Tal vez sea el partido perfecto. El equipo más prestigioso de la historia del fútbol internacional de clubes contra el mejor de la actualidad. El destino quiso que el duelo entre Real Madrid y PSG sea en semifinales y no en la gran final del Mundial de Clubes 2025, pero sin dudas es el enfrentamiento que todos vinimos a ver a Estados Unidos.
Clásico vs. moderno porque es el duelo entre la vigencia y la estirpe ganadora contra la excelencia de hoy. Entre el campeón de las 15 orejonas y el que la ganó por primera vez hace poco más de un mes. Cuando Real Madrid ya tenía 6 títulos de la Copa de Europa (solo uno más de los que hoy tiene su más inmediato perseguidor), PSG todavía no existía como tal. Sin embargo, hoy el juego los iguala y llegan a una semifinal en la que no hay favoritos.
Será un partido espectacular el que se jugará el próximo miércoles 9 de julio en el estadio MetLife. El choque que no pudimos ver en la última edición de la Champions, cuando el equipo español quedó eliminado por Arsenal en cuartos de final. En el escenario mundial sí lo tendremos: los dos últimos campeones de Europa frente a frente por el pasaje a la gran final del mundo. La primera de la historia con este formato.
Imaginar el encuentro es un ejercicio trepidante. Real Madrid viene de su mejor actuación en el Mundial contra Borussia Dortmund, a pesar de que al final sufrió porque en el tiempo de descuento se desató una locura propia del fútbol pero fuera de contexto. En tanto, PSG ha sido uno de los más regulares del torneo, más allá del tropiezo frente a Botafogo.
Lo único que puede atentar contra el espectáculo es el calor. Ya se vio en el duelo entre Borussia Dortmund y Real Madrid en el mismo estadio y a la misma hora: es imposible sostener la dinámica y el ritmo en condiciones como las de New Jersey. La elevada temperatura será uno de los elementos clave que deberán tener en cuenta Luis Enrique y Xabi Alonso. Regular los esfuerzos, saber cuándo soltarlos y cuándo esperar puede marcar la diferencia.
Este será un enfrentamiento entre dos extremos por las razones antes dichas, pero no tanto por los estilos futbolísticos. Lo dijo Thibaut Courtois en la conferencia de prensa: "Son dos escuelas similares: los dos buscamos tener posesión, hacer muchos pases y presionar arriba". Ambos saldrán a proponer porque es la única forma en la que saben plantarse en la cancha.
El Real Madrid de Xabi Alonso contra el PSG de Luis Enrique
Alonso llegó a Real Madrid días antes del inicio de este Mundial pero ya se nota algo de su mano en el juego. Se ve un conjunto más dinámico, con amplitud en las bandas y más intenciones de jugar con la pelota. Eso se vio en los goles frente a Dortmund, que llegaron tras buenas sucesiones de pases. Con Carlo Ancelotti era más directo y menos vistoso. Con Xabi quizás se vean más acciones colectivas de alto nivel en el Madrid.
Los méritos del PSG de Luis Enrique son conocidos. El mediocampo liderado por Vitinha y Fabián Ruiz se hace dueño de todos los partidos por prepotencia técnica. Federico Valverde, Aurélien Tchouaméni y Arda Guler tendrán el desafío más grande del campeonato contra ellos. En esa batalla se puede definir todo el miércoles.
Hay otro ingrediente, un poco morboso, que le pone interés a esta semifinal. El enfrentamiento entre Kylian Mbappé y su exequipo. El choque entre el ídolo que se fue y el club que se coronó campeón justo cuando él lo abandonó. El delantero francés volvió contra Borussia Dortmund y demostró que está listo para ser titular. Verlo frente a la camiseta que defendió durante siete temporadas será un atractivo enorme en un torneo en el que el show es tan valorado.