Fútbol Americano
Mauricio Pedroza 3y

Salvando a Chicharito

LA Galaxy confía a ciegas en su jugador franquicia, Javier Hernández, pese a la falta de retorno de inversión a nivel financiero, pero sobre todo deportivo

MÉXICO -- “No es verdad. Ellos saben el tipo de jugar que es, lo ven entrenar y no es por ahí”. Así me contestó una fuente del LA Galaxy cuando le pregunté si era cierto que el vestidor del equipo estaba molesto con la actitud de Javier Hernández.

Esa es la postura oficial.

La extraoficial dicta que internamente, el club se rasca la cabeza para saber qué es lo que debe hacer con él.

Y por ahora la primera respuesta es: nada. Confiar a ciegas.

El equipo desembolsó cerca de 10 millones de dólares por su transferencia y anualmente le paga un salario que rebasa los 7 millones de dólares.

La inversión es fuerte y no existe manera de recuperarla o amortiguar las pérdidas en el corto plazo.

La pandemia ha golpeado los ingresos de los clubes y en la relación Chicharito-Galaxy quedaron en pausa los réditos por venta de boletos, venta de camisetas, patrocinios extraordinarios o cualquier otra fuente de percepción que el equipo hubiera depositado en su nuevo jugador franquicia.

Eso en la parte del negocio. Porque la parte deportiva es aún más dramática.

Su aportación deportiva es por el momento nula. Previo al primer derby de Los Ángeles en la burbuja de Orlando, CH14 se lesionó y dejó de jugar hasta bien entrada la reanudación de la MLS.

Sin él, el equipo se colocó en la parte alta de la tabla en el oeste; coincidentemente a su regreso es colero. El peor equipo de su conferencia y el tercero peor de la liga. Insisto, coincidentemente.

De 10 juegos disputados, siete los ha iniciado. Ha marcado un gol y tiene cero asistencias.

Curiosamente, de acuerdo a la misma fuente consultada, ese rendimiento no es lo que más preocupado al seno del club. Lo que más les preocupa es lo extra futbol.

No su relación con compañeros o cuerpo técnico, esa es profesional y suficiente; sino su relación con su gusto por el juego.

Hay algo en Javier que no termina por convencer de que el futbol siga siendo una motivación extraordinaria en su vida. No es un caso perdido, pero algo hay que hacer.

Es momento de salvar los años maduros de su carrera como jugador.

El Galaxy lo sabe, su entorno lo sabe…ojala que él lo sepa.

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