En julio de 2001, el gigante holandés Ajax, conocido por revelar muchas estrellas, hizo algo bastante inusual en su historia: pagó 8,7 millones de euros para contratar a un joven delantero que empezaba a despuntar en el Malmö sueco.
Al llegar el nuevo futbolista, el entonces técnico Co Adriaanse no entendía por qué el equipo de Ámsterdam había pagado tanto dinero para traer a ese Zlatan Ibrahimovic, un grandote que parecía carecer de los atributos técnicos necesarios para disputar el disputado campeonato holandés.
El técnico dejó claro su descontento con la llegada del refuerzo. En los partidos de la Eredivisie y la Europa League, sustituyó en todo momento al chico sueco, sin dar muchas oportunidades al recién contratado para mostrar su fútbol.
Todo cambió, sin embargo, después del 29 de noviembre de 2001, cuando Co Adriaansen fue despedido y la directiva del Ajax apostó por un viejo conocido para ser el nuevo entrenador del club: el exdefensor Ronald Koeman, ídolo en Ámsterdam como jugadory que había comenzado una carrera técnica apenas un año antes, en Vitesse.
Al tomar las riendas del equipo, Koeman, que ahora está al mando del Barcelona, se quedó atónito al ver en entrenamiento a Ibrahimovic. Con ojo clínico, el estratega vio que había un gran futuro, pero que aún necesitaba ser pulido.
Para que el futbol de Ibra brotara en el Ajax de una vez por todas, el exdefensor señaló que primero tuvo que cambiar el sistema de juego del equipo, para que el sueco encajara mejor.
En entrevista con ESPN.com, el exdelantero Wamberto, que en ese momento jugaba para el Ajax, destacó que solo alguien con la moral de Koeman podría tocar el "sagrado" 4-3-3 del equipo de Ámsterdam, que se utilizó durante décadas, simplemente para incluir un refuerzo novato en el esquema.
"Nuestro sistema de juego era 4-3-3 y nadie lo tocaba. Cuando llegó Koeman, fue el primero en intentar cambiar el esquema a 4-4-2 por culpa de Ibra", recordó el jugador de Maranhão, que inició su trayectoria profesional en Sampaio Corrêa, pero hizo toda su carrera victoriosa en el futbol europeo.
"Ibrahimovic era 'cool' incluso cuando se unió al Ajax, solo había jugado para Malmö y tuvo muchas dificultades al principio para adaptarse a nuestro camino, que fue totalmente diferente. Claramente no se adaptó a lo que nuestro ex entrenador (Co Adriaansen) quería de él ", dijo.
Wamberto informa que la multitud se mostró algo reticente con la decisión de Koeman, pero que al final el proceso terminó siendo beneficioso para todos: el Ajax creció con el cambio de esquema y tuvo una gran carrera hacia el título holandés, al mismo tiempo que el de Ibra. El fútbol floreció para siempre y empezó a trazar el destino de gloria que tendría el atacante.
"Fuimos irregulares en el 4-4-2 y, después de algunos partidos, incluso la afición pidió volver al 4-3-3. En el Ajax, la afición es muy intensa, es prácticamente un 'entrenador e Ibra tiene mucho que agradecerle a Koeman, ya que su futbol se desarrolló y evolucionó después de que asumió como técnico", señaló el brasileño.
Además del cambio de esquema, Koeman tuvo otra idea: llamar a otro gran ídolo del Ajax para que sea el "entrenador de ataque" de Ibrahimovic.
Así fue como Marco van Basten, quien marcó 152 goles en 172 partidos con la selección holandesa, "reforzó" el comité técnico del gigante de Ámsterdam para trabajar específicamente en la mejora del sueco.
"Koeman se vio obligado a llamar a Van Basten para 'hacerse cargo' el 100% del tiempo de Ibra, porque no conocía los puestos, teníamos que trabajar para él", recordó.
"Nuestro estilo de juego era muy rápido en ese momento, y al principio, Ibra luchó por adaptarse. Excepto que después de que Koeman llamó a Van Basten para ayudar, Ibra pronto se convirtió en uno de los mejores delanteros del mundo", exaltó.
En su primera temporada con el Ajax, Ibrahimovic anotó 9 goles en 33 partidos. En los años siguientes, sin embargo, "explotó" definitivamente en Holanda, trasladándose a la Juventus en 2004 por 16 millones de euros, casi el doble de lo que habían pagado los holandeses para sacarlo de Malmö.
Siguiendo su carrera, el sueco pasaría por varios gigantes europeos. Actualmente se encuentra en el Milán, para el que ha marcado 17 goles en 23 partidos esta temporada, incluso a los 39.
PERSONALIDAD FUERTE DESDE NIÑO
Wamberto dice que Ibra fue contratado por el club holandés cuando solo tenía 20 años, pero aun así, no se dejó intimidar en el nuevo entorno laboral.
"Él siempre tuvo una personalidad fuerte y de la misma manera. Algunos dicen que después de hacerse famoso cambió su carácter, pero ya era así. Quería ganar incluso en los entrenamientos, por eso ganó tanto, por esa mentalidad", analizó.
"Ibra era una figura, un tipo divertido. Llegaba temprano al entrenamiento y usaba Internet en la oficina del director. Tomaba fotografías de animales, las imprimía y las pegaba en el casillero de los chicos. (Risas) Un día lo hicieron con él y no le gustó. Creo que le pusieron una jirafa ahí (risas)".
Las enseñanzas aprendidas como luchador de taekwondo le dieron a Ibra un estilo peculiar en la cancha.
"Tiene agilidad y una facilidad de balón aéreo para realizar acrobacias. De todos modos mete un gol e incluso en ese entonces hizo esas cosas", dijo.
El temperamento explosivo del jugador provocó una situación muy polémica, pero que hoy es recordada con mucho humor por el brasileño.
"Fuimos a jugar contra un equipo pequeño en casa y necesitábamos ganar para ser el campeón anticipado de Holanda. Él jugó, Mido [ex delantero egipcio] e Ibra al frente. Los muchachos eran grandes jugadores, pero no tocaron entre ellos el balón porque era esa pelea de uno con ganas de ser más goleador que el otro", informó.
"Al final de ese juego, Mido perdió un gol que era solo para darle el balón a Zlatan. Terminamos perdiendo ese juego. Cuando los dos llegaron al vestuario comenzaron a hablar. Ambos eran monstruos de dos metros de altura, uno tiró las tijeras en el otro", continuó.
El objeto lanzado casi golpeó la cara del sueco. La pelea hizo que Mido fuera expulsado por Ajax al final de la temporada.
Ibra mide 1,93 m, mientras que el egipcio mide solo tres centímetros menos. Sin embargo, era el pequeño Wamberto, de 1,68 m, tratando de calmar el ánimo. "Yo fui el que me levanté para separar la pelea, el más bajito del equipo ahí estaba en el medio pidiendo calma. Me empujaban de lado a lado como si fuera de papel (risas)", dijo.
"En ese momento era un clima pesado, pero luego se convirtió en una broma en el grupo, esa revisión más tarde. El siguiente fin de semana fuimos campeones y fue solo una fiesta. La gente incluso se olvidó de la pelea. Nuestra multitud estaba muy cerca", concluyó.
