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Argentina disimuló su ausencia en el Mundial de México 70 con el Metropolitano

Independiente fue el campeón del torneo que se jugó en plena Copa del Mundo 1970 Archivo

¿Mundial? ¿Qué Mundial? Como si nada hubiera pasado. Ese pareció ser el mensaje del fútbol argentino luego de la dura eliminación de México 70. En agosto de 1969, el empate 2 a 2 de local ante Perú, por la última fecha del Grupo 1, dejó a la Selección sin Copa del Mundo. Y una sensación de profunda tristeza en todo el ambiente futbolero.

Para olvidar que en tierras aztecas las mejores selecciones del mundo se enfrentaban buscando la gloria, en la Argentina la pelota siguió rodando. Así, el 20 de marzo de 1970 arrancó el Campeonato Metropolitano, cuyos partidos coincidieron en muchos casos con encuentros importantes del Mundial.

En México, el 31 de mayo de 1970 se jugó el partido inaugural. El local se enfrentaba contra la Unión Soviética. El Estadio Azteca contaba con la presencia de 107.000 personas disfrutando un choque histórico: se trató del primer partido de la historia del fútbol que se pudo ver en televisión en color. Además, ese choque fue el estreno oficial de las tarjetas para los árbitros. El encuentro terminó sin goles.

En Buenos Aires, al mismo tiempo, se llevó a cabo la fecha 13 del Metropolitano sin importar lo que pasaba en la otra parte del continente. En Avellaneda, Independiente derrotaba 3 a 2 a Boca, con goles de Miguel Nicolau en contra, Raúl Bernao y Héctor Yazalde. Se trató de una victoria clave para el Rojo, que peleaba la punta con River y que finalmente sería campeón.

River, con tres goles de Daniel Onega y otro de Ricardo Rezza en contra, derrotaba 4 a 1 a Gimnasia de La Plata y seguía a paso firme en la búsqueda del título que se le venía negando. Nueve de los 10 partidos de esa jornada se disputaron el 31 de mayo.

El 14 de junio, Boca recibía en La Bombonera, por la fecha 15 del torneo, a River. El superclásico se jugó por la mañana en la misma cancha en la que la Selección un año antes había quedado eliminada del Mundial. Esta vez el local celebró: el xeneize derrotó a los millonarios por 1 a 0 con gol de Rubén Suñé, de penal.

Cosas del destino, ese mismo día, en México se disputaban los cuartos de final del Mundial. Todas las miradas estaban puestas en el partido que jugaban Brasil y Perú. Semifinal bien sudamericana.

Sin dudas nunca estuvo mejor elegida la fecha para jugar el superclásico: fue una buena manera de distraerse para no ver lo que pasaba en México. Por un lado, se encontraba Brasil, el archirrival, que daba clases de fútbol de la mano de Pelé y compañía.

Por otro, con la herida aún abierta para los argentinos, estaba Perú, el mismo que había dejado a la albiceleste sin Mundial, ocupando tal vez el lugar en el que muchos argentinos querían estar. Brasil ganó 4 a 2 ante el buen equipo de Didí, en un partidazo de ida y vuelta y muchísimas situaciones en los arcos.

El 21 de junio se disputó la final del Mundial de México 70, entre Brasil e Italia. La historia es conocida: Brasil goleó 4 a 1 en otra clase magistral de fútbol para sumar el tercer título Mundial.

Pero el Metropolitano en la Argentina no paraba su marcha. Ese día, se jugó la fecha 16 del torneo, con ocho partidos. Independiente 2-Banfield 1, San Lorenzo 2-Boca 2, Newell’s 2-Atlanta 0, Chacarita 1-Quilmes 0, Rosario Central 2-Huracán 1, Unión 1-Vélez 1, Argentinos Juniors 3-Estudiantes 3 y Gimnasia 0-Platense 1.

Al día siguiente, la tapa del diario Clarín anunciaba: “Brasil, Tricampeón del Mundo”. Arriba, en un recuadro bien chiquito, aparecía una tabla con los resultados de los partidos del torneo local.

Fue un momento de mucho fútbol y muy buenos jugadores para disfrutar en el país: Silvio Marzolini, Roque Avallay, Pinino Mas, Daniel Onega, Daniel Willington, Héctor Yazalde, Miguel Brindisi, Héctor Scotta, Norberto Madurga, Rodolfo Fischer… La lista podría ser interminable.

El Metropolitano de 1970 se convirtió en la excusa perfecta para seguir mirando buen fútbol. Y para que las noticias que llegaban desde el Mundial fueran menos dolorosas.