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Adiós, divas; bienvenido, Víctor Guzmán

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- Víctor Guzmán fue una de las víctimas principales de la gestión de Juan Carlos Osorio como técnico de la Selección Mexicana de Futbol.

El mediocampista del Pachuca que se forjó en las fuerzas básicas de las Chivas, se cansó de darle argumentos al técnico colombiano para que lo convocara al Tricolor durante las eliminatorias rumbo a Rusia 2018.

Marchaba como el futbolista mexicano con más goles en La Liga, sin ser delantero; además, sus actuaciones rozaban la brillantez, pues es un jugador versátil que puede desempeñarse en el centro del campo y por cualquiera de los costados, con gran claridad de cara al gol.

Sin embargo, Osorio, ‘casado’ con un grupo de jugadores, muchos de ellos sin actividad en sus clubes en Europa, ignoró su promesa de llamar “a los mejores” al combinado azteca, y Guzmán lo padeció.

Fue hasta enero de este año, ya con el boleto al Mundial en mano, cuando el apodado ‘Pocho’ por fin fue convocado al Tricolor para un juego amistoso ante Bosnia y Herzegovina, a celebrarse en San Antonio, Texas.

La desgracia apareció cuando Guzmán estaba a punto de reportar con la Selección y jugarse quizá su única carta para aspirar a colarse entre los 23 convocados a Rusia. Se lesionó en un juego ante los Tigres y se rompió los ligamentos de la rodilla.

Entonces llegó un nuevo comienzo para el ‘Pocho’. Tras ser intervenido llevó a cabo su rehabilitacion durante un semestre, y en el interinato de Ricardo Ferretti se dio su regreso al Tri, manifestando en todo momento que tiene calidad de sobra para ser un jugador fundamental de cara al próximo ciclo mundialista.

Vaya ironía, ante Costa Rica marcó su primer gol con Selección Mayor en el mismo escenario y la misma área donde se rompió los ligamentos de la rodilla hace nueve meses. Fue un portento lleno de técnica individual que firmaría cualquier futbolista de clase mundial.

La Selección Mexicana tiene urgencia de renovación en sus jugadores, pues varias de las ‘vacas sagradas’ con tres mundiales a cuestas y los resultados de siempre, ya dieron lo que pudieron al equipo.

Varios de ellos se negaron a asistir al partido amistoso ante Uruguay que marcó el inicio del interinato del Tuca, y son los mismos que suelen condicionar sus convocatorias exigiendo la titularidad, que sus parejas los acompañen en las concentraciones, o solo jugar ciertos minutos en duelos amistosos.

Con la llegada de un nuevo entrenador existe la posibilidad de poner fin a esas concesiones y malas prácticas. Es tiempo de decirle adiós a las ‘divas’ y darle paso a los jóvenes llenos de talento que serán el recambio generacional en la Selección.

Así las cosas, bienvenidos los Víctor Guzmán, Diego Lainez y Roberto Alvarado, entre otros, que tendrán la tarea de consolidarse conforme adquieran experiencia con el combinado azteca.

La llegada de sangre joven representa el fin de los ‘intocables’. Ya era hora.