Málaga consigue frenar al Real Madrid, que se va en blanco en casa

MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Nuevo tropezón del Real Madrid, esta vez en el Santiago Bernabéu, donde apenas pudo salvar un punto gracias al empate 0-0 ante Málaga, que acabó con diez tras la expulsión de Amrabat. La mala suerte del Madrid con las lesiones alcanzó esta vez a Jesé, que abandonó el campo en camilla por un problema en el gemelo.

Málaga resultó tan problemático como esperaba Benítez. El técnico merengue, advirtió que de poco importaban las estadísticas favorables al Real Madrid ante un equipo que tras cinco jornadas estaba aún por marcar su primer gol.

Benítez dispuso un planteamiento serio; con hombres rápidos en banda (Isco y Jesé), Cristiano y Benzema formando la pareja en punta, mientras Modric y Kroos se repartían el centro del campo. Pero dado lo compacto y ordenado del rival, el Madrid pasó a apostar por el sprint y el asedio con balones largos al área. Jesé , Carvajal, Modric y Marcelo se cansaron de poner servicios, que Cristiano fallaba con la misma frecuencia, ya sea enviando fuera el balón o dejando la tarea demasiado fácil para Kameni.

Real Madrid ganó el dominio del campo, pero eso no significa que Málaga encaje en el estereotipo de equipo pequeñito que llega al Bernabéu a esperar el error merengue para hacer daño. Los de Javi Gracia, necesitados tanto de la victoria redentora como del gol, habían salido a buscarlo. Quizás con menos recursos, pero con un peligroso Amrabat que trabajó incansablemente en buscar la portería de Keylor. El delantero boquerón aparecía por toda la cancha. Abría huecos y anulaba a Kroos con una facilidad alarmante para acercarse al área de Keylor e intentar el disparo o el centro para Juankar. Lo suyo se convirtió en una lucha constante en el cuerpo a cuerpo ya fuera con Nacho o con Varane.

Amrabat mantuvo en vilo al Bernabéu entero hasta bien entrado el segundo tiempo, cuando el Real Madrid aumentó la presión y forzó a los visitantes al repliegue. A partir de entonces, a Málaga no le quedó otro remedio más que adaptarse a las circunstancias, por momentos, completamente encerrados en su área y, entonces sí, esperar el error para robar el balón. Real Madrid, en modo depredador, estaba encima. Pero a medida que aumentaba la intensidad el cuadro blanco y disparaba casi en serie, Kameni se crecía.

Real Madrid estaba en esa búsqueda cuando Jesé se tumbó en el césped pidiendo su cambio. Una lesión en el gemelo derecho le impedía continuar. El Bernabéu enmudeció. Una baja más por lesión en pleno septiembre. El cuadro merengue tardó unos segundos en reajustarse, pero ya enfilados, continuaron con la misma intensidad o más, pues Kovacic fortaleció la creación. No obstante, empezaban a desesperarse, pues el esfuerzo no les llevaba a nada. También crecía la frustración malaguista y más cuando a 15 minutos del final Amrabat vio la roja por un golpe en el rostro a Marcelo.

En inferioridad numérica, sin el hombre que se había encargado de crear casi todas sus oportunidades y ante un Madrid que no bajaba los brazos, Málaga cerró aún más sus filas. Si no llegaba Kameni, siempre había alguien atento para el despeje casi en la línea de gol. También ayudó la mala suerte del Madrid y la falta de tino de Cristiano Ronaldo que, hasta en la última oportunidad del partido, solo y bien posicionado, mandó el balón a las nubes.