<
>

Es hora de valorar lo que la selección consiguió

La Celeste quedó en envidiable posición a la espera de los duelos de octubre con Colombia, Brasil y Argentina; EFE/EPA

El equipo celeste logró sobreponerse una vez más a contratiempos inesperados y el maestro apeló una vez más a su conocimiento, guste o no, de todo el plantel y de un futbolista que atraviesa un gran momento en el fútbol local como Agustín Álvarez Martínez.

Y debió superar la ausencia de Suarez, Cavani, agreguemos a Nico de la Cruz y en el partido con Ecuador al capitán Diego Godín.

Parece mucho, ¿no? Pero una vez más se logran los objetivos, no sin antes sufrir hasta el final. Y es increíble la ligereza con que la gente opina aunque esto no es nuevo.

Uruguay empató en Lima ante Perú. Lo pudo ganar y lo pudo perder pero, y creo que es lo más importante, se reencontró con momentos de buen fútbol y con el gol.

Volvió de Lima con la convicción de que se podía. En Montevideo le esperaban Bolivia y Ecuador. Dos rivales absolutamente diferentes. Con poderíos distintos y alejados uno del otro también en la tabla.

Se juega ante Bolivia por primera vez con público en la tribuna y el equipo no solo tuvo momentos de buen fútbol, reiterando lo hecho ante Perú, y le sumó la explosión en varios futbolistas.

De mitad de cancha hacia adelante el equipo jugó un gran partido y pudo hacer cinco o seis goles.

Si Bolivia anotó dos goles, fueron por desatención en el fondo, aunque sigo creyendo que el mal pase de Vecino hacia atrás fue el desencadenante de la situación y un penal que para mi no existió.

Se ganó y se vino Ecuador. Otro equipo, otros jugadores, otro entrenador. Pícaro, astuto, que estudió al equipo uruguayo al dedillo y que explotó al máximo las posibilidades de su selección.

Uruguay se encontró frente a un rival, que jugó como muchas veces lo hace la celeste.

Aprovechando al máximo el tiempo perdido, cuando se trata de sacar un resultado. Cortando todos los circuitos, con cinco defensores y tres volantes más los delanteros que también se retrasaban.

Así las cosas, encontrar un espacio era tarea de titanes. Álvarez Martínez, al no llegarle la pelota tuvo que tirarse atrás a buscarla y los del medio no podían hacer dos pases. Brian era escalonado y lo mismo pasaba con De Arrascaeta. Solo Nández por derecha, a la postre la figura de la cancha, inquietaba y era quien trataba de empujar al equipo.

El partido era aburrido y Ecuador se llevaba lo que había venido a conseguir.

En el segundo tiempo la visita llegó más al arco de Muslera, sin ser nada de otro mundo y jugaba con la desesperación de Uruguay y de su gente. Esa desesperación llevó a que se jugara al borde del reglamento y Nández y Bentancur estuvieron al borde de la expulsión. No me pareció penal la de Giménez y el equipo nunca bajó los brazos. Tabárez hizo los cambios necesarios para sacudir al equipo y puso gente fresca.

Sin bajar nunca los brazos vino el gol bien anulado de Vecino y cuando nadie pensaba que quedaba resto, a los 93, Nández, nuevamente Nández, apoyado por Valverde desborda, llega al fondo y Pereiro que había ingresado 10 minutos antes conecta el centro. Uruguay gana otra vez y llega al tercer lugar desplazando a Ecuador.

Se puede decir, es cierto, que el equipo no jugó bien. Era muy difícil hacerlo de acuerdo a como se planteó el partido, pero se ganó.

Al fin de cuentas esto no es un campeonato. Son las clasificatorias al mundial y hoy, así las cosas lo estamos logrando.

Claro que, como siempre pasa, aún logrando 7 de los 9 puntos jugados en los 3 partidos sin Suárez, Cavani, De la Cruz y en el último sin el capitán, hay gente que no está conforme. De locos.