Con taquicardias y soponcios, México rescata empate ante TyT

Rafael Ramos | Enviado

CHARLOTTE, Carolina del Norte -- Sometido, exhibido, desarticulado, México irá ante Costa Rica en Cuartos de Final. A cuestas un empate angustioso, emotivo, 4-4 ante Trinidad y Tobago, ante la angustia de 55 mil 823 aficionados en el Estadio de las Panteras de Carolina.

Tras un lapso dominante, en el que pudo hacer más que el 2-0, conforme corría el complemento, México cometió todos los pecados posibles en su zona defensiva. Pagó la penitencia en la crueldad del desencanto y de las ilusiones rotas. Llegó a estar 4-3 con un autogol, pero Marshall sentenció el 4-4.

Más allá del festín de goles, de la pirotecnia del marcador, los descuidos defensivos del Tri opacan la contundencia inusual de la selección mexicana marcando otros cuatro, uno de ellos autogol de la figura trinitaria, irónicamente, Jones.

ESPEJISMO...

Empujando. Proponiendo. Poseyendo el balón. Ratificando su urgencia de liderato y de victoria. Así intentó México apenas al sonoro estornudo arbitral.

Bregó. Transpiró. Enloqueció el GPS de la pelota poniéndola a rodar por los rincones, pero sin precisión, sin atingencia, con balones divididos, en un trámite histérico por hacer el gol antes de siquiera arrimarse al área. El 0-0, los inquietaba.

De nuevo era evidente la ausencia de imaginación y de un lanzador eficiente o de un distribuidor audaz. Por derecha, Paul Aguilar transitaba solo, anhelando, incluso con un eventual compañero cerca, pero desde el extremo izquierdo sólo en una ocasión Miguel Layún se atrevió a invadir el espacio con un cambio de juego largo. De ahí se originó la primera jugada de peligro, pero con un remate retraído de Herrera.

Tras escarceos, tras aparatosas intenciones ofensivas, igualmente improductivas, el gol aparece al minuto 33 como un premio de sanación para un equipo desesperado al ataque.

Yasser Corona aparece por izquierda. El zapatazo hace escala en la mollera de Carlos Vela, quien entumece a su marca. Paul Aguilar cierra por derecha, trompicado, ansioso, sabedor de que había que empujarla con cualquier parte de su escuálida humanidad. La pelota cruza a la derecha de la estirada de Phillips. 1-0.

El festejo colectivo pasó del estruendo a las carcajadas, cuando Aguilar perpetra ese bailecito ridículamente patentado, como marioneta de hilos rotos. Y claro, con el gol a cuestas, a todos los subyugó como Michael Jackson en Thriller.

La ventaja dio tranquilidad. Pero excesiva. Giovani quiso reeditar aquel gol en la Final de la Copa Oro de 2011, pero tras el caracoleo y los bizcos de la zaga trinitaria, su disparo se arrastró a la derecha del arco rival.

Y después Carlos Vela no se atreve a un remate de Chilena, pero quiso inventarse un sombrerito que le roba una cabeza trinitaria. 1-0. Ventaja de poco músculo.

TORNADO TRINITARIO

México regresa con novedades. Giovani se había lesionado en la última jugada del primer tiempo. Un bulldozer trinitario lo arrolló. Oribe Peralta entra al relevo. Y en su primera intervención, remate fallido.

Pero México se sirve el anhelado té de pasiflora al 51'. Guardado recupera y suelta las riendas a la velocidad de Carlos Vela. El Bombardero pisa el área, amaga, recorta hacia el centro, Marshall se queda acalambrado y el remate de Vela pega en el poste derecho. 2-0.

Pero Trinidad y Tobago reacciona a velocidad y encuentra en desatenciones y equivocaciones técnicas al recorrer la jugada en Yasser Corona, quien participa erróneamente en las dos jugadas suicidas.

Tal vez eso explica claramente porqué Miguel Herrera ensayaba con línea de cuatro. Su regimiento flaquea de relevos confiables en la banca.

Primero, combinación con el centro, y Cummings fusila. 2-1, al 55'. Y dos minutos después, salida en falso de Corona, penetración a fondo de Cummings, centro impecable a un abandonado Jones, quien potente aniquila la euforia mexicana, que pasa, de nuevo, a preocupación absoluta. 2-2.

Pero las penas tricolores supuraban. Jones entrega con el pecho el balón a Cummings. Su remate es bestial, cruzado. Un relámpago desde la izquierda ante el espasmo impotente de Ochoa. 2-3.

México hace cambios con las sirenas voluptuosas, 'Tecatito' Corona entra por Jonathan y Carlos Esquivel por Yasser, pero TyT está más cerca del cuarto, cuando Jones desplaza con un soplo a Diego Reyes, Guillermo Ochoa sale en falso, y el remate pega en el poste providencialmente.

En el cierre ciclónico del juego, el 3-3 lo conecta Guardado al 88' con un zapatazo violento, para que enseguida, un disparo de Héctor Herrera sea desviado por Jones para el 4-3, y mientras el Tri se iba de fiesta, otro descuido defensivo le permite a Marshall hacer el 4-4.

Un escenario abierto para Miguel Herrera. El empate encontró la algidez estremecedora que se relamerá la afición, pero al final, los desastres defensivos por desatenciones y equivocaciones técnicas de posición de los jugadores son una evidente migraña para el Tri.

México con cinco unidades se mide a Costa Rica. Trinidad y Tobago enfrentará a Panamá.