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México Sub-17: ¿Por qué los campeones no triunfaron con la Mayor?

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Selección Mexicana Sub17 2005, la generación sin límites (3:27)

El proyecto de Jesús Ramírez que transformó y marcó un antes y un después al futbol mexicano. (3:27)

A 20 años de ganar la Copa del Mundo Sub-17, Jesús Ramírez narra cómo fue la formación de aquella Selección y por qué el éxito no trascendió a nivel Mayor


La Selección Mexicana Sub-17 cumple 20 años de la obtención del título mundial de fútbol; la hazaña la logró al vencer en la final a Brasil, en el Estadio Nacional de Perú.

El director técnico que consiguió colocar las piezas en su lugar para darle al país la alegría de saborear el éxito fue Jesús ‘Chucho’ Ramírez, quien hoy manifiesta a ESPN que esos jugadores que dieron la vuelta de campeón tenían todos los atributos para llegar a la Selección Mayor, algo que no ocurrió por falta de continuidad.

“Para mí, esta Selección Sub-17 tenía todo para ser la Selección Mayor; obviamente, en el camino habrá alguien que se caiga, alguien que se suba, porque así es esto. Ya para el Mundial Sub-20 se anexaron: Pablo Barrera, Christian el ‘Hobbit’ Bermúdez, Daniel Guerrero, Rodolfo Cota, Alfonso Blanco, Julio César el ‘Cata’ Domínguez, buenos jugadores que se fueron sumando a esos campeones Sub-17, y de esta forma se va haciendo una Selección más rica en todos los aspectos”, comenta Chucho Ramírez.

¿Por qué no llegaron a la Selección Mayor?

La visión de Chucho Ramírez iba más allá de Perú. Pensaba que los campeones irían creciendo y en algún momento le aportarían al equipo mayor su talento y experiencia en busca de mejores resultados.

“Esos chavos ya habían ganado un Mundial, ya habían asistido a otro Mundial (el Sub-20), lo cual ya era un ascenso que te permitía realmente ir más lejos; pero luego cambian las ideas y pareciera que los chavos ya no sirven porque ya no los llaman. Llega otro entrenador que tiene otros gustos. El que decide ahora es él y ya no le importaron esos ocho años de Selección, tantos partidos, tanto roce internacional”, dijo.

No hay continuidad

La experiencia le dice a Chucho Ramírez que en el futbol mexicano hace falta continuidad para repetir logros importantes.

“Cada cuatro años se vuelve a empezar un proceso. Por ejemplo, en el proceso hacia Sudáfrica 2010 fuimos cuatro técnicos en la Selección. Yo estuve un ratito, tras irse Hugo Sánchez; llegué interinamente. Empezó Sven-Göran Ericksson y terminó yendo al Mundial Javier Aguirre. Quizá esa es la parte, no tener continuidad. Este es nuestro estilo o esta es nuestra Selección”, añade.

El Mundial, culminación de un proceso

La mayoría de mundialistas no llegaron a la Selección Mayor, incluso tres jugadores no consiguieron debutar en la Primera División. Ramírez considera que México tiene que trabajar mucho para que se vuelva a decir internacionalmente que es potencia mundial a nivel juvenil.

“Nos estábamos habituando (a escuchar lo de potencia mundial). Veías que otros países decían: '¡Es México!'. Señala que para retomar aquellos momentos se debe ganar y estar por lo menos en la franja de los cuatro mejores del mundo, “que ya es de respeto”.

¿Cómo se formó la Selección Sub-17?

La Selección campeona de Perú tuvo cuatro años de trabajo previo. Ramírez conoció a los jugadores cuando tenían 13, 14 años y el proceso culminó en el Mundial. “Los conozco desde chavitos. De alguna manera hay una identidad totalmente diferente, más allá de lo deportivo”.

Cuando Chucho se reunió con Alejandro Burillo para iniciar el camino mundialista, le dijo: “Alejandro, es que México puede ser campeón del mundo. Yo tengo un plan para poder lograrlo’. Y ya ves cómo era Alejandro: ‘Va. ¿Qué necesitas?’. Y ahí arrancó todo. En ese proceso estuvo de inicio Ricardo Peláez como directivo cercano y al final Guillermo Cantú”.

Ramírez tenía comunicación constante con los jugadores y, como no podía asistir a todos los partidos para observarlos, acordó con ellos que le hicieran llegar un e-mail con información de su actividad del fin de semana.

