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Cómo la Copa América puso en crisis las eliminatorias sudamericanas

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La FIFA sancionará a los clubes de la Premier League que no cedieron futbolistas para las Eliminatorias (4:02)

Los jugadores que no pudieron acudir a sus selecciones, no podrán jugar en la próxima fecha de la Liga inglesa. Informa Christian Martin. (4:02)

Habría sido prudente consultar las listas de pasajeros en los vuelos de Europa a América del Sur antes de intentar elegir al ganador de las tres rondas de eliminatorias sudamericanas de septiembre para el Mundial 2022.

Paraguay se quedó sin Miguel Almirón de Newcastle, su principal talento; Chile no cuenta con Ben Brereton Díaz, de Blackburn Rovers, el joven delantero que causó una impresión tan positiva en la Copa América. Estos y otros jugadores basados en Inglaterra están atrapados en un desagradable forcejeo entre sus clubes y sus selecciones nacionales, en una situación donde no es fácil identificar quiénes son los buenos.

Brasil sufre la ausencia de nueve jugadores de la Premier League: Alisson, Fabinho, Roberto Firmino (Liverpool); Ederson, Gabriel Jesus (Manchester City); Thiago Silva (Chelsea); Fred (Manchester United); Richarlison (Everton); y Raphinha (Leeds United). Argentina logró traer a su cuarteto: llegaron a un acuerdo con Aston Villa para liberar a Emiliano Martínez y Emiliano Buendía para dos de los tres partidos, y fuentes le informaron a ESPN que Cristian Romero y Giovani Lo Celso, de Tottenham, serán multados por su club por haber viajado sin consentimiento. Sin embargo, después de la farsa del domingo en Brasil, puede que deseen haberse quedado en casa.

Muchos clubes europeos se mostraron reacios a liberar jugadores para estas polémicas tres fechas; se agregó un partido adicional al calendario, lo que significa que los partidos terminan el jueves por la noche, dos días más tarde de lo habitual. Existe un problema adicional en el Reino Unido dada la cuarentena obligatoria de 10 días para quienes llegan de los países incluidos en la llamada "lista roja" (por ser percibidos de alto riesgo de transmisión de COVID-19). En lo que respecta a los clubes, el problema aquí no es sólo que los jugadores estarán en cuarentena, sino que pasarían esos días en una habitación de hotel, lo que inevitablemente afectará su condición física.

Esto se ha hecho recíproco en Brasil. Se consideró que los cuatro jugadores argentinos de la Premier League no cumplieron con el requisito de cuarentena para las personas que arriban al país habiendo estado en el Reino Unido durante los 14 días previos, lo que dio lugar a las ridículas escenas en Sao Paulo el domingo pasado, cuando el partido fue interrumpido a los seis minutos del comienzo por funcionarios de la autoridad sanitaria brasileña para exigir la deportación de los jugadores.

FIFA ahora tiene una tarea complicada por delante para definir qué hacer con este partido. Las autoridades de fútbol sudamericanas fueron rápidas en pasarle la pelota a la FIFA. El escenario ideal sería reprogramar el partido – pero esto choca con el problema clave en todo este embrollo. ¿Cuándo? No hay fechas disponibles. Tan pronto como se tomó la decisión de llevar a cabo la Copa América hace unos tres meses, el continente quedó sin margen para el error, y con muchos potenciales conflictos.

CONMEBOL, el organismo que dirige el fútbol sudamericano, dijo que la razón para jugar la Copa era fortalecer a los equipos de cara al Mundial del próximo año. Le estaban dando explícitamente prioridad al Mundial por encima de la Copa, pero sus acciones hicieron lo contrario. Los jugadores, en especial en Brasil, dieron una advertencia. Dejaron en claro – junto con otros futbolistas y entrenadores -- que estaban jugando la Copa bajo protesta. Y esto no era sólo debido a que la pandemia del COVID-19 estaba azotando al continente, sino que pensaban que ese tiempo hubiese sido mejor aprovechado para ponerse al día con las eliminatorias del Mundial, que estaban retrasadas.

En vez de eso, una vez que la Copa terminó, todavía faltaban 12 rondas de clasificación sin las suficientes fechas para disputarlas y con el riesgo de tener que luchar con las restricciones en los viajes. Se arregló una fecha FIFA extra para finales de enero, y el controvertido tercer partido fue agregado al calendario en septiembre y octubre. Pero no había margen para el error, y todo el planeamiento se desbarató delante de una enorme audiencia global en Sao Paulo el pasado domingo.

Es poco probable que lo que sucedió en Sao Paulo haya sido el resultado de alguna intrincada conspiración. Lo más probable es que haya sido la consecuencia de una serie de factores que se dieron todos juntos: complicaciones burocráticas, negligencia, mala comunicación, incompetencia, arrogancia, engaño, exceso de entusiasmo y deficiencia en el sentido común. La farsa de Sao Paulo hará que los clubes europeos se sientan aún más reticentes al momento de liberar a sus jugadores para la próxima fecha FIFA. Hay una necesidad urgente de hacer que todos los involucrados se sienten alrededor de la mesa de negociación y traten de encontrar una solución.

Como siempre, todos tendrán que ceder algo, pero los clubes europeos dirán que no hay razón para que ellos cedan cuando las autoridades sudamericanas no harán lo mismo. Una vez que decidieron seguir adelante con la Copa, hicieron que los seleccionados nacionales debiesen participar de 21 partidos competitivos en un período de 10 meses – una carga de trabajo excesiva aun sin tener en cuenta los problemas logísticos de los viajes alrededor del mundo en esta época.