Testimonios de sus excompañeros en el Espanyol ayudan a definir el perfil de entrenadro que manejaba Pochettino en sus días como jugador
Años antes de entrenar a la selección masculina de Estados Unidos en su preparación para la Copa Mundial de la FIFA 2026, y antes de dirigir algunos de los clubes más importantes del futbol mundial, Mauricio Pochettino era conocido como ‘El Sheriff’.
Dirigiendo su área del campo con una presencia agresiva y vocal, el exdefensa central se hizo famoso a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000 como un jugador físico y contundente. Esta personalidad audaz y su estilo imponente se vieron sobre todo en España, con el Espanyol, donde Pochettino aterrizó tras formarse en las categorías inferiores del Newell's Old Boys.
A lo largo de dos etapas distintas que marcaron el comienzo y el final de su carrera como jugador en el extranjero, el argentino de pelo largo tomó el mando del Espanyol. Tras consolidarse como capitán del equipo que ganaría dos Copas del Rey, Pochettino demostró unas cualidades que sentaron las bases de su eventual y exitoso giro hacia el mundo del entrenamiento.
Con los posteriores puestos de entrenador en clubes ilustres como el Chelsea, el Paris Saint-Germain y el Tottenham Hotspur, el legado del argentino en el deporte se define por lo que ha hecho desde la banda. Con 2026 a la vuelta de la esquina, esa atención se ha intensificado aún más con su traslado al salvaje oeste del futbol norteamericano a través de su actual puesto en la selección de Estados Unidos.
Se ha hablado mucho del técnico de 53 años basándose únicamente en lo que ha hecho como entrenador. El análisis de su liderazgo, y del exjugador en general, tiende a centrarse únicamente en su etapa como entrenador.
Así que cambiemos eso.
Para comprender mejor el proceso y la forma de pensar de Pochettino mientras se prepara para el Mundial con Estados Unidos, primero debemos entenderlo también como jugador, especialmente durante su larga estancia en el Espanyol, de 1994 a 2001 y de 2004 a 2006. A través de conversaciones con ESPN, algunos de sus antiguos compañeros de equipo en el club español hablaron abiertamente sobre Pochettino, su carácter en el campo, su personalidad diferente, su sentido del humor fuera del campo y mucho más.
Pochettino, el líder
“Hablaba mucho”, dijo entre risas el ex lateral del Espanyol Grégory Vignal. “Era un típico sudamericano de Argentina... pero era muy bueno”.
De todas las anécdotas que se compartieron, uno de los temas más recurrentes sobre Pochettino era lo bullicioso que era este defensa tan seguro de sí mismo cuando era jugador. Y no solo gritaba por gritar, sino que organizaba, dirigía y aconsejaba durante los entrenamientos o los más de 90 minutos de los partidos.
“Su voz es la forma en que controla, cómo exige a los jugadores, cómo podemos movernos juntos, cómo podemos apoyarnos unos a otros”, dijo Armando Sá, otro exmiembro de la defensa del Espanyol. “Tenía una fuerte presencia”.
Para Sá, aunque eso significaba que su presencia era muy persistente, se sentía tranquilo cada vez que el argentino estaba en el campo con él.
“ Me sentía muy seguro. Sentía que alguien [estaba], todo el tiempo, en mis oídos, hablándome, entrenándome”, dijo Sá. “‘Ve a la izquierda, a la izquierda, cierra el espacio, cierra eso, baja, ve hacia adentro’... todas estas comunicaciones en el campo eran muy claras por su parte, ¿sabes? Muy buena información.
“Esto facilitaba las cosas cuando jugabas [así] y fue una de las razones por las que ganamos la Copa del Rey”.
Antes de jugar juntos en el Espanyol, el excentrocampista Óscar García recordaba que Pochettino destacaba cuando se enfrentó a él por primera vez con el Barcelona.
Sin querer, el atacante alemán reveló el llamado de su compañero a las más reciente convocatoria de la selección de Estados Unidos.
“Parecía un líder”, dijo García. “Experimentado, un defensa agresivo”.
Elogiado por su buen manejo del balón y su respeto hacia los jugadores y el cuerpo técnico en los entrenamientos, es lógico que muchos de sus compañeros guarden un buen recuerdo de Pochettino. Su deseo de guiar a la plantilla, junto con sus propias habilidades, lo convirtieron en un candidato obvio para ser capitán.
Pero, ¿siempre fue así? ¿Incluso desde sus inicios en el Espanyol?
“En nuestras primeras sesiones de entrenamiento, se notaba inmediatamente que este chico tenía algo especial. Quiero decir, enseguida se puso a hablar, a organizar”, dijo Velko Iotov, exinternacional búlgaro, al recordar los inicios de Pochettino. “Inmediatamente, todos los compañeros lo vieron como un líder”.
Clases de español y bromas fuera del campo
Descrito por Sá como “una bestia diferente, un animal diferente” en el campo, ¿cómo era Pochettino cuando no llevaba los zapato puestos?
“Sinceramente, era un tipo diferente”, dijo el exinternacional de Mozambique. “Tranquilo, divertido, le gustaba bromear, es sarcástico... es un tipo normal”.
Cuando no era una bestia en el campo, sus antiguos compañeros de equipo compartieron anécdotas sobre la figura humilde que era fuera del campo, con quien era fácil entablar amistad.