“Se fue creando un vínculo bien diferente de compromiso, de confianza. Yo podía llamar a su entrenador y preguntarles, pero era importante que ellos mismos me lo dijeran. Algo que hace la gran diferencia en la vida, en las empresas, en todo, es ser bien exigente; sin exigencia no hay desarrollo. Salir de esa mediocridad no todos lo quieren. Hay que pagar el precio, y para pagar el precio se requiere de voluntad, de deseos y de sacrificios”.

El DT recordó que a Carlos Vela lo vio por vez primera jugar en Cancún, en una visoría que hizo a nivel amateur y al poco tiempo Chivas lo integró a sus filas, cuando también Pumas y Pachuca lo tenían en la mira. Giovani dos Santos estaba en las básicas del Monterrey. También los mismos jugadores daban referencias de otros que sobresalían en las básicas o en el sector amateur.

“Una vez le dije a Efraín Juárez: ‘Oye, llegó un chavo de Culiacán, un zurdo, grandote que vi’. Y dijo: ‘Ah, sí, se llama Héctor Moreno’. Yo también les decía, ‘ayúdenme; si ven un chavo que vale la pena, díganmelo’. Todos hicieron su parte en la integración de este grupo. Aparte, la familia es muy importante; yo también estuve muy cerca de ellas. Conocí a los papás, sabía cómo manejaban a los chavos y aquí era ‘¿En qué te ayudo?’”, explicó.

El plan mental de los campeones Sub-17

Para Chucho Ramírez, lo importante del buen futbolista que busca triunfar parte de una gran mentalidad y no de lo futbolístico.

“Aquí, mi esposa fue un factor muy importante; ella ya falleció (Lourdes Deschamps); pero cuando asumo el cargo de esta Selección ella es quien realmente me ayuda a hacer todo este plan mental para poder transformar y poder visualizar el objetivo de ser campeón del mundo como alcanzable”.

“Se trata de decir: ‘Lo vamos a lograr. Somos capaces’. Entonces, aquí fue un cambio de mentalidad lo más importante, el generar una autoestima. Si no hay autoestima no puedes visualizarte allá arriba; es imposible. Ya luego viene el trabajo. Para mí lo primero son los elementos que no son fútbol para poder desarrollar después un plan, un sistema de juego y plasmarlo ya en la cancha, e ir desarrollándolo”, expresó.

¿Cómo cambió el título al futbol mexicano?

Ramírez asegura que hubo un cambio en el futbol mexicano tras ser campeones del mundo, así como Hugo Sánchez en su tiempo marcó un cambio al abrir las puertas de Europa para los jugadores mexicanos, y en ambos logros la mentalidad fue fundamental.

“Mi admiración por Hugo para toda la vida, porque me tocó vivir con él desde la infancia muchas cosas y siempre digo: ‘Hugo Sánchez es mentalidad’. A Hugo nunca le escuché decir que ‘ojalá por suerte ganara un campeonato, que ojalá por suerte fuera ‘Pichichi’, que ojalá por suerte estuviera en el Real Madrid’, ¡jamás! Él fue disciplina y compromiso; llegaba mucho antes que todos a entrenar y se quedaba mucho más tiempo que todos, y hacía más repeticiones que todos. Cuando se hacen así las cosas, las consecuencias son naturales y se espera algo bueno. Yo ya lo viví experimentándolo con otros. Entonces, se trata de llevarlo a la práctica”, indicó.

¿Qué le dejó a Jesús Ramírez el título mundial?

Perú 2005 fue un escaparate para Chucho Ramírez y ganar el campeonato mundial le dio mucho a nivel personal y profesional.

“Primero, me dejó mucho en el aspecto familiar, el saber que contaba con el apoyo de mi esposa, de mi hijo Diego, porque en este medio no existen los sábados ni domingos; es el día de trabajo de uno. El título fue como un reconocimiento a ellos; ellos se llevan una gran parte de este trofeo”.

Su carrera fue en ascenso. Siguió dirigiendo selecciones nacionales juveniles y en la temporada 2009-2010 el equipo América le dio la primera oportunidad como director técnico de Primera División.

“Ser campeón te avala en muchas cosas. Estuve en América en dos ocasiones, una con el primer equipo y otra en las Fuerzas Básicas. Y, aparte, en el extranjero me fue muy bien. Tuve un proceso muy largo trabajando fuera. Me invitó la Federación de Futbol de Japón a trabajar dando asesoría en aquel país. Yo llegaba a Japón y era un respeto tremendo de los japoneses a lo que había logrado. Y hoy en día, a donde quiera que voy se me acercan para felicitarme, en el aeropuerto, en el súper, en la calle. Papás acercan a sus niños para decirles que yo fui campeón con la Selección Sub-17”, comentó.