Benfica se pone líder al vencer al Porto

LISBOA -- Benfica superó con claridad al Porto en el gran clásico del fútbol portugués por 2-0 y se coloca como líder de la Liga, un triunfo con gran valor sentimental y que sirvió de homenaje póstumo a Eusébio, en realidad el gran protagonista del encuentro.

Prueba de ello es que nadie se movió de su asiento en el Estadio de La Luz tras el pitido final, y después del himno de las "águilas", por la megafonía comenzó a sonar el "It's a Wonderful World" de Louis Armstrong mientras se proyectaban imágenes de un jugador que, para los portugueses, excedió lo futbolístico y se convirtió más bien en un icono del país.

En los prolegómenos del partido, la mayor figura en la historia del Benfica fue el centro de atención, justo una semana después de su fallecimiento.

Además de guardar un minuto de silencio por la "Pantera Negra", la afición de las "águilas" desplegó varias pancartas con la imagen del exfutbolista, de origen mozambiqueño, y su viuda asistió al encuentro desde el palco.

El estadio se vistió de luto instantes antes de que los jugadores de ambos equipos salieran al terreno de juego, con los cerca de 60.000 aficionados del Benfica alzando una cartulina negra con sus manos. En el intermedio, también se ondearon banderas con la fotografía de Eusébio desde el centro del campo.

El tiempo de homenajes, no obstante, acabó en el momento en que comenzó el balón a rodar, ya que el Porto se mostró poco dispuesto a participar en ellos.

Con el liderato en juego, el gran clásico del fútbol luso arrancó fuerte y vibrante, una constante durante la mayor parte del encuentro.

En pleno toma y daca, fue el Benfica el primero en dar un golpe encima de la mesa. El media punta Markovic, la joven perla serbia, arrancó desde el centro del campo y se sacó de la manga un gran pase que dejó solo frente al portero rival al delantero hispano-brasileño Rodrigo, que no erró y batió a Hélton.

Corría el minuto 15 y los locales ya sacaban ventaja a su rival. Conforme pasaron los minutos, el dominio "encarnado" fue diluyéndose y los "dragones" comenzaron a merodear con asiduidad el área rival, aunque sin apenas ocasiones claras.

El entrenador del Benfica, Jorge Jesús, optó por sacar a su once más ofensivo -en contraste con años anteriores, cuando optó por reforzar el equipo- con Rodrigo y Lima arriba, mientras que Paulo Fonseca sorprendió al volver a dar la titularidad a Licá y prescindir de Josué.

El conjunto blanquiazul, vigente campeón de Liga, heló la sangre de los aficionados lisboetas al filo del descanso, pero el remate del colombiano Jackson Martínez estaba anulado por fuera de juego.

El inicio de la segunda mitad fue todavía más trepidante. En los primeros compases el Benfica se mostró impreciso en el pase y Porto parecía creer en la remontada.

Sin embargo, mientras que la escuadra local no dejó de llevar peligro en cada acercamiento, los "dragones" carecieron de profundidad. La mayor agresividad de las "águilas" fue clave.

En el minuto 51, tuvo la primera el Benfica, con los mismos protagonistas que en el primer tanto del partido pero con los papeles cambiados. Rodrigo arrancó desde el círculo central y asistió a Markovic, que con un cambio de ritmo se deshizo de su par y fusiló a Hélton, pero el guardameta fue capaz de despejar.

Los acontecimientos se precipitaron en ese momento. Primero, el córner botado por los lisboetas fue cabeceado por Matic, cuyo remate golpeó en una mano de Mangala, pero el árbitro no vio el penalti y volvió a pitar saque de esquina.

Esta vez, el argentino Enzo Pérez colocó un centro dentro del área pequeña que el arquero del Oporto no fue capaz de despejar y su compatriota Garay, de franco cabezazo, llevó la locura a las gradas y puso el 2-0 en el marcador.

Paulo Fonseca reaccionó inmediatamente y dio entrada al extremo luso Ricardo Quaresma, recién fichado en el mercado de invierno. Pero no fue suficiente.

El duelo vivió entonces sus momentos de mayor tensión. Primero Jackson Martínez propinó un puñetazo al uruguayo Maxi Pereira por una fea entrada, aunque la agresión fue castigada por el colegiado únicamente con amarilla.

En el mismo minuto, Quaresma se estrenó en su regreso a Portugal con otra entrada peligrosa que también mereció la tarjeta.

Los "dragones" se mostraron indignados con el árbitro primero por no conceder ley de la ventaja en una jugada en la que el punta colombiano se plantaba solo frente al portero, en el minuto 58, y después por sacar la segunda amarilla al lateral brasileño Danilo por simular una caída dentro del área cuando tenía todo a favor para recortar distancias.

Con quince minutos por disputar y un futbolista menos, la remontada se convirtió en poco menos que una quimera para un Oporto flojo, que parece haber olvidado algunas de las que han sido sus señas de identidad en los últimos años, como la seguridad defensiva, el control del juego y la puntería arriba.

Poco les importó a los aficionados lisboetas, que se dedicaron desde entonces a recordar a Eusébio y despidieron en pie al que hoy fue uno de los más destacados del partido, Rodrigo, sobre el que precisamente esta semana se especulaba con su posible traspaso.