Ruben “Pollo” Olivera habló de la posibilidad de sumarse a Miramar Misiones como parte de la estructura deportiva, y también repasó aspectos de su carrera como jugador, mencionando el arrepentimiento más grande que tiene en relación a la Selección Uruguaya.
En entrevista con el programa “Polideportivo” (Teledoce), Olivera contó que está trabajando para el Trento de la Serie C italiana como entrenador de la reserva, pero que tiene la idea de empezar a trabajar con un primer equipo a nivel de mayores. En ese sentido, la chance de acompañar a Horacio Peralta en el nuevo cuerpo técnico de Miramar Misiones estuvo sobre la mesa. “Tenía algo en vista y al final no se dio. Conociendo al director del club, me dio la posibilidad de tomarme mi tiempo y encontrar lo que estoy buscando. Me llamó Edgardo Lasalvia y me dio esta posibilidad de meterme con el cuerpo técnico de Horacio, pero el tiempo era muy corto. Tenía muchas cosas que arreglar acá en Italia”, expresó.
De todas formas, dijo que la posibilidad sigue viva para el segundo semestre del año, y que quedó en contacto con Lasalvia, gerenciador de la SAD del club Cebrita para ver de llevarlo a cabo. “Si yo me puedo organizar, llego en junio. Él tiene un proyecto con las juveniles de Miramar, me gustó la idea. La idea es seguir avanzando”, indicó.
La etapa sobre el césped
Olivera recordó su paso por la Selección Uruguaya Sub 17 bajo la conducción de Víctor Púa, en un plantel donde había hecho un grupo estrecho con el propio “Chino” Peralta y jugadores como Mario Leguizamón o el “Bombón” Álvaro Meneses. “A los 13 o 14 años ya nos hacían entrenar en doble horario. A las 7 de la mañana hacíamos arena en el Charrúa, después campo y llegábamos muertos a dormir. Teníamos dos días con el club y cuatro con la Selección, y esos cuatro días estábamos encerrados así que solo teníamos libres los domingos porque jugábamos los sábados. Cuando jugábamos contra la Sub 20 nos pegaban bastante, estaba el “Ruso” Pérez, Diego Forlán, Javier Chevantón, Martín Ligüera y Damián Macaluso”, recordó.
Hablando sobre el papel que tenía Víctor Púa con los jóvenes, dijo que “lo que enseñaba en esa época es lo que enseñan ahora en Europa, y hay muchas cosas que acá todavía no las hacen”. “Era un adelantado. Te preparaba para jugar a nivel internacional ya a los 14 años”, señaló, y dijo que le resulta extraño que no esté presente en el ambiente del fútbol uruguayo en la actualidad.
El “Pollo” reconoció que en su etapa de jugador hizo “varias cosas” que no debió hacer, y relató una situación que vivió en 2005 en la Juventus, que era dirigida por Fabio Capello. “Jugábamos la vuelta de los cuartos de final de la Champions League contra el Liverpool. Capello me hizo jugar el domingo anterior contra Lazio y tres días después contra Liverpool. Yo pensé que iba a jugar Mauro Camoranesi, entonces el domingo y el lunes salí. Llegó el partido del miércoles y vi que iba a ser titular: sufrí como nunca y quedamos afuera. Lo que más me dolió, que me queda adentro todos estos años, es que no me daba cuenta dónde estaba y lo que me estaba jugando. Es una de las cosas que me quedaron marcadas. Era bastante profesional cuando estaba en esos niveles porque se concentraba mucho, tenías poco tiempo, viajabas mucho. Pero me la mandé y me arrepiento. Esa vez podíamos llegar a una semifinal de Champions League y no era para cualquiera”, contó el uruguayo.
Olivera recordó que Capello lo sacó en el entretiempo de aquel partido “porque estaba mal, no había descansado”. “Había dormido poco y es lo que le digo a los jóvenes que conozco hoy en día: la profesionalidad es importantísima, pero creo que los jugadores de ahora son diferentes. Ya nacen mirando a nombres como Edinson Cavani, Diego Forlán, Fede Valverde o Matías Vecino, que son un ejemplo del profesionalismo”, añadió.
De esa etapa juvenil con la Celeste, el mediocampista también recordó un episodio que vivió con Carlos Tévez en un Uruguay vs Argentina a nivel de Sub 20. “En una jugada le pegué una patada fea a Tévez y no me dijo nada. Y en el segundo tiempo vino la revancha: hubo una dividida y me rajó todo. Lo empecé a insultar y me dijo: ‘no te quejés que estamos uno a uno y recién empiezo’. Le dije de todo. Pero él era un animal”, repasó, entre risas.
El arrepentimiento más grande
Olivera habló de la vez en que le dijo que no a una convocatoria a la Selección Uruguaya y lo destacó como “el arrepentimiento más grande” que tiene de su carrera. El Maestro Oscar Tabárez había tomado la conducción de la Celeste hacía muy poco y se hizo una convocatoria para jugar en Estados Unidos una vez terminadas las ligas de Europa. “Lo hizo una semana antes y yo ya tenía a mi familia en Italia para irme de vacaciones. Entonces llamé y dije: ‘tengo a mi familia de vacaciones, no voy’. Y lo mismo hizo Marcelo Zalayeta. Desde ahí no volvimos a ser citados nunca más. Con Jorge Fosatti yo iba seguido, con Juan Ramón Carrasco también. Me dolió, no pensé que fuera a durar tanto porque después tuve buenos años y nunca tuve la posibilidad de volver”, expresó.
También contó que intentó comunicarse con Tabárez muchas veces, pero nunca pudo modificar la situación. “Él ha dicho que el que renuncia a la Selección no tiene más lugar. Y te digo la verdad: es justo, es así, es tal cual, entonces con el Maestro no tengo ningún reproche ni rencor, al contrario”, indicó.
Los episodios con Bielsa
Olivera habló de la renuncia de Matías Vecino a la Selección Uruguaya, y dijo que entendió lo que había comunicado el volante de Lazio, con quien tiene una buena relación. “Me dolió porque es un jugador vigente, y a la Selección le ha dado mucho”, dijo. A su vez, mencionó que Vecino le dio a entender que su salida se debía a molestias con el cuerpo técnico conducido por Marcelo Bielsa. “Hay modos de decir las cosas. Si al uruguayo vos le hablás un poco de pesado… Si le decís: sos esto, tenés que cambiar esto o no jugás, te lo acepta. Pero si venís con prepotencia, al uruguayo le cuesta”, señaló Olivera.
También se refirió a lo que expresó en su momento Luis Suárez sobre el trato con el personal del Complejo Celeste y los trabajadores que rodean a la Selección, y dijo que “el ambiente de Uruguay en la Selección siempre fue ameno” en su época allí. “Trabajaban todos juntos, el equipier, el cocinero, todos, siempre fue así. Cuando estaba Paolo Montero de capitán, los jugadores de Europa les dábamos nuestros premios a los equipiers y a los cocineros, jugábamos gratis y a veces teníamos que pagarnos hasta los pasajes. Siempre hubo ese ambiente ameno. Y le han sacado un poco eso y empezaron a chocar”, opinó.
Por último, Olivera se refirió a la participación de Alfonso Montero, hijo de Paolo, en el último Sudamericano Sub 20 con Uruguay. “Alfonso es chico para jugar a ese nivel importante en Sudamérica. Para mí era demasiado pronto para jugar a cierto nivel, pero si el DT lo vio, él sabrá mejor. No es fácil para un botija de 17 años jugar un Sudamericano Sub 20”, comentó.
