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Cuáles son la posibilidades reales de River en el Mundial de clubes

River se prepara para su debut en el Mundial de Clubes 2025. @RiverPlate

SEATTLE (Enviado especial) -- Es extraño. El fútbol argentino está acostumbrado a llegar a los torneos internacionales con reales ambiciones de ganar el título. Así ha sido desde que existe este juego, hace casi 150 años. Por eso en Estados Unidos hay una sensación exótica: tanto River Plate como Boca Juniors saben que no tienen reales posibilidades de pelear por el campeonato, debido a las diferencias económicas que existen con los rivales europeos. No alcanza la historia, ni el carácter ni la proverbial grandeza del fútbol nacional. ¿O sí?

Para qué está River en la Copa del Mundo de clubes

"Queremos pasar de fase y después ver qué pasa". Podría ser la frase de cualquier hincha de algún país de mediana trascendencia en una Copa del Mundo de selecciones. Pero es lo que repiten los riverplatenses que llegaron hasta Seattle para ver el debut del conjunto de Marcelo Gallardo este martes 17 de junio frente a Urawa Red Diamonds. Un objetivo módico, muy diferente al acostumbrado.

La singularidad de este certamen, que se jugará por primera vez en la historia, abre muchos interrogantes. El principal quizás es cómo pueden competir los equipos del resto del mundo contra los poderosos de Europa. Y en ese sentido, River tiene un papel protagónico. No solo porque es uno de los representantes de la nación que hoy tiene el título del mundo de selecciones, sino también porque ha sido uno de los mejores de Sudamérica en la última década.

En un torneo de un mes, con eliminación directa y que premia la rabiosa actualidad, quizás sea un contexto propicio para que las diferencias se acorten. Un buen presente puede elevar a un equipo con menor jerarquía individual por sobre rivales con más estrellas. River necesita alcanzar su pico máximo de rendimiento si quiere plantarse en octavos de final y desde allí dar pelea.

El semestre fue irregular. Comenzó con muchos problemas, pero Gallardo encontró el equipo durante la competencia y, aunque en los últimos partidos dejó dudas, hay una luz de esperanza. Frente a Platense en el torneo Apertura y ante Universitario en la CONMEBOL Libertadores, los últimos dos encuentros oficiales, River no jugó bien y repitió los problemas sufridos en febrero y marzo, pero con algunos días de descanso podría recuperar el nivel mostrado durante abril y buena parte de mayo.

El equipo argentino necesita solidez defensiva, dinámica y ritmo en el mediocampo y contudencia. Sí, es una obviedad, pero en los tres aspectos ha trabajado el cuerpo técnico y en los tres ha tenido problemas de continuidad. En este torneo no se puede fallar. Si quiere superar la primera fase para luego jugar mano a mano en eliminación directa necesita minimizar al máximo las falencias.

Con Lucas Martínez Quarta y Paulo Díaz encontró la dupla defensiva. Aunque tuvieron fallas individuales, se complementaron bien y tienen la jerarquía internacional necesaria para enfrentar a rivales de nivel. Lo mismo los laterales Gonzalo Montiel y Marcos Acuña, que ya no están en su mejor momento pero que saben plantarse en escenarios como este. Tal vez, esa sea una ventaja clave contra Urawa y Monterrey.

Desde la llegada de Kevin Castaño, River se mostró más firme en el mediocampo. El colombiano le dio equilibrio y dinámica a la línea media y acompañó muy bien a Enzo Pérez, que con él está más arropado. Junto a ellos han jugado Maxi Meza, Nacho Fernández y Giuliano Galoppo. Ninguno se terminó de afianzar como titular, pero todos han tenido buenos momentos y esa versatilidad también puede ser importante para cambiar de acuerdo al rival.

La figura del equipo, Franco Mastantuono, será uno de los futbolistas más mirados del Mundial. Todo el planeta quiere ver a la nueva figura de Real Madrid y para él estos partidos serán una buena oportunidad de mostrarse y al mismo tiempo de tener una despedida inolvidable del club que lo formó. Desde luego, River lo necesita más que a nadie. Si está enfocado y sostiene el nivel mostrado en buena parte del año, las posibilidades del equipo crecen. Buena parte del sueño se apoya en los pies del número 30.

En ataque, River necesita goles. No importa demasiado quién los trae, solo que se aprovechen las oportunidades. Sebastián Driussi y Facundo Colidio han tenido altibajos pero demostraron que cuando están finos, pueden hacer la diferencia. Los acompaña Miguel Borja, quien suele crecer en escenarios internacionales.

River arranca su camino en el Mundial contra Urawa Red Diamonds y luego enfrentará a Monterrey. En estos dos partidos se define el futuro. Llegar con seis puntos al partido contra Inter no solo le permitirá enfrentar al subcampeón de Europa ya clasificado, sino también con la certeza de que está en condiciones de competir. Tiene a su favor la historia, el temperamento y la autoestima argentina. No llega como favorito, pero sí con la ambición de dar pelea. Si avanza y se planta en octavos de final, Borussia Dortmund tendrá que batallar para dejarlo en el camino. Esa es la gran meta. O quizás tan solo la primera.