Fútbol Americano
EFE 5y

Chile, un anfitrión que busca dejar atrás el fracaso del último Sudamericano Sub 20

La selección Sub 20 de Chile ejercerá de anfitrión en el campeonato Sudamericano de la categoría con la esperanza de eliminar el mal sabor de boca que dejó la última edición del torneo, en 2017 en Ecuador, en la que fue último de su grupo y no pudo ganar ningún partido.

Chile forma parte del grupo A junto con Colombia, Brasil, Bolivia y Venezuela, un grupo que el seleccionador chileno, Héctor Robles, considera especialmente difícil aunque no oculta que su objetivo es obtener uno de los cuatro cupos para el Mundial de la categoría a disputarse en mayo en Polonia.

Las últimas participaciones chilenas en el Sudamericano Sub 20, sin embargo, no invitan al optimismo. En los torneos de 2015 y 2017, en Uruguay y Ecuador, respectivamente, Chile fue el último clasificado de su grupo.

El fútbol chileno fue especialmente decepcionante en Ecuador, ya con Héctor Robles en el banquillo. Chile se despidió del campeonato con un balance de dos empates y dos derrotas, y la certeza de que en las categorías inferiores no había recambio para la exitosa selección absoluta, ganadora de dos Copas América consecutivas.

Las sensaciones son más positivas de cara al Sudamericano que empezará este 17 de enero, ya que la actual selección Sub 20 obtuvo en junio del año pasado la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba (Bolivia).

En el torneo del país andino, el año pasado, Chile superó en la final a Uruguay por 1-0 con un gol de Diego Valencia, quien no obstante no ha sido convocado por el seleccionador para el Sudamericano en el que se harán las veces de anfitrión.

Robles ha configurado un plantel que se caracteriza por darle continuidad, en varios jugadores que lo conforman, al proceso de la categoría Sub 17 ya que los citados de aquella selección jugaron el Mundial de la India.

Es el caso del arquero Julio Bórquez (Deportes Iquique), el zaguero Lucas Alarcón (Universidad de Chile) y el delantero Antonio Díaz (O'Higgins).

Marcelo Allende, del Necaxa mexicano, está llamado a llevar la batuta del juego de la Roja, como ya hizo en Cochabamba este menudo y talentoso centrocampista que, sin embargo, ha tenido pocos minutos de juego con su club.

Ariel Uribe, del Monarcas Morelia mexicano, es el otro jugador de la Sub 20 chilena que milita en el extranjero y una de las principales bazas del equipo en el centro del campo.

Luego hay un nutrido grupo de futbolistas que se foguearon el año pasado en sus clubes de la primera división chilena y que llegan al Sudamericano con un buen rodaje.

La referencia en ataque es Nicolás Guerra, que ha disputado más de veinte partidos con el primer equipo de la Universidad de Chile en el torneo local y la Copa Libertadores y ha marcado cuatro goles.

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