PASADENA (Enviado especial) -- El Rose Bowl no es un estadio más de los Estados Unidos. Es un genuino escenario deportivo y no un centro comercial que de paso sirve para albergar partidos. Tiene el señorío que le da la historia. Una historia que excede al fútbol americano y que alcanza al fútbol nuestro. Y que hoy, en el Mundial de Clubes, se hizo aún más grande.
Se había visto el día anterior en las playas californianas. Esta segunda fecha marcó el verdadero desembarco de la hinchada de River Plate a Estados Unidos. Una multitud llegó a Los Ángeles desde diversos puntos del planeta y, además de romper la glamorosa monotonía de la ciudad-espectáculo con sus bombos y banderas, colmó las tribunas del estadio de Pasadena.
El imponente Rose Bowl se convirtió por unas horas en un estadio de Copa Libertadores. Dos hinchadas latinoamericanas, la de River y la de Rayados de Monterrey, acostumbradas a ser protagonistas del juego y no meros espectadores, se enfrentaron al mismo tiempo que sus jugadores. Una en cada cabecera, empujaron a sus representantes, que protagonizaron un empate 0-0 muy caliente.
Seattle es distante y fría. Los Ángeles es más cercana y caliente. Esa diferencia se vio en la cancha. River cuadriplicó la cantidad de gente que presenció este partido. Más de 25 mil personas fueron mayoría en este estadio que parece imposible de llenar por su tamaño y su forma, similar a la del Maracaná.
Las banderas de siempre colgaron del cemento californiano y las canciones del Monumental sonaron en la plácida tarde de los suburbios de Los Ángeles. Todos se habían quedado con las ganas de ver una multitud acorde al tamaño del club y esto ocurrió en esta segunda jornada.
El encuentro fue muy luchado, cargado de tensión y nervios. Ambos se jugaban buena parte de la clasificación a octavos de final y por eso se disputó a pierna fuerte, sin entregar un centímetro. En ese contexto es mucho más necesario el aliento. El empujón que puede dar el público se siente y es capaz de torcer la historia.
Ya desde la previa se sintió esa atmósfera copera. Hubo duelo de hinchadas en los alrededores del estadio, con cargadas cruzadas. Los hinchas mexicanos están muy acostumbrados a venir a esta ciudad, para acompañar a sus clubes o a la selección nacional. Sin embargo, esta vez no fueron mayoría. Estuvieron muy parejos en número, pero quizás haya habido más simpatizantes del cuadro argentino.
Tras el empate, River se jugará la clasificación en Seattle frente a Inter el próximo miércoles. Ese día, un buen porcentaje de quienes estuvieron en Pasadena volverá a hacerse presente en el Lumen Field. El equipo de Gallardo necesita de todos sus recursos para dar el golpe. Y una hinchada potente será fundamental.
"SE VIENE LA BANDA DE RIVER" locura en la tribuna del Millonario: muchísimos hinchas argentinos en Los Ángeles.
— SportsCenter (@SC_ESPN) June 22, 2025
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