Álvaro Fernández, seleccionado uruguayo en 2010 y actual jugador de Plaza Colonia, recordó para ESPN cómo fueron los días y momentos previos a que el Oscar Washington Tabárez diera la lista de mundialistas. “Te agarran todos los nervios de estar muy cerca de cumplir un sueño pero tampoco se puede desahogarse porque había tres compañeros que estaban quedando afuera”, recordó.
Pero el Flaco fue todavía más atrás y rememoró los días previos a ese momento. Explicó que al momento de ser 26 preseleccionados, el grupo es consciente de que hay 10 o 15 que son “números puestos, que sabés que van a estar. Pero quedábamos un par más que no sabíamos si estábamos o no, y al Maestro no se le escapaba nada, no daba ningún indicio. Estaba todo muy parejo”.
Fernández se remontó al amistoso contra Israel, el último antes del Mundial, en el que todavía había 26 jugadores. “Cuando llegamos al vestuario, obviamente hay jugadores que tienen su número fijo como Forlán y el 10 y Lugano con el 2. A mí por ejemplo me tocaba el 6, el 18, el 16, no tenía número fijo. Entonces Minguta (el utilero), cuando entrás al vestuario te va diciendo dónde estás y qué número tenés, y me señala y me dice: ‘Vos estás al fondo’”.
Cuando mira la camiseta encuentra que tiene el número 26 e inmediatamente mira a su lado: estaba Sebastián Fernández con la 25. “Tampoco era que estaba Cavani, que sabía que iba seguro y le habían dado el 25, estaba Seba que también estaba en duda”, destacó Fernández. “Y Seba me mira, se ríe, y me dice ‘Flaco, esto no me gusta nada’”, agregó.
En el partido ante Israel no le tocó entrar a ninguno de los dos, pero ambos fueron al Mundial. Sin embargo, entre ese partido y la cita mundialista, tuvieron que atravesar el momento de los nombres.
“Al principio me sentí horrible, te sentís mal porque te agarran todos los nervios de estar muy cerca de cumplir un sueño y te vas a enterar en los próximos dos minutos. Es un estado de nervio y dolor de panza terrible. Yo fui el número 20, uno de los últimos y cuando dijo Álvaro Fernández fue una alegría tremenda. Aparte enseguida dijo Sebastián Fernández, entonces no había forma que se hubiera equivocado, los dos Fernández estábamos adentro, fue un alivio bárbaro”, recalcó el volante nacido en la localidad de Agraciada.
“Es terrible, es mucho peor que esperar un partido, que también tenés nervios pero esto era cumplir un sueño y estabas a dos minutos de enterarte si ibas a viajar o no”, añadió.
A su vez, detalló que al momento de la noticia “tampoco uno podía desahogarse porque había tres compañeros que estaban quedando afuera, había que ponerse en el lugar de ellos, así que todo fue muy calmo, no consolarlos pero sí estar con ellos”.
Sin embargo, “cuando uno llega a casa se desahoga y ‘cae’ que va a jugar un Mundial”, enfatizó el Flaco, de 34 años.