Botellazos e insultos. Una piñata en la manga neumática de ingreso a la cancha. El grito de “muerto de hambre” del provocador técnico de Venezuela, Rafael Dudamel, a Luis Suárez. Líos con los periodistas y hasta una batalla campal en un hotel, forman parte de una cadena de incidentes que hicieron del Uruguay y Venezuela, un partido de clima caliente.
La historia de los duelos entre uruguayos y venezolanos marca un antes y un después de agosto de 2001. Aquella vez, por las Eliminatorias para el Mundial de Japón y Corea 2002, Venezuela llevó a los celestes a la calurosa ciudad de Maracaibo. Ahí, en el estadio Pachencho Romero, se quebró la historia. La Vinotinto ganó 2 a 0.
A partir de allí, nada fue igual. Los venezolanos se envalentonaron. Entendieron que era posible. Y los partidos cobraron otra intensidad donde las provocaciones estuvieron a la orden del día.
Para colmo de males, en la previa al partido que jugaron Uruguay- Venezuela en el Centenario en 2004, apareció un aviso publicitario de Nuevo Siglo que mostraba la foto de un futbolito con 11 muñecos vestidos de celeste. Los otros 11 no estaban. La imagen estaba acompañada por la leyenda: “Venezuela, no existís”.
Pero los venezolanos le pegaron un cachetazo histórico al Uruguay de Juan Ramón Carrasco al que vencieron 3-0. Aquella derrota le costó el puesto a JR.
A las piñas
Un año después se jugó la revancha en Maracaibo. El partido, que terminó 1-1, ni se recuerda. Lo que pasó a la historia fue la piñata que se generó en la manga neumática cuando se retiraban los jugadores.
Los venezolanos, en la voz de su técnico Richard Páez, acusaron al capitán celeste Paolo Montero: “Es un pendenciero que inició todo este problema”.
El zaguero venezolano Alejandro Cichero apuntó a Richard Morales diciendo: “Antes de empezar el partido recibo un gancho en el estómago y cuando miro era el Chengue. Me dice que soy un muerto de hambre, pero yo hablo cinco idiomas y él sin el fútbol no sabe lo que hacer”.
El Chengue reconoció en su libro, La vida de Richard Morales: “¡Cómo no me voy a acordar si el lío lo armé yo! Fui derecho a Cichero y le di un garrón en las costillas, lo arruiné. Los jueces no me vieron. La pudrí antes de empezar”.
De aquellos incidentes el que sacó la peor parte fue el fisioterapeuta de Uruguay, Richard López, que debió ser retirado en camilla con un corte en la cabeza.
En el año 2009 se generaron problemas con los periodistas uruguayos que relataban los partidos en un palco abierto. Fueron agredidos y les lanzaron botellas.
En 2013 la celeste viajó a Puerto Ordaz urgida de puntos para poder llegar al Mundial de Brasil 2014. Y no falló: con gol de Edinson Cavani ganó 1 a 0. Al finalizar el partido se generó un tumulto en la cancha entre los jugadores con la participación del cuerpo técnico de Venezuela.
Allí el técnico venezolano, César Farías, discutió fuertemente con Diego Lugano. Luego intervino el DT uruguayo, Oscar Tabárez, que mantuvo una extensa charla con su colega que le dijo: “Si hay alguien a quien respeto es a usted”.
"Muerto de hambre"
En octubre de 2016 los venezolanos visitaron el Centenario en partido correspondiente a las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 y se generó un duro cruce entre el DT Rafael Dudamel y el delantero Luis Suárez.
Resulta que en pleno partido, Dudamel se encaró con Suárez al borde de la cancha. El DT venezolano, que se caracteriza por su estilo provocador, le empezó a gritar al salteño cada vez que se arrimaba a su banco. Y, en la cortita, Suárez le devolvía alguna frase. En un momento Dudamel comenzó a gritarle al cuarto árbitro: “¡no lo ves, no lo ves! Me está hablando”.
Cuando terminó el primer tiempo Dudamel lo fue a buscar a Suárez generando el enojo del capitán Diego Godín que se llevó al salteño.
Con el paso de las horas se hizo público el insulto del técnico de Venezuela al 9 de la celeste: “Muerto de hambre”, le gritó.
Juveniles a las trompadas
El propio Dudamel era el encargado de dirigir a la selección juvenil Sub 20 de Venezuela cuando se generaron cruces en el Sudamericano de la categoría en 2017.
Antes del partido el entrenador celeste, Fabián Coito reveló que le dijo a sus dirigidos no entrar en las provocaciones de los jugadores venezolanos: “No podíamos caer en la provocación, era algo que ya sabíamos que iba a suceder”.
Pero la bomba estalló en el Mundial cuando uruguayos y venezolanos, que compartían las instalaciones del hotel Ramada de Suwon (Corea), se cruzaron en semifinales. El juego terminó 1 a 1 y los venezolanos clasificaron a la final en la definición por penales.
En la cancha, al margen del clima caliente, no pasó nada. El tema fue al regreso, en el hotel.
El incidente comenzó a la hora 21 de Corea, cuando las dos delegaciones habían bajado al espacio común para cenar. Si bien en principio solo se miraron feo, luego algunos futbolistas cruzaron insultos y llegaron a las trompadas, de las que participaron también miembros técnicos de la delegación para intentar separar.
El presidente de la delegación celeste, Aldo Gioia, reveló: “Hubo corridas, empujones, insultos y algunas piñas. Participó casi todo el plantel de Venezuela contra seis o siete jugadores nuestros, que justo se quedaron en el hall del hotel para saludar a sus familiares”.
En los últimos dos partidos de las Eliminatorias para Qatar 2022, las dos Selecciones cambiaron de entrenador de un juego al otro. El 8 de junio de 2021 se enfrentaron en el Estadio Olímpico de Caracas. El partido terminó 0 a 0 y Venezuela era dirigida por el portugués José Peseiro y Uruguay por Oscar Tabárez.
El partido de la segunda rueda se jugó 1 de febrero de 2022, en el Estadio Centenario, y la Celeste era conducida técnicamente por Diego Alonso al tiempo que José Pèkerman era el DT de la Vinotinto. Ganó Uruguay 4 a 1.
Este martes se escribirá una nueva historia. En el banco de los venezolanos ya no está el provocador Dudamel, ni el respetuoso José Pékerman. Es el turno del argentino Fernando Batista, entrenador que lleva adelante un proceso que tiene ilusionados a los venezolanos con llegar al Mundial.