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La Selección Colombia, una preocupación real

AP

SAN JUAN (Enviado especial) -- Llegó el momento en el que la preocupación se apoderó del fútbol colombiano. Hasta esta derrota ante Argentina en San Juan, la situación del seleccionado en las Eliminatorias no era la ideal pero tampoco generaba grandes incomodidades. No sin dificultades, el equipo conseguía puntos y se mantenía en la zona de clasificación. Sin embargo, tras este duro 3-0 en contra, hoy Colombia está en el sexto puesto y, lo que es más grave, no tiene el funcionamiento de épocas mejores.

Lo que más dudas genera no es la posición en la tabla, porque aún faltan seis partidos y esta competencia siempre entrega oportunidades. Lo que preocupa es el bajo nivel colectivo e individual que mostró el equipo en los últimos encuentros. No tiene contundencia, no reacciona bien ante las adversidades y por momentos demuestran una fragilidad defensiva inquietante. Por eso, las alarmas se encendieron y el pasaje a la Copa del Mundo corre serio peligro.

Una gran cantidad de hinchas se acercaron a la lejana ciudad de San Juan para acompañar a la Tricolor. Como sucede en cada salida de la Selección, la marea amarilla colmó su sector en el estadio del Bicentenario y por momentos se hicieron escuchar más que los locales. "Venimos a ver a Falcao y a James", fue la frase más escuchada en la previa. La dupla más querida estaba de vuelta y nadie se lo quiso perder.

A pesar de ese entusiasmo popular, la sociedad que tantas alegrías le dio al fútbol colombiano no estuvo ni cerca de su mejor nivel. Y aquí está una de las razones de la derrota: el conjunto cafetero casi nunca inquietó de verdad a Sergio Romero, a pesar de contar con la posesión durante buena parte del juego. El capitán estuvo impreciso y se peleó con los rivales más de lo que jugó, mientras que el Tigre fue pura garra y entrega pero tuvo poca claridad en el área.

El otro gran problema de la noche sanjuanina fue la estructura defensiva, que jamás pudo contener a Messi, ni desde lo colectivo ni desde lo individual. Pekerman se jugó por un esquema conservador, con Álvarez Balanta como lateral izquierdo y un triple cinco formado por Daniel Torres, Wilmar Barrios y Carlos Sánchez. Todo eso para intentar defender a quien fue la figura indiscutida del juego. Que el plan no funcionó no hace falta ni aclararlo.

Estos movimientos bruscos de estrategia y nombres pueden afectar no solo el funcionamiento en un determinado partido, sino toda la idea de una Selección. Pekerman conoce a estos jugadores mejor que nadie y ellos confían en el entrenador sin reservas, pero en los últimos tiempos el DT no ha dado en la tecla con los cambios de esquema y nombres. Lo que sucedió ante Argentina es un ejemplo extremo: Balanta no pudo con Messi nunca y el triple cinco fue desactivado por el propio José en el segundo tiempo.

La ausencia de los dos centrales titulares también afectó al equipo, pero Dávinson Sánchez y Jeison Murillo son defensores de primer nivel y la baja de Yerry Mina y Óscar Murillo no debe ser una excusa. Colombia no montó un dispositivo adecuado para marcar a Messi y además tuvo la mala suerte de sufrir a un Lionel "enojado" y con la obligación de demostrar todo su talento. La tentación de decir que cuando él juega así es imposible detenerlo está, aunque también la Tricolor tuvo demasiados errores.

El mejor jugador colombiano de la cancha fue, sin dudas, Juan Guillermo Cuadrado. Y eso también explica el juego de Colombia. La única manera que tuvo la Selección de inquietar fue por intermedio del mediocampista de Juventus, que volvió loco a Emanuel Más y se destacó como el principal arma ofensiva visitante. El antioqueño será uno de los hombres fundamentales para buscar la clasificación.

Entonces, lo que debe hacerse en estos casi cinco meses hasta el choque con Bolivia es recomponer la confianza del plantel. Colombia tiene jugadores y cuerpo técnico como para clasificar al Mundial sin sobresaltos, pero debe demostrar esa jerarquía en la cancha, algo que hizo en muy pocos partidos en esta competencia. La preocupación es real y cada vez más grande, pero también es grande la fe en que la Tricolor pueda volver al juego que tuvo, por ejemplo, contra Ecuador en Barranquilla.