<
>

Bauermann, de la suspensión por apuestas al Mundial con Pachuca

play
Eduardo Bauermann sobre sanción por apuestas: Toqué fondo, no pensé tener otra oportunidad (1:40)

El defensor de Pachuca cumplió una sanción de un año por forzar una amonestación; ahora se prepara para frontar el Mundial de Clubes. (1:40)

Casi dos años después de la investigación, el defensa brasileño abrió su corazón en ESPN sobre lo que vivió tras el castigo de FIFA.


"El Santos no tolera conductas indebidas ni faltas éticas". Con esta dura frase, el club paulista anunció, el 9 de mayo de 2023, la suspensión preventiva de Eduardo Bauermann de los entrenamientos del equipo profesional. Era el comienzo de un período de 771 días en la vida del defensa. Un lapso de tiempo que separa dos momentos completamente distintos: el fondo del pozo y el Mundial de Clubes.

En ese momento, Bauermann había sido citado en la Operación Penalidade Máxima II, iniciada por la Fiscalía de Goiás, que investigaba la manipulación de apuestas deportivas en el fútbol brasileño. Al parecer, habría aceptado recibir 50 000 reales por provocar y ser amonestado con una tarjeta amarilla en un partido contra el Avaí, por el Brasileirão del año anterior, algo que no cumplió.

El caso avanzó. En junio, el Tribunal Superior de Justicia Deportiva lo condenó y lo suspendió por 12 partidos. Menos de un mes después, se rescindió su contrato con el Santos. En julio, el Alanyaspor, de Turquía, anunció su fichaje, en lo que parecía ser un nuevo comienzo lejos de todo. Pero el STJD revisó la pena y amplió la suspensión a 360 días. La FIFA lo validó. Bauermann no podía jugar en ningún lugar del mundo.

Tocó fondo. Vio a su hijo llorar en su habitación por tener que abandonar Santos de un momento a otro. Tuvo momentos de esperanza, otros sin ella. Pensó que nunca volvería a tener una nueva oportunidad, sentía que los días pasaban más lentamente. Sin embargo, la nueva oportunidad llegó. Bauermann vive hoy la mejor etapa de su carrera. Es el número 4 del Pachuca, que debutará en el Mundial el 18 de junio. El equipo está en el Grupo H, el mismo que el Real Madrid.

Corazón abierto

Bauermann recibió a ESPN para una entrevista exclusiva. Desde el momento en que salió a la luz el caso de las apuestas, poco ha hablado sobre el tema. Casi dos años después de que se hiciera pública la investigación, ha abierto su corazón sobre todo lo que ha pasado mientras estuvo lejos de los terrenos de juego.

"Pasaba días en casa llorando, sin ninguna perspectiva. Miraba a mis hijos. He visto a mi hijo llorar en su habitación varias veces por tener que romper un vínculo que nos hacía felices en Santos y tener que irme de allí por eso", reveló.

"Esa es una de las cosas que más me duelen: entrar en la habitación de mi hijo y verlo llorar porque echa de menos a sus amigos, echa de menos lo que vivíamos en Santos", continuó.

"Ha sido un gran aprendizaje. Espero que la gente se inspire en ello y aumente su fe a través de mi historia, para que vean que Dios es muy grande y puede hacer grandes cosas en nuestras vidas, tal y como lo ha hecho en la mía", añadió.

El defensa, en dos respuestas diferentes, calificó lo que pasó como muy difícil.

"Fue un periodo en el que tuve que hacerme más fuerte, se cerraron muchas puertas. Pero siempre tuve fe y esperanza de que las cosas podían cambiar", dijo al principio, cuando se le preguntó sobre su implicación en el escándalo.

"Hubo momentos en los que me veía sin esperanza, sin una nueva perspectiva de vida", afirmó en otra intervención, al recordar los días de suspensión.

Las declaraciones sobre tener o no tener esperanza pueden parecer contradictorias, pero dejan claros los altibajos que ha vivido el jugador.

"Tenía 27 años. Un deportista de 27 años, en teoría, debería estar en su mejor momento, y yo estaba pasando por el peor momento de mi carrera. Es difícil crear una perspectiva profesional después de pasar por eso", reflexionó. "Cada día parecía que tenía 48 horas cuando estaba en casa sin poder jugar, sin poder entrenar".

"Hoy, gracias a Dios, me veo en otro nivel. He aprendido mucho de eso. Sé que era necesario para poder estar aquí. Fue un gran aprendizaje. Quizás, en otra oportunidad, si estuviera aquí, no lo aprovecharía como debería", analizó.

