El equipo de Diego Placente, que venía de golear 5-0 a Venezuela, tenía también un enfrentamiento con la historia, ya que el Scratch, que había derrotado 3-1 a Ecuador, le había ganado 3-2 en el último Sudamericano y se había quedado con los dos cruces en Copas del Mundo (3-0 en las semis de 1995 y 2-0 en los cuartos de 1997).
La superioridad de Argentina, salvo por algunos momentos de paridad, fue casi absoluta, siempre guiada por un Diablito que volvió a demostrar que está hecho para grandes cosas.
El cotejo, demorado por las fuertes lluvias que cayeron en Yakarta y comprometieron el campo de juego, tuvo unos primeros minutos de exploración, con los dos conjuntos midiéndose y presionándose mutuamente para tratar de cortas los circuitos de juego ajenos.
Pero a los 15 minutos, después de que la Verdeamarela se acercara con un remate desde afuera de Rayan, la Albiceleste empezó a adueñarse del juego. En la réplica, Santi López avisó con una buena diagonal y un pase que no pudo conectar Agustín Ruberto, mientras que a los 20' Claudio Echeverri estuvo cerca de romper la paridad con un peligroso tiro libre.
Los extremos, López y Subiabre empezaban a pesar, en tanto el Diablito ya se conectaba con Valentino Acuña, siempre respaldado por Mariano Gerez, generándole problemas a la defensa del conjunto dirigido por Phelipe Leal.
Ruberto, el centrodelantero de Placente, buscaba aprovechar o rebotar las asistencias, por ejemplo, de Echeverri y Dylan Gorosito, pero faltaba la puntada final, con el Diablito como el jugador más peligroso del equipo.
Y justo cuando Brasil, siempre peligroso por las bandas, principalmente por la izquierda, hiló un par de ocasiones, una clarísima de Estevao y otra neutralizada por Jeremías Florentín, siempre seguro, llegó la apertura del marcador (28').
Gorosito y Acuña armaron una pared para salir de manera muy prolija desde el fondo, habilitando el lateral derecho al Diablito atrás de mitad de cancha. El crack de River Plate empezó a conducir desde esa posición, dejó pintado a un rival y, llegando al área, sacó un remate que se desvió en Vitor Reis y dejó sin reacción al arquero Phillipe Gabriel, desatando la locura del conjunto rioplatense y festejando por tercera vez en la Copa del Mundo.
El complemento inició con el 1 a 0 a favor de Argentina, pero el encuentro se volvió a emparejar, y contaba con escasas llegadas a los arcos. Hasta que, nuevamente, el talento individual de Echeverri rompió todos los esquemas.
A los 58 minutos, el chaqueño recibió de Acuña y, con un par de toques orientados, dejó en el camino a sus marcadores, para luego definir cruzado con violencia y estampar el 2 a 0, convirtiendo a este partido en una noche consagratoria para su incipiente y prometedora carrera.
Luego, llegó la peor noticia de la jornada para Placente: Santi López, una de las figuras del equipo, pisó a un rival tras un taco de Gorosito y fue amonestado, como ante Venezuela, por lo que se perderá la semifinal frente a Alemania. Afortunadamente, los otros apercibidos no recibieron sanción y estarán disponibles.
Finalmente, a los 71', Echeverri aprovechó un gran pase en profundidad de Ruberto, desparramó a Phillipe Gabriel y convirtió la victoria en goleada, completando su antológico repertorio. En primera instancia, preocupó tomándose el posterior. Luego, siguió sin aparentes inconvenientes, pero Placente lo reemplazó, ya pensando en la semi del próximo martes.
Este no solo fue el primer hat trick de la competencia, sino que se unió a Ruberto como los máximos goleadores, con 5, y, según reportó el periodista y estadígrafo Silvio Maverino, se convirtió en el primer futbolista argentino en hacerle tres goles al Scratch en un partido de juveniles.
En el último tramo del encuentro, con el cotejo ya liquidado, la Albiceleste coqueteó con el cuarto, pero falló en la definición y el marcador no se volvió a mover: fue 3 a 0, para vengarse del Sudamericano, para cambiar la historia en Copas del Mundo de la categoría, donde Brasil se habia quedado con los dos cruces entre sí.
A partir de las 5:30 de la mañana (hora ARG) del martes, Argentina y Alemania buscarán clasificarse a la gran definición. A lo largo de su historia, el elenco rioplatense disputó cinco semifinales (1991, 1995, 2001, 2003 y 2013), sin poder superar ninguna.
En Indonesia, de la mano de Placente, su entrenador, y Echeverri, su jugador diferente, tratará de torcer, una vez más, la historia.
