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España comienza las Eliminatorias UEFA y quiere confirmar su favoritismo rumbo al Mundial 2026

Empieza un nuevo trayecto para la Selección de España. Con la mirada puesta en Estados Unidos, México y Canadá 2026, el equipo de Luis de la Fuente inicia su participación en las Eliminatorias UEFA con dos partidos de riesgo: primero ante Bulgaria (4/9), y luego una visita brava a Turquía (7/9). No es un comienzo cómodo, pero sí ideal para probar convicciones, ajustar automatismos y dejar claro que lo de la Eurocopa no fue un pico de forma, sino el punto de partida de algo más grande: la Copa del Mundo de la FIFA 2026.

La Furia llega con una mezcla estimulante: figuras que vuelven (Rodri, Carvajal), jóvenes que irrumpen (Jesús Rodríguez), y una joya como Lamine Yamal que ya desvela al mundo. Pero en el fondo, la clave está en la idea: posesión con intención, presión alta, laterales profundos y una confianza que empieza a parecer madura. El favoritismo existe, sí, pero no se declara: se construye.

Luis de la Fuente, la calma y el control total en España

El seleccionador ha mostrado en los últimos días un temple que define este nuevo ciclo. En conferencia de prensa, dejó claro que las decisiones se toman por rendimiento, no por ruido mediático: “No siento presión por Joan García ni por nadie”, sentenció, ante los cuestionamientos por algunas ausencias. Y sobre Yamal, el mensaje fue aún más claro: “Es un jugador más, pero hay que dosificarlo. No queremos quemarlo”. La voz de un técnico que no se enamora de los nombres, sino del funcionamiento.

Su otra frase fuerte, mirando al horizonte, también marca el tono del proyecto: “Desde este momento, nuestro objetivo es el Mundial”. Y eso implica saber cuándo acelerar, cuándo frenar, y cuándo proteger incluso a los más brillantes.

Lamine Yamal, entre el asombro y la gestión

Con apenas 18 años, Lamine Yamal ya es una de las caras del fútbol europeo. Su desequilibrio, su capacidad de inventar donde otros repiten, y su descaro para jugar como si nada pesara lo convierten en un arma letal. Pero también en una responsabilidad. “No se trata de meterlo siempre. Se trata de cuidar el contexto”, repite De la Fuente, que ya ha dado señales claras: lo sacó ante Portugal en la final de la Nations League cuando el partido pedía piernas frescas, no aplausos.

El seleccionador quiere que Lamine brille durante años, no durante semanas. Y lo protege con decisiones que priorizan la carrera larga antes que el show inmediato. En ese equilibrio entre magia y mesura, España juega parte de su futuro.

España, un equipo que mezcla bien: jerarquía, juventud y roles claros

La nueva lista de convocados refleja una intención clara: nadie tiene la camiseta comprada, pero todos tienen una función. Vuelve Rodri, cerebro del medio campo; retorna Carvajal, voz de mando y experiencia; y se estrena Jesús Rodríguez, una de las joyas del Athletic. Hay recambio, pero también estructura. Y sobre todo, una línea de juego que se repite más allá de quién esté.

La Furia no quiere ser solo el equipo que toca más que nadie. Quiere ser el que toca para dañar, que presiona para recuperar en alto, que defiende en bloque pero ataca en línea recta. La Euro 2024 mostró muchas de esas señales. Ahora, el desafío es sostenerlas en la trampa de las Eliminatorias, donde el margen de error es pequeño y la presión, constante.

Lo que se viene en las Eliminatorias UEFA

España debutará en el Grupo E en Sofía ante Bulgaria, un partido que parece accesible pero que exigirá intensidad desde el inicio. Luego, el gran desafío: Turquía, de visitante, con estadio lleno y un rival directo en la pelea por el primer puesto.

Si La Furia gana ambos encuentros, quedará bien posicionada y, sobre todo, validará la sensación de que este equipo está más vivo que nunca.

En la travesía hacia el Mundial no se gana por promesa, ni por historia, ni por ranking. Se gana por sostener lo que se es, incluso cuando el entorno empuja a cambiar. España lo sabe. Incluso debe mantener esta imagen hasta marzo del 2026, cuando enfrente a Argentina por la Finalissima.

Tiene las armas, tiene el plan, y empieza su camino con la serenidad de quien ya probó que puede. Pero también con la urgencia de no dejarse atrapar por su propio brillo.