo, debo aclarar, que sólo perdieron dos partidos, empatando el resto, nada mal para unos desconocidos. Nordsjaellland, Oteluil Galati, Zilina, Urinea, Debrecen, Anorthosis, Petrzalka, Willem II, Lierse, Kosice, Lodz, tienen una crónica, un pasado similar, algunos de ellos ganando inclusive su liga, jugando previas y fase de grupos esporádica en Champions principalmente.

Pero el relato del Granada es diferente; no han ganado su liga, la española, de hecho, hace dos años, jugaban en la segunda división y hoy están a un paso de jugar los cuartos de final de la UEFA Europa League.

Un equipo cuyo objetivo es subsistir, permanecer en la categoría, hoy de media tabla con una diferencia de goles negativa, con mas partidos perdidos que ganados en una liga top como la española, no deja de sorprenderse y sorprendernos cada que salta a la cancha, al escenario europeo.

El plantel dirigido por el joven entrenador Diego Martínez Penas (primera oportunidad en la máxima división) no es basto en calidad, pero le sobra corazón. Con presupuesto limitado pero unas ganas tremendas de crecer por parte de directivos, técnicos y futbolistas, el Granada, club del sur de España, ha llamado la atención por su entrega en el terreno de juego, su futbol vertical, su compromiso, inclusive cuando las piernas no dan más.

Uno de sus principales retos ha sido conformar un once medianamente respetable cada semana, debido a la gran cantidad de jugadores lesionados a lo largo de la campaña. El caso ha llegado al extremo llegando a poner a algunos jóvenes canteranos, y a otros no tan jóvenes pero fuera de su posición, al no existir recambio natural en el banquillo. El resultado, media tabla en la liga española y avance en la Europa League.

Desde el arquero portugués Rui Silva, pasando por los suramericanos Pérez, Lozano, Herrera, Machis, Suárez y Kenedy, más la base local, han cautivado con su juego y corazón a prueba de balas.

Falta el partido de vuelta frente al Molde noruego, que se jugará en sede alterna y con una ventaja de dos goles que parece definitiva. El estadio nuevo los Cármenes sigue de fiesta, una que ha durado bastante más de lo que se pronosticaba, gracias a su juego, pero sobre todo, gracias al corazón, ese que ponen todos los involucrados, ese que ponen, ese extra que se necesita cuando el talento no alcanza, cuando las piernas ya no responden.

Todo esto hacen del Granada un club especial, que no deja de sorprender, que teniendo todo en contra, sabe encontrar los caminos, un sendero luminoso, una historia que vale la pena contar, que vale la pena disfrutar.