Enfrentando el pasado

Cuando Bauermann fue condenado inicialmente a 12 partidos de suspensión, lloró. El jugador se encontraba en la sala plenaria del STJD, en Río de Janeiro. Las lágrimas eran también de alivio. Otros atletas involucrados en la Operación Penalidade Máxima II recibieron penas más severas, lo que se confirmó cuando la suspensión fue modificada a 360 días.

La investigación apuntaba a que el defensa aceptó recibir 50 000 reales por recibir una tarjeta amarilla ante el Avaí. No cumplió con lo acordado. Pasó todo el partido sin ser amonestado por el árbitro, lo que causó pérdidas a los apostantes.

Ante esta situación, como forma de compensación, habría llegado a un nuevo acuerdo: sería expulsado días después, en un partido contra el Botafogo. Esta vez, recibió una tarjeta roja, pero esta solo se mostró tras el pitido final. Las casas de apuestas no contabilizaron la expulsión, lo que habría generado otra pérdida.

El informe de la Fiscalía de Goiás mostraba que, a partir de entonces, el deportista habría comenzado a recibir amenazas.

"Creo que hoy soy una persona más madura, más consciente, antes tenía algunas dificultades para decir ciertas cosas a la gente, me perjudicaba a mí mismo para no perjudicar a los demás", dijo Bauermann.

"Cuando empezamos a comprender cómo es el ser humano y la maldad que a veces las personas disfrazan de bondad, empezamos a madurar y a comprender mejor por qué las personas se acercan a nosotros. Le diría a aquel Bauermann de atrás que tuviera la madurez suficiente para saber tratar a las personas y saber imponerse", continuó.

Una nueva oportunidad

Bauermann asumió las consecuencias. El contrato con el Alanyaspor, de Turquía, firmado poco después de dejar el Santos, fue rescindido antes incluso de debutar, debido a la suspensión.

"Después de todo lo que he pasado, incluso con algunas injusticias, por todo lo que ha sucedido, me siento una persona nueva. Por supuesto que me arrepiento de algunas cosas, sí, pero sé que todo fue necesario para aprender", señaló.

Su alejamiento de los terrenos de juego terminó el 10 de mayo de 2024, hace menos de un año. Semanas después, aún en mayo, fichó por el Everton chileno, donde reinició su carrera. Su rendimiento en suelo chileno hizo que el Pachuca se fijara en él en noviembre. Debutó con el equipo mexicano el pasado 20 de enero.

"Estoy feliz por esta nueva oportunidad que se me presenta, por este nuevo momento, después de haber pasado por todo esto, de haber tocado fondo, de haber pensado que no tendría otra oportunidad. Pensaba que las cosas, al estar ya tan difíciles, podían empeorar y que quizá no volvería al fútbol", declaró.

"Pero, gracias a Dios, tuve la oportunidad de volver. Volví a Chile, volví bien, y ahora aquí, con esta oportunidad que ni en mis mejores sueños podría imaginar que estaría en un club con posibilidades de jugar el Mundial. Hoy estoy muy feliz por haber pasado por eso, con ese aprendizaje necesario, para estar aquí teniendo esta oportunidad", celebró.

"Son cosas que pasamos en la vida, pero si sabemos sacar una lección de ello, podemos mostrar a todos el poder que Dios tiene en nuestras vidas y demostrar que podemos dar la vuelta a la situación. Es lo que estoy haciendo en mi carrera. Tenía muchas buenas historias en Brasil, pasé por buenos clubes, era muy conocido. Después de tocar fondo, estoy viviendo mi mejor momento profesional. Esto demuestra lo bueno que ha sido Dios con mi vida. Sé que no habría tenido esta oportunidad si no fuera por Dios, que me ha bendecido, ayudado y fortalecido durante estos días", explicó.

Bauermann dijo que había sido muy bien recibido en México. Contó que se sentía como en casa, que se había adaptado a la cultura. Durante sus respuestas, mezclaba el portugués con el español, como si llevara mucho tiempo hablando ese idioma.

"En los días que pasé lejos de los campos, sin poder jugar, suspendido, Dios me fue preparando para que pudiera volver y aprovechar la oportunidad de la mejor manera posible", reiteró.

"Llegar a un club que va a jugar el Mundial es un paso muy grande. Esto demuestra que, aunque tengamos planes para nuestra vida, Dios tiene un propósito mucho mayor. Eso es lo que ha hecho con mi vida. No podía imaginar que hoy, dos años después de una suspensión, estaría en un club que va a jugar el Mundial", agregó.

