Fútbol Americano
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La Selección de nadie

SAN JUAN (Enviado especial) -- Se ha pedido una y mil veces que la Selección Argentina jugara sus partidos de Eliminatorias en el interior del país. Que el equipo nacional sea eso y no solo el representantivo de la capital. A pesar de ese reclamo histórico, hoy el pueblo de San Juan y el seleccionado se dan la espalda. El pésimo momento futbolístico es el principal responsable de esa indiferencia mutua, que finalizará al menos por un rato cuando llegue el momento del fútbol en el estadio del Bicentenario.

Cuando la Selección estuvo en Mendoza y en Córdoba, una verdadera multitud se congregó en la puerta de los hoteles. Con Lionel Messi y sin él, cientos de hinchas querían al menos ver de lejos a sus ídolos, que venían de jugar en buen nivel y de protagonizar finales. Hoy todo es muy diferente. Al parecer, no era tan grave ser subcampeón, porque competir es lo primero que debe hacer un equipo del nivel de Argentina. Sí es grave penar para clasificar a una Copa del Mundo. Y eso es lo que hace sentir la gente.

No más de cincuenta personas esperaron a la delegación en su llegada al hotel Del Bono Park. Un pasacalles, una bandera y algunas camisetas. Casi ningún grito y pocos aplausos. Entre esa mínima demostración popular y los jugadores, vallas y policías. Muchas vallas y demasiados efectivos policiales. En auto, en motos y en camionetas. Un operativo de seguridad exagerado tanto en el hotel como en el estadio. Todo eso desactivó cualquier posibilidad de expresión de afecto.

Durante la Copa América, en ciudades tan lejanas a la pasión del fútbol argentino como Seattle o San José, el cariño por Messi y sus compañeros se notaba en las calles. Aquí, en el corazón de la patria, lo único que se siente es el calor y cierta incertidumbre. Ya nadie está tan seguro de que la clasificación llegará por peso propio. Por primera vez en mucho tiempo, el peligro es concreto. No por cantidad de puntos ni posición en la tabla, sino por rendimiento.

El equipo es una sombra de lo que alguna vez fue. Y lo peor es que no hay muestras de recuperación. Sólo podría dar vuelta la historia una actuación descollante de Messi, más el acompañamiento de sus compañeros. Arrestos individuales. Este martes no se verá un cambio profundo en el funcionamiento colectivo porque no hubo entrenamientos ni trabajo grupal. La idea de Edgardo Bauza no termina de entrar en un plantel armado que se conoce a la perfección. El ex técnico de San Lorenzo es todavía alguien de afuera que no puede tomar las riendas.

Entonces, el panorama es complejo. Y por eso los hinchas sanjuaninos no muestran entusiasmo. "Yo a Messi lo quiero pero no saqué entradas porque no me gusta la Selección", dice un adolescente que "escapó" de la escuela ubicada frente al hotel. Secundan su opinión varios de sus compañeros, hinchas de River, Boca y San Martín, que mostraron más emoción con las visitas de sus clubes que con las del conjunto nacional.

Con todo, Argentina deberá afrontar un partido fundamental. Si gana, dará un paso clave hacia Rusia y recuperará al menos algo de confianza. Porque el resultado es el mejor ayudante para un equipo en desgracia. Si no triunfa, los malos augurios dejarán de ser solo eso y se convertirán en algo mucho más palpable y peligroso. El Mundial se alejará de verdad.

Entonces, el papel de la tribuna puede ser importante. Si los reproches llegan rápido, se profundizará la sensación de los futbolistas de que el público no los valora. Y si lo que baja es aliento incluso con un resultado comprometido, puede influir de manera positiva. Lo que se vio en este día previo no hace pensar en la segunda opción, pero el fútbol tiene sus misterios. Como ese que dice que la Argentina de Messi puede quedarse afuera de una Copa del Mundo.

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