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Cambia, todo cambia

CONCACAF tendrá sus eliminatorias hacia Catar 2022 hasta el próximo año y el impacto económico será aún mayor

La primera modificación fue la suspensión del Los Angeles FC-Cruz Azul de la CONCACAF Champions League. Con el conocimiento que entonces se tenía sobre el virus y su impacto, era una decisión que se sabía iba a afectar la competencia, pero apenas en un par de semanas. Jamás se contemplaba que esa primera alteración sería una de varias en un año de cambios constantes. Entonces todo estaba en estudio. Era marzo del 2020 y se cancelaba la primera fecha FIFA del año. La pandemia entraba a las competencias de CONCACAF y pronto llegaría a las eliminatorias mundialistas.

Tres semanas más tarde se cancelaron los partidos correspondientes a la fecha internacional de junio que incluye la final del primer torneo de la Liga de las Naciones de CONCACAF. La confederación ya estaba en estudio para la modificación del formato de clasificación al Mundial 2022. El 13 de abril el presidente de CONCACAF Victor Montagliani declaraba en torno a un posible cambio de formato de competencia. Esa modificación llegaría a fines de julio.

Mes y medio después, ante la realidad de un virus que no ha sido controlado, que obliga a variadas restricciones locales que impiden en algunos casos, el ingreso de extranjeros a algunos países de la región, CONCACAF cambia de nuevo. Ahora no es el formato, es el calendario. Anuncian la cancelación de las fechas FIFA de octubre y noviembre, postergando el arranque del proceso de clasificación al Mundial 2022 a la primera ventana FIFA del 2021 en marzo.

Sería entonces cuando seis grupos de cinco equipos cada uno, arranquen su fase de clasificación con los dos primeros partidos. Junio tiene dos ventanas para partidos internacionales y la primera de ellas se utilizaría para completar esta fase inicial. Los ganadores de grupos se enfrentarían en la segunda ventana FIFA de junio en los cruces directos. En estos partidos se definen a los tres equipos que acompañarían en el octagonal final a las primeras cinco selecciones del ranking de CONCACAF.

La Copa Oro mantiene su fecha, pero aumentaría la relevancia para cada selección participante. Es el último banco de pruebas para encontrar, no la base, pero el equipo que debería comenzar en septiembre con el proceso de clasificación al mundial. Si es que CONCACAF define comenzar en esa fecha, enfrentándose además a otro reto. Para completar el octagonal necesita jugar 14 partidos o siete ventanas FIFA (dos partidos por ventana). Septiembre 2021 sería la primera de las últimas tres ventanas de ese año, 2022 cuenta con dos ventanas, además de la que se utilizaría en junio 2022 para el repechaje intercontinental. Disponibles, ante este nuevo calendario, CONCACAF solo tiene cinco ventanas para el octagonal.

El cambio de formato ya no es opción y esta determinación deja a CONCACAF con unas pocas decisiones que tomar. Trascendental será pedir a FIFA la apertura de una nueva ventana para partidos internacionales o en su defecto, la autorización para jugar tres partidos en cuatro de esas cinco ventanas disponibles para el octagonal. El formato anterior exponía a CONCACAF ante la falta de fechas en el calendario, situación que ahora enfrenta por esta postergación. El dilema era necesario afrontarlo en una región que aún vive una crisis sanitaria sin precedentes.

Las federaciones no tienen otro activo más allá de sus selecciones. Sin partidos oficiales, el impacto económico de la pandemia en el 2020 será aún mayor. Algunas encontrarán tiempo para preparar mejor sus combinados, tomando en cuenta que la urgencia del calendario los obligaba a retomar actividades con el temor de un contagio masivo en el grupo de jugadores. Un año 2020 de retos que confirma que el cambio es la única constante en la vida.