Un poco de alivio

ZARAGOZA (EFE) -- Un Cádiz plagado de bajas consiguió en La Romareda tres puntos (1-2) que suponen una inyección de oxígeno y moral en su lucha por mantener la categoría, frente a un Zaragoza al que todavía le duraban los efectos secundarios de la final copera.

Mientras los locales fueron por delante en el marcador dieron la sensación de que en cualquier momento podían sentenciar la contienda, pero a partir de que su rival se puso por delante a los zaragocistas pareció caerles de golpe la desmoralización copera y ya no levantaron cabeza ante un Cádiz que supo defender su ventaja y sumar tres puntos que valen su peso en oro para intentar evitar el descenso.

El conjunto gaditano salió más centrado al césped de La Romareda y eso le valió que los primeros minutos fueran suyos con un par de buenas oportunidades de "Enrique" Ortiz y José Andrés Fleurquin, pero a partir del gol local, que llegó en el minuto 20 en un remate raso de "Savio" Bortolini desde fuera del área, la situación varió como de la noche al día.

El Cádiz acusó moralmente el gol y no existió como enemigo para los zaragocistas que se hicieron con el control del balón y comenzaron a generar ocasiones de gol sin apenas oposición del conjunto amarillo.

En apenas cinco minutos, los que transcurrieron entre el 29 y el 34, el conjunto de Víctor Muñoz disparó con peligro en otras tantas ocasiones, especialmente dos, una de Diego Milito que no remató bien de cabeza un centro de "Ewerthon" de Souza cuando estaba en boca de gol y otra de este último que tras ganarle la espalda a Ramón "De Quintana" le hizo una vaselina al meta Oscar "Limia" que salió rozando el larguero.

A partir de ahí el conjunto de Víctor Espárrago despertó y, primero Enrique y luego Lobos, en los minutos 38 y 41, respectivamente, avisaron de que el Cádiz había regresado al partido tras muchos minutos fuera del mismo, aunque a renglón seguido el conjunto maño desperdició otra oportunidad, nuevamente por medio de Diego Milito al que Ewerthon volvió a colocar un balón de oro que el argentino no aprovechó.

Cuando el primer periodo se encaminaba hacia su final el argentino Lucas Lobos fue objeto de un penalti por medio de su compatriota Gabriel Milito, que el central protestó reiteradamente, y que el delantero del conjunto andaluz convirtió en gol.

Y si los cadistas habían finalizado bien los primeros 45 minutos no pudieron comenzar mejor el segundo tiempo pues a los tres minutos un centro de Lobos lo aprovechó Matías Pavoni para darle la vuelta al marcador.

A partir de ahí el equipo de la "Tacita de Plata" se creció y con una excelente presión ahogó las ideas ofensivas de un Zaragoza desmoralizado que quería pero no podía.

El equipo aragonés apenas llegó con peligro a la meta de su oponente en todo el segundo periodo y éste se hizo con una victoria que le hace soñar con la salvación.