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Maradona, el héroe muerto por el que se arriesga la vida

ESPN

La prominencia de la figura de Maradona y el poder de la memoria colectiva llevó a la gente a olvidar la pandemia

Ningún otro jugador o atleta ha representado, unido y ha enorgullecido tanto a su país como Diego Maradona, el futbolista. Díganme al que quieran, no ha ocurrido y no ocurrirá jamás.

Me cuesta trabajo encontrar alguien que siquiera le compita. Pero más allá de eso, lo más sorprendente resulta la personificación del país en la percepción del mundo, esa no tiene comparativa. El 99% del planeta responderá Maradona al preguntarle sobre el personaje con el que identifican a ese país. Argentina no se concibe sin Maradona ni Maradona sin Argentina.

Las imágenes de su velorio en la Casa Rosada responden a las de un culto, adoración e idolatría discutiblemente patológica hacia un ser humano percibido como semidiós.

La prominencia de su figura y el poder de la memoria colectiva llevó a la gente a olvidar la pandemia como si al tratarse de despedir a Maradona, el virus ofreciera una tregua, como si por acercarse a Diego todos fueran inmunes, poco importaba arriesgar su propia vida por acercarse a un ser humano muerto, por más irracional que pueda parecer. Porque si por Maradona no se arriesga la vida, entonces por quién.

¿Pero no fue justamente eso lo que hizo Maradona? ¿Dar la vida por honrar y exaltar a su país?, Un país que suele competir como todos los países de Latinoamérica, en desventaja.

Por eso su carrera triunfaría a nivel de clubes como en ningún otro equipo ni lugar de Europa como en Nápoles, porque como en Argentina les dio esperanza a los desfavorecidos. Cobró revanchas que los suyos no podían en la vida cotidiana y en una cancha de futbol los empoderaba por vendettas de hora y media.

Nunca dejó de sorprenderme como el radiante concepto de Maradona, el futbolista, prevaleció sobre la lóbrega reputación del exjugador.

El declive y los escándalos post-retiro no los hubiese resistido la carrera deportiva de nadie más. Los errores luego lo humanizaron tanto como el futbol lo endiosó y le dotó de por vida de un halo impenetrable en el reconocimiento de quienes con fervor le veneraron

Hizo que los argentinos creyerán que las cosas se podían hacer me decía Daniel Martinez, corresponsal de ESPN en Italia. Y al final del día, ¿no se trata de eso? ¿de inspirar? ¿no es esa la máxima y más relevante medición del legado de un ser humano?

No veo en mi tiempo de vida en este mundo a otro deportista que impacte en ese sentido como Maradona lo hizo con su pueblo. Tal y como lo hizo en la cancha, este partido Maradona también lo ganó.