Gracias a la hazaña concretada frente a Argentina en la Bombonera, la Selección peruana regresó a una Copa del Mundo tras cuarenta años de ausencia en el estadio Guanajuato de la ciudad de León contra Bulgaria, el 2 de junio de 1970.
Dos días antes, la ciudad de Huaraz había sufrido un terremoto en el que más de 60 mil personas perdieron la vida. El país atravesaba un momento de absoluta tristeza y desolación cuando el seleccionado nacional logró una victoria tan esperada como celebrada.
El rival, Bulgaria, logró el pasaje al Mundial tras superar en las Eliminatorias a dos equipos de gran relieve como Polonia y Holanda. Aunque no tenía estrellas en su plantel, sí era un adversario de cuidado.
Eso quedó claro en el comienzo del juego, ya que Dinko Dermendzhiev abrió el marcador a los 13 minutos. Los jugadores peruanos se enteraron de la tragedia de Áncash minutos antes del partido y sufrieron el primer tiempo.
En la segunda etapa, Hristo Bonev marcó el segundo a los cinco minutos y las ilusiones peruanas parecieron esfumarse. Sin embargo, Alberto Gallardo descontó segundos después y a partir de ese momento se vio lo mejor de la Bicolor.
A los diez, el capitán Héctor Chumpitaz y convirtió el empate y a los 28 Teófilo Cubillas anotó el primero de sus diez goles mundialistas para darle la victoria a los peruanos.
Aquel triunfo fue el primer paso de la mejor generación de la historia de la Blanquirroja. La muestra de que no habían ido a México a pasear. De que las cuatro décadas lejos del primer nivel mundial habían quedado atrás.
“Un terremoto dejó más de 50,000 muertos dos días antes y gracias a Dios le pudimos dar esa alegría al pueblo peruano", dijo Teófilo tras la victoria. Una alegría que todavía dura.