Bélgica, Alemania y otros cinco equipos europeos abandonaron la iniciativa "OneLove", campaña contra la discriminación
El capitán de la Selección de Bélgica, Eden Hazard, dijo que los jugadores deberían "concentrarse en el futbol" después de que los elementos de Alemania se taparan la boca en protesta contra la FIFA por su respuesta a la campaña "OneLove".
Los futbolistas teutones realizaron el gesto mientras se alineaban para una foto del equipo antes de su sorpresiva derrota por 2-1 contra Japón en su primer partido de la Copa del Mundo, y su entrenador Hansi Flick dijo que era una forma de mostrar que "la FIFA nos está amordazando".
Bélgica, Alemania y otros cinco equipos europeos abandonaron la iniciativa "OneLove", campaña contra la discriminación, a principios de esta semana después de que los jugadores fueran amenazados con ser sancionados si usaban el brazalete arcoíris.
Hablando después de la victoria de su equipo por 1-0 contra Canadá el miércoles, Hazard dijo que hubiera sido mejor si el equipo de Flick se hubiera concentrado en ganar el partido.
"Sí, pero después perdieron el partido", dijo Hazard, cuando se le preguntó qué pensaba sobre el gesto. "Hubiera sido mejor no hacerlo y ganar. Estamos aquí para jugar al futbol. No estoy aquí para transmitir un mensaje político, hay personas que están mejor ubicadas para eso. Queremos estar concentrados en el futbol".
La FIFA amenazó a los capitanes de los equipos con una tarjeta amarilla si usaban el brazalete "OneLove", pero Hazard admitió que podría haber reconsiderado su posición en otras circunstancias.
"No me siento cómodo hablando de eso porque estoy aquí para jugar al futbol", dijo Hazard.
"Teníamos casi prohibido... No quería comenzar el partido con una tarjeta amarilla, hubiera sido molesto para el resto del torneo. Si tuviera que volver a hacerlo, tal vez lo usaría de nuevo".
La homosexualidad está prohibida en Qatar, aunque un embajador del torneo la describió como "daño mental" antes de que comenzaran las finales en el estado del Golfo este mes.
El torneo ha resultado muy controvertido, con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dando un extraordinario discurso de apertura en el que criticó la visión de las naciones europeas sobre la nación anfitriona.
Antes de la Copa del Mundo, Infantino escribió una carta a las 32 naciones participantes para pedirles que "se concentren en el futbol" en lugar de verse arrastradas a debates políticos.