Santos aplasta 5-0 a Gallos Blancos y tiene el título en la bolsa

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TORREÓN (ESPN.com.mx) -- El sueño de todo delantero es anotar la máxima cantidad de goles en un partido y ser la figura de su equipo. Lo común o habitual es que lleguen uno o dos tantos en un encuentro. Tres en una noche muy buena. Ya cuatro es un escándalo. Javier Orozco fue justamente eso en la noche en la que Torreón lo vio brillar por primera vez. Chuletita se llevó la fiesta por completo al ser el referente de los suyos y repetir festejo hasta en cuatro ocasiones para encaminar la serie para Santos que fulminó (5-0) a Gallos en la Final de Ida.

Orozco apareció por todos lados y de todas las formas. Lo que no hizo en todo el torneo lo consiguió en 63 minutos. En cuatro ocasiones dio con las redes. No era un sueño guajiro, era una realidad de un delantero que nunca baja los brazos y que a lo largo de su carrera ha figurado más como un recurrente sustituto que un titular indiscutible.

Si en toda la temporada anotó una sola vez y fue en la última jornada, en poco más de una hora de este encuentro marcó en cuatro ocasiones. El futbol tiene esas cosas y esas revanchas diarias en las que uno puede pasar de noche todo un torneo, pero con una actuación pletórica hace olvidar todo. Orozco así lo hizo.

En un par de ocasiones fue asistido por Djaniny, su gran cómplice de la noche. El africano apareció en la primera y en la cuarta anotación para asistir de manera idéntica al Chuletita, quien solamente empujó el balón a las redes en ambas ocasiones. Ahí estuvo una de las claves. Futbol en conjunto en su máxima expresión. Los Guerreros lo festejaron al final.

Luego, Orozco también demostró sus mejores dotes para rematar y anotar. En su segundo gol lo hizo de cabeza y en el tercero con un remate de pierna derecha que dejó sin opciones a Volpi. El arquero brasileño probablemente vivió una de las peores noches de su carrera y Chuletita fue su gran verdugo.

Uno de los grandes méritos de Santos fue que nunca dejó de intentarlo. Fue la misma versión cuando lo ganaba por dos, tres o cuatro goles, siempre quiso más. El hambre de triunfo destacó por encima de todas las cosas en un equipo que brilló en el Corona, en la nombrada 'Casa del Dolor Ajeno', en la que Gallos sufrió por completo.

Vucetich quiso responder en algún momento del partido y fue cuando comenzó el segundo tiempo al mandar a Ronaldinho a la cancha. El intento llegó demasiado tarde y sin una respuesta clara que pusiera las cosas más difíciles para Santos.

Después de los cuatro goles de Orozco, todavía llegó Diego González para completar la noche mágica en Torreón. Fueron cinco tantos y sin respuesta. El título está más que encaminado para los Guerrerros que ahora solamente completarán la obra en Querétaro, donde Gallos realizará su propia lucha.