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A 50 años de la Copa del Mundo México 70: las razones del fracaso argentino en las Eliminatorias

Ni siquiera jugadores del talento de Roberto Perfumo pudieron evitar el fracaso @afa

A finales de los años sesenta no era fácil conducir a la Selección nacional. Eran tiempos de desorden institucional, gobiernos de facto, intervenciones en la AFA y técnicos que renunciaban o eran obligados a irse en un abrir y cerrar de ojos.

No faltaba talento, eso sí. La Argentina siempre fue semillero de grandes jugadores, y en esos tiempos había futbolistas de primer nivel. Más todavía, eran muy pocos los que eran transferidos al exterior, a diferencia de lo que ocurre ahora, y los técnicos podían disponer de los mejores que se desempeñaban en los campeonatos locales.

Agustín Cejas, Roberto Perfumo, Silvio Marzolini, Toscano Rendo, Oscar Pinino Mas, Héctor Yazalde…

Sin embargo faltaba todavía un tiempo, hasta la llegada de César Luis Menotti en 1974 y con la zanahoria de ser los organizadores del próximo Mundial, para que todo empezara a cambiar de manera definitiva en el fútbol argentino, al menos en cuanto a la organización y a tener un plan de trabajo a largo plazo.

El Mundial de 1966 y la eliminación ante Inglaterra con Juan Carlos Lorenzo como entrenador habían quedado en el pasado. Sin pena ni gloria. La albiceleste volvió de ese campeonato con el consuelo de ser los “campeones morales”, frase que servía para poner excusas y para culpar a los de afuera por los flojos rendimientos y la falta de planes de trabajo. Si se perdía era porque el mundo estaba en contra, no por problemas propios. Lo cierto que en esos años, los fracasos se sucedieron en todos los mundiales: Suecia 58, Chile 62, Inglaterra 66…

Había llegado el momento de pensar en México. Valentín Suárez, nuevo interventor de la AFA, le dio el cargo de DT a Adolfo Pedernera. Y propuso realizar una serie de amistosos internacionales para dejar de lado la improvisación. Pero nada de eso ocurrió.

Pedernera, una gloria del fútbol argentino, se fue demasiado rápido sin dirigir ni siquiera un partido. Jim Lopes asumió en su lugar. El DT argentino con larga trayectoria en Brasil dirigió al equipo en el Campeonato Sudamericano de Uruguay de 1967, donde la Argentina terminó segunda detrás del anfitrión.

El segundo puesto, de todos modos, fue considerado un fracaso. Por eso el interventor de turno designó a Carmelo Faraone. El flamante entrenador tampoco duró mucho en su cargo, y en 1968 le dejó su lugar a José María Minella, leyenda del fútbol marplatense.

Pero Minella renunció luego de que Valentín Suárez, el interventor, también dejara su cargo. Armando Ramos Ruiz reemplazó a Suárez y eligió como entrenador a Humberto Maschio, quien nunca se había calzado el buzo de DT. Un combo de improvisaciones, entre cambios de interventores y de entrenadores, a pocos meses del arranque de las Eliminatorias. ¿Algo bueno podría salir de semejante desbarajuste?

Bolivia y Perú eran los rivales de Argentina. En principio, parecían accesibles. A 45 días de enfrentar a Bolivia, otra piedra aparece en el camino. El presidente de facto Juan Carlos Onganía cambia nuevamente al interventor de AFA: se va Ramos Ruiz y con él, Maschio, quien no se sentía cómodo en su nueva función y estaba recibiendo muchas críticas de la prensa. Aunque parezca increíble, Aldo Porri, el nuevo interventor, designa nuevamente a Adolfo Pedernera, para que ahora, tres años más tarde de su salida sin dirigir ningún partido, se haga cargo del plantel.

No había mucho tiempo para trabajar. Ni para volver a cambiar. El primer choque se dio de visitante en la altura de La Paz, ante Bolivia, el 27 de julio de 1969. Fue derrota por 3 a 1, con gol de Aníbal Tarabini para Argentina, quien empató de manera parcial en el cierre del primer tiempo. Los jugadores argentinos sufrieron los 3600 metros de La Paz. Y eso que para que los efectos nocivos de la altura fueran menores, les aplicaron unas novedosas inyecciones que supuestamente iban a hacer desaparecer el malestar por la falta de aire y causarían una rápida aclimatación.

Primer paso en falso. El segundo, fue ante Perú. Dirigidos por Didí y con jugadores de primer nivel como Teófilo Cubillas y Chumpitaz, entre otros, los peruanos se impusieron por 1 a 0 con gol de León. Quedaban dos partidos de local, pero la situación era muy compleja para los argentinos. Sin embargo, el triunfo de Bolivia de local por 2 a 1 ante Perú dejaba con chances a la Selección de cara al partido final.

En La Bombonera, sin brillar y con mucho sufrimiento, la Argentina se impuso 1 a 0 ante Bolivia, con un penal dudoso que Albrecht transformó en gol. Faltaba ganar el partido final ante Perú. No quedaba otra que vencer a los incaicos, para luego ir a un desempate y dirimir el pasaje mundialista, ya que en esa época sólo el primero de cada zona se clasificaba al certamen.

El 31 de agosto de 1969, La Bombonera repleta y la presión de la gente no alcanzó para resucitar a un equipo sin alma. Dos goles de Oswaldo “Cachito” Ramírez y un empate con sabor a derrota (para Argentina anotaron Albrecht, de penal, y Rendo) dejaron a los argentinos afuera del Mundial. No fue, más allá del dolor lógico por la eliminación, una sorpresa para nadie.

Juan Carlos Rulli, el histórico jugador de Estudiantes y Racing, contaba cómo se vivían esos momentos: “Ellos tenían un buen equipo, pero nosotros también: en el arco estaba Agustín Cejas, la defensa la formaban Silvio Marzolini, Alfio Basile, Rafael Albrecht... Y del medio para arriba estábamos Bernao, Yazalde, Onega, Más, Rendo y yo. Pero el caos era más fuerte: no sabíamos dónde entrenábamos ni dónde concentrábamos”.

Angel Marcos, por su parte, señalaba: “La verdad, fue justo que se hayan clasificado ellos. De nuestra parte estuvo todo hecho para no clasificarnos. Es más, habría sido un milagro si lo lográbamos bajo esas condiciones”.

Valentín Suárez, Armando Ruiz, Aldo Porri, Oscar Ferrari y Juan Martín Oneto Gaona, Carmelo Faraone, Jim Lopes, José María Minella, Humberto Maschio y Adolfo Pedernera. Nombres que mirados de reojo podrían confundirse con la formación de un equipo de fútbol, pero que formaron parte del caótico momento que vivió la Selección en esa triste y oscura etapa.

Habría que esperar algunos años más, nuevos interventores, cambios de técnicos y otro fracaso, el de Alemania 1974, para que todo comenzara a cambiar en el fútbol argentino.