Iotov, que en un momento dado se quedó solo en el Espanyol cuando su familia regresó a su país, recuerda que Pochettino lo invitaba a cenar con su propia familia. Durante esas cenas y comidas del equipo, no parecía importarle que el español de Iotov fuera muy limitado, y aprovechaba esos momentos para entrenar a los jugadores fuera de los límites del campo de entrenamiento.
“Tenedor”, comenzó una lección informal de español después de que Pochettino levantara un cubierto cuando estaba sentado junto a Iotov.
Otra lección de español también puso de manifiesto el sentido del humor de Pochettino. Durante un viaje en autobús, el defensa pasó junto a Vignal y se dio cuenta de que el jugador francés cedido por el Liverpool estaba practicando su español. Pochettino elogió sus esfuerzos, pero también le dio sus propios deberes.
“Me enseñó una o dos palabrotas para asegurarse de que entendía bien el idioma”, bromeó Vignal.
El actual entrenador de la selección estadounidense le gastó más tarde una broma que Vignal recuerda hasta hoy. Como era nuevo en la zona de Barcelona, donde tiene su sede el Espanyol, Vignal quería llevar a su novia a cenar y le pidió consejo a Pochettino, quien le recomendó un lugar llamado La Dama.
Con goles de Raúl Jiménez y Edson Álvarez, la Selección Mexicana rompió una racha sin triunfos ante los estadounidenses en el certamen de Concacaf.
“Era un restaurante precioso, pero no me dijo que era muy, muy caro”, cuenta Vignal entre risas. “Creo que lo hizo a propósito”.
En la página web del restaurante, este se describe a sí mismo como “el epítome de la sofisticación ecléctica”. Una reseña en TripAdvisor dice: “Sabíamos que sería caro, pero no pensábamos que lo sería tanto”.
Vignal disfrutó de una agradable comida, pero cuando le trajeron la cuenta, exclamó: “¡Vaya!”.
Al día siguiente, durante el entrenamiento, Pochettino se le acercó con una sonrisa y le preguntó si había disfrutado de la experiencia. “Sí, también disfruté de la cuenta”, respondió Vignal.
Un giro inesperado hacia el mundo del entrenamiento
A pesar de mostrar las características de un entrenador exitoso en su época de jugador, otro tema que surgió de las conversaciones con sus compañeros de equipo fue su sorpresa por el hecho de que Pochettino se convirtiera en entrenador. Si tenía el objetivo de ser entrenador algún día, no había indicios de que fuera algo de lo que hablara abiertamente.
“Nunca se sabe y él nunca dijo nada al respecto”, dijo García cuando se le preguntó si podía decir que el capitán del Espanyol algún día lideraría desde la banda. “Pero está teniendo una carrera muy buena como entrenador”.
Vignal se mostró de acuerdo.
“[Tenía] las características [de un entrenador], por supuesto, pero a veces nunca esperas que este tipo de jugador o exjugador se convierta en entrenador o mánager... pero él tenía el perfil”, dijo el exinternacional juvenil francés.
Sin duda, sus compañeros de equipo se sentían orgullosos al hablar de lo que Pochettino ha logrado desde que se convirtió en entrenador tras retirarse como jugador en 2006.
Con el PSG, Pochettino ganó la Ligue 1 y la Copa de Francia, y llegó a semifinales de la UEFA Champions League. En el Chelsea, llevó al equipo a la final de la Carabao Cup y a las semifinales de la FA Cup. Con el Tottenham, ayudó al equipo a clasificarse para la final de la Liga de Campeones por primera y única vez en la historia del club.
“Estoy muy contento por su carrera y muy feliz por lo que ha conseguido hasta ahora”, dijo Sá, que espera volver a trabajar algún día con Pochettino, pero como entrenador. “Creo que está haciendo un buen trabajo. No es fácil”.
Lo que podría ser fácil es dejar atrás por completo sus días como ‘El Sheriff’. La atención y la fama que ha ganado como entrenador superan lo que hizo en el campo, a pesar de que Pochettino representó a Argentina en 20 partidos internacionales y en la Copa del Mundo de 2002.
En su anterior etapa como entrenador del Chelsea durante las temporadas 2023-2024, Pochettino dirigió una gira de pretemporada en Estados Unidos que llevó al equipo a Atlanta. En el Mercedes-Benz Stadium, donde entrenaba el club de la Premier League, un grupo de invitados observaba la sesión de entrenamiento desde la distancia.
Sin que Pochettino lo supiera, Iotov se encontraba entre ese grupo. “¡Poche!”, gritó el director de la academia local United Futbol Academy, pensando que era imposible que Pochettino lo reconociera años después de haberse visto por última vez y entre un grupo aleatorio de personas que observaban el entrenamiento. “¡Velko!”, gritó Pochettino a su vez. Se apresuró a acercarse y “saltó” sobre Iotov.
“La gente me miraba y decía: ‘¿Quién demonios eres tú?’”, dijo Iotov, semifinalista del Mundial de 1994.
Pochettino dejó de observar desde lejos y llevó a Iotov al campo durante el entrenamiento. Más tarde, en el vestuario, junto con los miembros de su cuerpo técnico, charlaron durante aproximadamente una hora y media. Pochettino llegaba tarde, con el autobús listo para salir del estadio, pero no le importó.
“Oh, pueden esperar”, le dijo Pochettino a Iotov, tan hablador como siempre, como si nada hubiera cambiado para la antigua figura del Espanyol, que ahora desempeña un papel diferente.