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México y el crucigrama de Osorio ante Nueva Zelanda

NASHVILLE -- Juan Carlos Osorio quiere hornear, cuando el horno está sobrecalentado. Este sábado México enfrenta a Nueva Zelanda. Partido molero, lo describe el Tuca. Partido de cotorreo, lo estigmatiza Vucetich.

En Nashville, Osorio presenta una selección fracturada desde la convocatoria. Se le fueron cayendo los emisarios, con el destierro médico de Jonathan Dos Santos y Oswaldo Alanís. Bien podría haberse jugado en la enfermería.

Y más allá de los convalecientes, el propio equipo, como representativo de un futbol en eterna promesa, también suma cinco jornadas de dolencias.

Ya venía, este Tri de Osorio, trastabillando ante Venezuela y Jamaica, hasta que Chile lo sentenció al desahucio. Ante El Salvador y Honduras quiso darse de alta, pero sigue internado y de cara al Hexagonal Final, con visitas más de apariencia luctuosas que redentoras.

Nueva Zelanda llega incluso con un equipo experimental y en un proceso de transición. En una nación donde los órganos vitales trasgreden en la inclemencia del Rugby, la eliminación del Mundial de Brasil 2014 a manos de México sólo alcanza una anécdota de mucha cerveza y poco llanto.

¿Qué busca Osorio? A su discurso lo supera el misterio. A su verborrea la cuestiona el suspenso. No hay muchas opciones: inicia un camino nuevo o sigue estancado en el pantano de las contradicciones.

Después de vencer a El Salvador sin grandilocuencias, y empatar con Honduras bajo cuestionamientos, Osorio reconoció que su selección necesitaba trabajo, tiempo, ensayos, diálogo, memoria.

Esta doble fecha FIFA le ofreció todo eso: diez días y 180 minutos para confrontar a sus vestidos de futbolistas con la investidura de sus dudas y errores. Pero los protagonistas de cinco lamentos, esos mencionados, se quedaron en Europa.

1.- ¿Pretende Osorio consolidar la base del Hexagonal con los que lanzará a la batalla ante Nueva Zelanda y la opción B-C de Panamá para dar una lección a los que le abandonan durante 90 minutos?

2.- O recapacitó, y entonces todo ese hexagrama de urgencias (trabajo, tiempo, ensayos, diálogo, memoria), en verdad fue una calentura más que un análisis.

3.- O simplemente se camaleoniza y se adecúa a las circunstancias. Si son dos partidos amistosos, pagados, y bien pagados, además por adelantado, por SUM, él decide hacer alquimia entre la seriedad de los pactos de la FMF y sus necesidades como técnico.

Ha dado sus respuestas. “Partido útil, importante”. Y “ver a jugadores que pueden aportar a la selección”. Hasta por supuesto “es parte de la preparación para enfrentar a Estados Unidos”.

Con la alineación aún en el matraz de las ocurrencias y las corazonadas, la apuesta final queda pendiente. Al final, apenas tres jugadores podrían ser considerados seriamente, de acuerdo a las preferencias del mismo entrenador a lo largo de su gestión, como titulares ante EEUU el 11 de noviembre en el Waterloo del Tri, la ciudad de Columbus.

Lo cierto es que en el ataque ya tiene armado su dueto letal por las praderas centrales. Oribe Peralta y Giovani dos Santos.

Mientras tanto, el entrenador Anthony Hudson, quien es citado en Inglaterra para hacerse cargo del Derby County, sólo espera dar madurez a sus jugadores, consolidar el peso de sus veteranos, y conseguir esa clasificación directa a la Copa del Mundo.

Mientras tanto, Rory Fallon trata de arengar a sus compañeros ante México, asegurando que en la Copa Confederaciones 2017, en Rusia, a la que también acude el Tri, Nueva Zelanda estará confrontando a equipos “aún más poderosos”.

Los organizadores hablan de una venta importante de boletos en el Nissan Stadium, esperan alrededor de 40 mil asistentes, pero no se atreven a asegurar el lleno.

En la zona conurbada de Nashville, habitan cerca de 350 mil mexicanos. A su capacidad total, puede albergar a 69 mil aficionados.

Tal vez no les resulte tan apetecible el crucigrama que ha preparado Osorio. Para todos. Incluyendo Nueva Zelanda, sus propios jugadores… y tal vez para él mismo.