El Pachuca se enfrentará al Real Madrid en la segunda jornada de la fase de grupos del Mundial de Clubes. No es algo nuevo para el equipo, que perdió la final Intercontinental de 2024 ante los merengues por 3-0, tras eliminar al Botafogo en semifinales. Pero es algo especial para Bauermann. El año pasado ya había fichado por el equipo, pero no estaba inscrito.

"Las expectativas son las mejores. Es lo que siempre hemos soñado: jugar contra los mejores. Hoy sabemos que ellos (el Real Madrid) son los mejores del mundo. Tenemos muy buenas expectativas. Poder jugar contra estos jugadores también demuestra nuestra calidad", afirmó.

La relación con Brasil

A sus 29 años, Bauermann tiene muchas historias que contar. Además de Pachuca, Everton y Santos, ha pasado por América-MG, Paraná, Figueirense, Atlético-GO, Náutico e Internacional.

El año pasado, en la recta final de su suspensión, se trasladó a Rio Grande do Sul para ayudar a la población del estado en el que nació, en medio de las inundaciones que causaron la muerte de 183 personas y dejaron a otras desaparecidas y sin hogar.

"No lo pensé dos veces antes de ir a ayudar. En cuanto se abrió la oportunidad para que los civiles pudieran colaborar, fui uno de los primeros en estar allí para rescatar personas y animales. Lo hice todo de forma interna, sin exponerme mucho, porque no quería que la gente lo relacionara con las cosas que me pasaron en el pasado", contó.

"Quería que la gente viera mi acto como un acto de solidaridad, no para ocultar algo de mi pasado. Hice todo lo que pude, reuní a todos los amigos que pude para ayudar a la gente. Estábamos allí, llovía y sacábamos barcos del agua, sacábamos animales del agua, lloviera o hiciera sol, yo estaba allí para ayudar a la gente. Era lo que me dictaba el corazón", añadió.

"En los primeros días, nadie lo sabe, pero yo estaba en casa haciendo sándwiches, comprando cosas en el mercado para hacer sándwiches y repartirlos en las calles, en las escuelas. Conseguí donaciones de más de 10 mil litros de agua, camiones de agua y víveres que llegaron a Porto Alegre desde otras ciudades. Estaba allí de corazón, pero también para que la gente viera que todos podían ayudar de alguna manera", continuó.

Estar "en casa", como Bauermann clasifica Brasil, todavía parece conmover al jugador.

"Estoy muy feliz aquí [en México]. Muy feliz de verdad. Aquí me han acogido muy bien, la cultura es muy buena, la liga es muy buena, el club es muy bueno. Pero sabemos lo que es estar en nuestra casa, donde ya hemos pasado algún tiempo. Sabemos lo bueno que es", dijo cuando se le preguntó si volvería a jugar en suelo brasileño.

"Mi objetivo hoy es quedarme aquí, porque estoy feliz, pero si por casualidad tuviera la oportunidad de volver a Brasil, volvería con mucho gusto. Eso, de acuerdo con los clubes y mi perspectiva profesional. Si fuera algo bueno para todos, sería bueno volver a Brasil", afirmó

El fútbol también enseña

El fútbol le enseñó muchas cosas a Bauermann. Entre arrepentimientos, errores y aciertos, el defensa sigue adelante con su vida y aplica lo aprendido también en casa.

"He convivido con mucha gente, he hecho muchos amigos. Amigos con los que sigo hablando hoy en día, de clubes en los que jugué hace muchos años. Saber tratar a la gente es lo mejor de todo esto, porque conocemos a personas de todos los rincones del mundo", reflexionó.

"Eso nos hace adquirir respeto por todas las cosas y por todas las personas. Saber tratar a la gente y llevar eso a casa. Tengo tres hijos y una esposa, somos personas diferentes, a pesar de ser una familia, así que eso nos aporta las buenas experiencias que hemos adquirido en el deporte, respetando y conociendo otras culturas", continuó.

"Por encima de todo, creo que está el respeto hacia todas las personas, hacia todas las creencias, para que podamos convertirnos en mejores personas y también marcar la vida de los demás, para que en el futuro me recuerden con buenos ojos, con cariño, que tengan buenos recuerdos de mí ayudando a la gente, ayudando al club, al equipo. Es lo principal que me ha aportado el fútbol", concluyó