Victoria clave para España sobre Macedonia

(ESPN Digital) -- España venció por 1-2 al combinado de Macedonia en el partido de clasificación a la Copa del Mundo de 2018 disputado este domingo en Skopje. Una victoria clave en sus aspiraciones ya que le garantiza recibir a Italia en calidad de líder de Grupo en el choque de septiembre que resultará definitivo en la lucha por el encarecido pase directo.

La Roja tiró de la habilidad de David Silva y la magia de Iniesta e Isco para cerrar el año con tranquilidad. Más allá del golazo de Ristovski que le mantuvo con los nervios de punta hasta el final, España volvió a dejar una imagen de equipo bien amalgamado que ha sabido sacar lo mejor de sus veteranos y empieza a dar un rol protagónico a sus jóvenes.

EFE

Brilló David Silva, muy en su línea; discreto y sin hacer mucho ruido. El canario cargó con gran parte de la responsabilidad en la creación y, además, se mantiene como el hombre clave de cara a gol. Ha sido 'el chino' quien ha puesto fin al debate del '9' de España y ni centro delantero és.

No lo ha hecho asumiendo un rol de falso nueve o volviendo irrelevantes a sus compañeros más adelantados en la cancha; al contrario. Ha sido gracias al aporte de David Silva partiendo de la segunda línea que España ha encontrado variantes, liberando a los jugadores de área, en especial a Diego Costa, que ya sin la presión de cargar con todo el peso del ataque, ha respondido convirtiéndose en el máximo goleador español en la fase clasificatoria al Mundial con cinco dianas.

Claro está, nada de eso sería posible sin los dos 'magos'. Iniesta, el veterano, e Isco, la estrella en ascenso.

Fue Iniesta quien hizo la mayor parte del trabajo en el tanto con que Silva abrió el marcador. El mediocampista del Barcelona se abrió espacio como sólo él sabe y de sombrerito puso un pase para Jordi Alba, que desde la línea de fondo centró para que el canario rematara a placer. A Isco le tocó arrancar suspiros de admiración de su propia banca en el segundo, cuando se coló en el área viniendo por la banda y tras un regate imposible, poner un centro cruzado para que Diego Costa incrustara el balón en la red con un potente disparo.

Todo eso, antes de que se cumpliera media hora de juego.

Los españoles bailaban en la cancha; Isco, Iniesta Silva y Thiago se movían por donde querían y tocaban el balón con la confianza de sentirse superiores. Isco volaba, se colaba una y otra vez en el área, aunque a de lo engolosinado con sus habilidades acabó por perderse hasta cuatro ocasiones clarísimas. Los pecadillos de siempre del malagueño que suelen sacar bufidos de frustración de sus técnicos y que hoy fueron especialmente relevantes pues, pasado el tiempo, España habría tenido menos problemas para cerrar el partido.

La superioridad les acabó nublando la vista y se dejaron ir casi con arrogancia. Y, claro, el rival no se cruzó de brazos. Macedonia había tenido escasas - si no es que nulas - ocasiones durante más de una hora, hasta que Ristovski aprovechó un balón largo para escaparse de la displicente defensa y batir a De Gea con un balón inalcanzable para el arquero.

Sirvió al menos para que España recuperara la sana dosis de temor y respeto al rival. Para que dejara de gustarse tanto en florituras irrelevantes y se pusiera a trabajar de nuevo, aunque fuera únicamente en evitar que un empate le afeara el plan.