Dicen que el Mundial, en este caso el de Qatar 2022, empieza a jugarse de verdad a partir de los octavos de final. Se trata de una sentencia discutible, teniendo en cuenta que en fase de grupos, muchas veces, se juegan verdaderas finales.
Argentina lo sabe, ya que a lo largo de su historia en las Copas del Mundo dependió del último partido de la zona para garantizar su pasaje a los octavos de final, a los verdaderos "mata-mata", o a la segunda ronda del certamen cuando los Mundiales tenían otro formato.
La primera vez que la Albiceleste llegó al último partido necesitando un triunfo para pasar de ronda fue en Suecia 1958. Luego de perder contra Alemania Occidental 3 a 1, logró una victoria por el mismo marcador ante Irlanda del Norte.
En la última fecha debía vencer a Checoslovaquia para pasar de ronda, pero sufrió una durísima caída: perdió 6 a 1. Fue un baño de realidad para una Selección que llegó a ese Mundial muy ilusionada, pero que pronto entendió que para estar a la altura en un Mundial se necesitaban, además de buenos jugadores, rigor físico y táctico.
En Chile 1962 también necesitaba ganar en la última jornada de su grupo para seguir en el Mundial. Había vencido 1 a 0 a Bulgaria, pero luego cayó 3 a 1 ante Inglaterra. En la última fecha empató sin goles ante Hungría, quedó tercera por diferencia de gol y se despidió en fase de grupos.
En Inglaterra 1966 pudo romper la racha y meterse en cuartos de final. Había vencido en el primer partido 2 a 1 a España, y tras empatar 0 a 0 con Alemania Federal, debía al menos empatar con Suiza para avanzar: ganó 2 a 0 y quedó con los mismos puntos que el líder Alemania, aunque segundo por diferencia de gol. Luego, cayó ante Inglaterra en un polémico partido.
Tras estar ausente en México 1970, llegó Alemania 1974. El equipo comenzó con una derrota por 3 a 2 ante Polonia, luego igualó 1 a 1 contra Italia, pero al vencer en la última fecha a Haití por 4 a 1, el rival más flojo de la zona, sumó 3 puntos en la tabla y dejó afuera a Italia por diferencia de gol.
En España 1982 el equipo de César Luis Menotti venía de ser campeón como local, pero arrancó con derrota: 0-1 ante Bélgica. Luego se recuperó, al ganarle 4 a 1 a Hungría y en la última fecha venció 2 a 0 a El Salvador para pasar como segundo.
En México 1986 volvería ser campeón del mundo, y luego de vencer 3 a 1 a Corea del Sur y empatar 1 a 1 con Italia, derrotó 2 a 0 a Bulgaria (le alcanzaba el empate) para quedar como líder de su zona.
Italia 1990, donde sería subcampeón, fue puro sufrimiento. Arrancó perdiendo ante la sorpresiva Camerún 1 a 0, luego le ganó a Rusia 2 a 0 y tras empatar contra Rumania 1 a 1, quedó como uno de los mejores terceros y pasó de ronda.
Corea Japón 2002 dejó un sabor muy amargo, ya que el equipo de Marcelo Bielsa llegaba como candidato y se despidió en primera ronda. Había vencido 1 a 0 a Nigeria, pero luego perdió 1 a 0 ante Inglaterra. En la última fecha necesitaba ganarle a Suecia, pero empató 1 a 1 y se quedó afuera.
En Rusia 2018, el último Mundial, el pasaje a octavos fue con suspenso. Luego de empatar 1 a 1 con Islandia y de perder 3 a 0 ante Croacia, no quedaba otra que ganarle a Nigeria en la última fecha. Messi había abierto el marcador para Argentina, Moses lo empató de penal y, a cuatro del final, Marcos Rojo puso el agónico 2 a 1 para meter a la Argentina en octavos, donde luego perdería 4 a 3 ante Francia.