Fútbol Americano
Miguel Ángel Briseño 3y

Allá vamos otra vez

Hay gente que no quiere que Rogelio Funes Mori se ponga la camiseta del Tri porque no lo ven como una decisión conveniente.

Hace rato que esto no sucedía. Hace rato que no había un jugador que despertara la tentación de envolvernos en la bandera. Hace rato que el tema estaba empolvado en el armario, pero nada que una sacudidita a nuestro patriotismo más barato no pueda remediar.

Las intenciones de Gerardo Martino de convocar a Rogelio Funes Mori, quien ya ha cumplido todos los requisitos de la ley para obtener su naturalización, renueva el debate y la controversia sobre si está bien o no llamar a la selección a jugadores no nacidos en territorio mexicano.

Y allá vamos otra vez, a discutir si esto está bien o está mal. Qué importa si esto ya lo hayamos vivido antes con Caballero en el 2002, con Sinha en el 2006, con Guille Franco en el 2010 y con Chaco Giménez en el camino al 2014. Los argumentos para cuestionar son los mismos, solo cambia el jugador en torno al que se discute.

La razón en el fondo es la misma. Hay gente que no quiere que Rogelio Funes Mori se ponga la camiseta del Tri simplemente porque no lo ven como una decisión conveniente, y porque para ellos la Selección Mexicana es poco menos que la patria y aceptar a un “masiosare” es casi casi una alta traición.

Se pierde de vista que el mundo ha cambiado. Antes, hace unas dos o tres décadas, no había globalización. Ahora un gran número de selecciones europeas y del mundo han convocado a jugadores naturalizados, han tenido éxito, y el mundo sigue girando. Si Funes Mori va al Tri y mete goles, y los festejamos, las pirámides de Teotihuacán seguirán ahí, Bellas Artes no desaparecerá, ni se va a evaporar el bellísimo Pacífico mexicano.

Esto es un deporte, un juego y la gran mayoría de las veces un negocio de entretenimiento. La patria no está en juego. Rogelio Funes Mori tiene seis años en este país jugando para Rayados, es un goleador comprobado, y si no muestra el compromiso que se requiere para para jugador al vestir la verde, pues no funcionará y no se le vuelve a convocar. Tan sencillo como eso.

¿Acaso Funes Mori hubiera querido asistir a la Selección de Argentina y no le alcanzó el nivel? Muy probablemente. Pero hoy hay la posibilidad de contar con un elemento que puede arreglar muchos problemas del Tri en la actualidad, y nos negamos a una situación propia del siglo XXI, normalizada prácticamente en todo el mundo.

Pero es México, y a cada solución le buscamos un problema. Llamarán a Funes Mori, y como no es Lewandowski, entonces surgirán las voces que cuestionen: “ya ven… teníamos razón, no marcó diferencia”.

Pues sí. Pero se los anticipo: si Lewandowski quisiera naturalizarse mexicano, también le pondríamos un pero.

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